La Champions no admite una última jornada de grupos sin emoción. El sufrimiento es una constante de la competición de los momentos. Drogba y Sneijder echaron a Pirlo y compañía a falta de cinco minutos para el final en su infierno empapado. Más tarde, en el grupo de la muerte todos vieron a la parca, pero al final se fue el Nápoli. Y al mismo tiempo, en Milán, el Ajax chocaba con una masa dura compuesta por diez hombres de rojinegro. Un gol los clasificaba a octavos. Al final, se repitió la película que tantas veces ha visto San Siro en instancias europeas con el mismo final. Allegri salió airoso de su cancha. Pasó el local.
El panorama estaba claro a priori. Abbiati; De Sciglio, Zapata, Bonera, Constant; Montolivo, De Jong, Muntari; Kaka, Balotelli, El Shaarawy. Eso en el cuadro de casa. Cillessen; Van Rhjn, Moisander, Denswil, Blind; Klaassen, Poulsen, Serero; Schone, Bojan, Fischer, por los holandeses. Kaká se movería entre la izquierda y la mediapunta. El Shaarawy lo haría entre la derecha y el centro. Un 4-3-1-2 / 4-3-3. El Ajax sí saltó con su 4-3-3 de libro. Juego de posición. Proponer a través de la pelota y desordenar al contrario. Atraer y soltar, encontrar al hombre libre. Frank de Boer ha logrado instaurar solidez defensiva en su equipo, por lo que se intuía desde el inicio que el Milan tendría problemas para elaborar, e incluso para salir.
Así fue. El Milan esperaba con un 4+3 atrás mientras Balotelli y El Shaarawy molestaban la salida de balón del Ajax y Kaká flotaba a Poulsen, mediocentro, para que la bola no saliera limpia. En esas, Poulsen bajaba y se ubicaba entre sus dos centrales para resolver la situación. Así, poco a poco, llegaban los de De Boer, siempre raseando el balón, encontrando a Klaassen, Serero y Bojan entre líneas, estirando el campo con Schone y Fischer, y centrando el los últimos metros por medio de Blind y Van Rhjn. Logró crear peligro, e incluso la estrelló en el poste luego de un córner. El Milan continúa con sus problemas en defensa del juego aéreo. Bonera, quien hoy entró por Méxes para hacer pareja con Zapata, tampoco ofreció un alivio a ese percance.
Los pocos avances del equipo italiano provenían de pelotazo a Balotelli y ganar la segunda jugada de esa acción. Muntari aportaba despliegue corriendo desde la posición de interior hacia el extremo izquierdo para liberar espacio por dentro que aprovechara Kaká. De igual forma, no obtuvieron mucho rédito de ello. Dominaba el Ajax.
A los veintidós minutos se fue expulsado Montolivo tras una entrada criminal. Acto seguido, Allegri sacó a Poli por El Shaarawy. A partir de ahí, doble línea de 4 con Kaká en la izquierda y Balotelli arriba, solo. Muntari y De Jong doble pivote y Poli a la derecha. La transición defensa-ataque del Milan se volvió aún más difusa ante la presión adelantada de los holandeses. Kaká buscó ubicarse cerca de la pérdida del contrario, pero esta se producía en los últimos metros. No hubo muchas más acción en ninguna de las áreas durante la primera mitad.
Salieron ambos de los vestuarios a acentuar la tendencia del partido. El Milan, repliegue bajo. El Ajax, a moverla mucho más. Klaassen, Serero y Fischer fueron un dolor de cabeza para la defensa rojinegra. Se fue al banquillo Poulsen y Schone pasó a la posición de mediocentro. Hoesen pasó al centro del ataque. El Ajax movía el cuero, y así, al contrario. Mucha circulación en el costado izquierdo para descargar hacia el despejado flanco derecho. Atraer, generar espacio, entregar para dejar en ventaja. Así Abiatti se volvió la figura italiana del choque.
Incluso Balotelli se paraba detrás de la línea de la pelota para defender. Caían y caían las oportunidades del Ajax. Por el piso, e incluso por el aire. Muchas de las segundas jugadas pertenecían al Ajax en la frontal del área. Era un asedio continuado al calor del fútbol del Ajax, el nervio del estadio y los gritos desesperados de Allegri.
El Milan logró respirar los últimos minutos. Salió de su propio campo y mantuvo el balón unos dos o tres minutos fuera de zona de peligro. Ahí el Ajax perdió algo de ímpetu. Más allá de todo, es un equipo inexperto que todavía transmite poca autoridad, temple y jerarquía.
Al final, en el área del Milan estaban Sightorsson, Hoesen y Van der Voorn buscando el gol, o ganar rebote. El encuentro terminó con un remate de chilena de Klaassen que pasó a centímetros del poste derecho del portero de casa. Pitó Webb y suspiró el estadio.
Clasificó como segundo el Milan, pero lo que transmite el equipo transalpino en esta Champions es que lo único que le queda son los recuerdos de una generación que hace poco cedió el testigo a la actual, y que no da la talla para el escudo. El sorteo de octavos es el lunes, y le tocará contra un gran equipo. Su único argumento en la Copa de Europa es la grandeza de los cromos de Gattusso, Seedorf, Maldini, Nesta y compañía. Ah, y Kaká-Balotelli.
* Sebastián Duque es periodista.
– Foto: Daniel Dal Zennaro (EFE)
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