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Oviedista de corazón, Santiago Cazorla ha dado el salto más importante de su carrera deportiva marcado por una situación tan dolorosa como triste, como es la crisis económica e institucional del Málaga. Llegó a la Costa del Sol para ser el líder de un proyecto joven y de futuro y se ha tenido que marchar sin hacer demasiado ruido, como a él le gusta. Simpático y bromista, Cazorla hará disfrutar al público del Emirates Stadium, ansiosos de la figura de un líder duradero que cubra los dolorosos huecos que dejaron en su momento Nasri, Cesc y el enorme vacío que va a quedar cuando Van Persie (y probablemente Walcott) firme un contrato con otro club. Trequartista por definición, el asturiano tiene un fino toque con ambas piernas y una versatilidad que lo convierten en indiscutible con la Selección Española, con la que no pudo saborear las glorias de Suráfrica pero que sí le ha brindado la oportunidad de levantar dos Eurocopas. Su objetivo ahora será guiar al Arsenal hacia los títulos, logros olvidados en el norte de Londres.
FICHA TÉCNICA
Pertenece a la generación de los ‘locos bajitos’ españoles, en la que también están otros como Iniesta, Xavi o Silva. Su baja estatura la compensa con una gran masa muscular que le permite luchar de tú a tú en el choque, aunque no obviamente en los balones altos, ya que tampoco posee un gran salto vertical. El tren inferior de Cazorla está poco por debajo de los de Agüero o Messi, lo que le otorga una estabilidad muy alta al tener también el punto de gravedad más bajo. Aunque su velocidad no es lo que más destaca en su juego, sí solía ser un torbellino en El Madrigal cuando actuaba pegado a la línea de cal. Actuando de mediocentro en La Rosaleda, Cazorla dejó claro que tiene un fondo físico a la altura de los mejores organizadores, siendo capaz tanto de conducir el ataque como de replegar y apretar al rival atacante.
Como otros muchos españoles de su generación y tipología, Cazorla no tiene una posición definida dentro del terreno de juego. Se le podría llamar mediapunta, porque la parcela central es la que más transita durante los 90 minutos, pero también suele caer con frecuencia a las bandas para tocar con el interior o centrar y buscar al delantero. En el 4-4-2 clásico del Villarreal de Juan Carlos Garrido, Cazorla ocupaba el carril del ‘10’, dejando a Cani la banda derecha. En esa posición, Cazorla aprovecha una de sus virtudes más destacables: encarar, recortar y buscar el disparo con la diestra.
Cuando llegó a Málaga, su destino era ocupar la misma posición, ya que de la banda derecha se encargaba Joaquín y el medio era cosa de Julio Baptista. Pero la grave lesión del brasileño despejó el camino de la titularidad a Isco y eso dio más libertad de movimiento a Cazorla, que intercambiaba las posiciones con el ex valencianista, siendo en muchas ocasiones el hombre que estaba detrás del punta para servirle balones o rematarlos desde la frontal. Manuel Pellegrini vio en el asturiano condiciones para ser su líder en la medular y le entregó galones, colocándolo como organizador durante muchos partidos, donde rindió a un muy alto nivel. En esa posición domina todo el ataque y puede combinar con más agilidad con sus compañeros en tres cuartos de campo. La versatilidad que ha encontrado en el Málaga ha hecho que logre sus mejores registros goleadores en la Liga, con 9 goles. Ello se debe también a su gran visión de juego para colocarse según el transcurso de la jugada y encontrar los huecos que le permitan estar cerca de la zona de definición en posición ventajosa.
Cazorla fue bendecido por la madre naturaleza con dos piernas que utiliza por igual, lo que hace imposible notar de un primer vistazo si se trata de un jugador zurdo o diestro. Él mismo reconoce que no diferencia a la hora de disparar con uno u otro pie, aunque en la mayoría de ocasiones utiliza la derecha para conducir el balón y para el lanzamiento de faltas directas, las cuales convierte en extraordinarias obras de arte. Pregunten si no a Iker Casillas. A la colocación del disparo une potencia y efecto para hacerlas casi imposibles para los porteros siempre que vayan entre los tres palos. Todo eso sin haber sido nunca un excelso lanzador de libres directos, ya que en el Villarreal no solía ser el encargado de ejecutarlos. Su obra culmen bien podría ser la del Bernabéu, elegante y soberbio lanzamiento, pero destacaría sobre cualquiera el gol de Cazorla al Racing de Santander en La Rosaleda. A poca distancia de la frontal, rasa por debajo de la barrera, “Ronaldinho’s style”. Lo calcó contra Corea del Sur en el amistoso previo a la pasada Eurocopa. Inteligencia pura.
El regate es su segunda mejor arma. Aunque no es eléctrico, como los grandes dribladores del fútbol mundial, sí es efectivo, aunando una serie de amagos y recortes que le despejan el camino de defensores adversarios. Como buen interior en sus primeros años, Cazorla fue perfeccionando el regate para superar a los laterales y/o poner centros a los delanteros, que también se benefician del sensacional toque de balón de Cazorla, o buscar la portería y disparar.
* Jesús Garrido es periodista. En Twitter: @jgarridog7
– Foto: EFE
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