1.- El Madrid masacra al Depor como solía hacer doce meses atras: aplastando. Sin Xabi Alonso, presenta el mismo 4-2-3-1 habitual, con Modric al fin en zonas de iniciación. Pero el plan dura pocos minutos. En cuanto los interiores de Oltra consiguen enturbiar al croata un par de veces, Modric sube un peldaño y deja a Khedira solo en la posición de medocentro.
2.- Y entonces se produce el prodigio de Khedira. Bien es cierto que enfrente tiene a un Depor poco agudo, pero el alemán cuaja su mejor encuentro de blanco, solvente en las recuperaciones, poderoso en la iniciación de las jugadas y espléndido acompañando en el último tercio de campo. Incluso lujoso repartiendo balones.
3.- La solvencia de Khedira, que abre bastantes bocas en el Bernabéu, facilita la posición muy alta del Madrid, ese escenario donde se siente cómodo y potente. Allí roba con facilidad el cuero pues se encuentra próximo a las pérdidas rivales, lo que encadena con su búsqueda constante de las rupturas. En esta faceta, el Madrid es maestro.
4.- De inicio, el Depor cierra mucho y bien por dentro, con ayudas constantes 2×1, pero dura un suspiro. Pronto se olvida y desaparecen las coberturas y apoyos. Todo acaba convertido en permanentes unos contra unos y en ese campo, el Madrid es muy superior incluso en la ausencia de Xabi Alonso, la pieza imprescindible, el eje del equipo, reservado para los dos partidos duros de la semana.
5.- Con Sergio Ramos ocupando la banda derecha, Di María se va a la izquierda, mientras Cristiano flota entre la zona central, por detrás de Higuaín, y la derecha. Por delante de Khedira, Modric y Özil se sienten libres para asistir. El movimiento se completa con Cristiano arrastrando a su par, lo que desordena la defensa pues la descoloca al bajar a recibir, y los coruñeses no saben si atender a los costados, vigilar el peligro que se avecina o estar por los que merodean el área. Ante la duda, no están a nada.
6.- Khedira es la clave de bóveda sobre la que Modric y Özil pueden desplegarse. Ramos en derecha (provisionalmente, imagino) libera una posición y permite volcar el campo por izquierda, con Di María a pierna natural haciendo sangre en el costado doliente del Depor, ahí donde campa Manuel Pablo, desasistido, errado, perdido, abandonado por los compañeros a su cruel suerte.
7.- Se construye un triángulo fortísimo en izquierda: Marcelo, Özil y Di María, aprovechando la debilidad estratosférica de Manuel Pablo: sangre en el costado. Ni el gol de Riki que retrata la poca tensión defensiva merengue puede impedir lo que las posiciones están pronosticando: el Depor cae por donde Manuel Pablo, víctima de Di María. Se podía dudar del cuándo ocurriría, pero no del cómo, ni mucho menos del dónde.
y 8.- Y ocurre. Desballestado el visitante antes del descanso, el segundo tiempo es baño y masaje, minutos para Kaká -debutante en sexta jornada-, calentamiento para Xabi y exhibición de Aranzubía, el portero siempre en penumbra pese a su excelencia en todos los terrenos. Encajando una goleada, Aranzubía brilla.
– Foto: Víctor Carretero (Real Madrid)
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