Anoche se vieron en San Paolo dos equipos con actitudes totalmente diferentes. El Nápoles tan solo tenía en mente la victoria y sobre todo agradar a un público que se toma un encuentro así como algo prácticamente religioso. En frente estaba la Juve, que llegó como se fue: sin pasión, sin actitud.
Benítez apostó por los jugadores que más en forma están a estas alturas de la temporada. Henrique, que venía de hacer un golazo contra el Catania, repitió como lateral derecho y de nuevo disputó un notable encuentro. Los otros diez jugadores eran los habituales, con Inler y Jorginho en la sala de máquinas y Hamsík de puente entre ellos y los tres de arriba. Conte utilizó diversas variantes. La primera de ellas, obligada por la sanción de Tévez: salieron de inicio Llorente y Osvaldo en la punta de ataque. Además, el uruguayo Cáceres entró en la clásica defensa de tres. Desde el primer minuto se vio por dónde iban los tiros, con el Nápoles una y otra vez disparando. Un inspirado Buffon evitó una goleada ya en la primera media hora de encuentro. Era como si el portero de la toscana quisiera demostrar a todos aquellos que han dudado de él, por qué es el mejor arquero de las últimas décadas. El conjunto de Benítez supo tener paciencia, tocar el balón y esperar algún hueco que dejara la defensa bianconera. Así llegó el gol. Tras un balón magistral de Insigne, Callejón, en posición de fuera de juego, entró como un cuchillo en el área y puso el 1-0.
La segunda mitad tuvo un guión tan predecible como la primera. El Nápoles cedió el protagonismo a la Juve, pero sin dejar que Pirlo entrara en contacto con el balón. Ahí es donde también se siente cómodo el equipo partenopeo, esperando y saliendo rápidos al ataque. Posiblemente por el enorme partido de Ghoulam, Conte cambió de banda al suizo Lichtsteiner dando entrada en banda izquierda de Isla. Vucinic también entró al terreno de juego para sustituir a un poco participativo Osvaldo; el montenegrino fue en esos veinte minutos el mejor jugador visitante. Benítez también movió el banquillo, dando entrada a Pandev por un combativo Higuaín que no tuvo su noche. Pero el cambio que decidió el encuentro fue el del belga Mertens, que volvía tras varias semanas lesionado, por un inspirado Hamsík. En cuatro toques llegó la sentencia: saque rápido con la mano de Reina, pase magistral de Pandev y por último control y disparo certero de Mertens. En los últimos instantes del encuentro el balón llegó a los pies de Insigne y ahí murió el partido. La Juventus no debería preocuparse de cara la UEFA Europa League, pues es el mejor equipo, pero sí tiene que tener una mejor actitud. Por su parte, el Nápoles seguirá luchando por la segunda plaza y ya prácticamente asegura la tercera.
* Iñaki Lorda.
– Foto: AP
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