Fútbol 2011-2012 / Champions 2011-2012 / Internacional
1.- Tres partidos en uno. El primero, desde el pitido inicial hasta el minuto 15. El segundo, desde el gol alemán hasta el gol español. El tercero, el largo trecho hasta el pitido final. Dominio aplastante del Real Madrid en el primero; del Bayern en el segundo; y pausado, forte ma non troppo, del equipo muniqués hasta el final.
2.- Real Madrid imperial durante quince minutos pese al atronador ambiente del Allianz Arena. Sí, era una batalla con aires guerreros. Así ha sido desde tiempos lejanos entre estas dos escuadras. Lo más parecido a una guerra con balón. Benzema y su movilidad echan agua al fuego alemán. Hay muchos duelos prometidos en la noche de Munich, pero Benzema parece distanciarse de todo el mundo. Está leyendo que el partido necesita sus desmarques y descargas, su peculiar forma de estirar la defensa rival hasta el dolor. Y les duele.
3.- En ese primer partido de 15 minutos de duración solo hay una auténtica ocasión. Por el pasillo central, donde Luiz Gustavo intenta cerrar la puerta sin demasiado acierto. Özil que lo ve y manda directo a por la pierna buena de Benzema, cuyo disparo desvía Neuer. Pasará más de media hora antes de que Di María vuelva a intentar utilizar dicho pasillo verde, con menos acierto que Özil, relegado a la banda derecha, donde se mustia sin remisión.
4.- Gol a balón parado. Ya va por la docena desde principios de año. Algo más que casualidad o errores puntuales. ¿Es ajeno Casillas al problema? El gol desmorona a los blancos, que jugarán un segundo tramo rayano en el pánico y la impaciencia. Por momentos parecen los últimos minutos de la eliminatoria, como si el reloj estuviese marcando la caída de la guadaña.
5.- Ayuda mucho a todo ello la inteligencia táctica de algunos muniqueses. Heynckes planta a Mario Gómez en la salida de balón madridista y es un obstáculo que deviene insalvable. De las tres salidas habituales de balón, las tres son vía muerta. La de Marcelo porque está en el banquillo. La de Xabi Alonso porque Mario Gómez se lo impide. Y la de Sergio Ramos porque Robben amenaza con el rabillo del ojo y Coentrao parece necesitar guardaespaldas perpetuo.
6.- Así que balón para Pepe, sinónimo de balonazo largo y pérdida probable. El Bayern acierta en este bloqueo y Franck Ribéry interpreta un recital de gestos, desmarques y escapadas que quiebran física y anímicamente a Arbeloa, quizás el madridista en peor forma desde hace muchas semanas. Ribéry se da un festín.
7.- El francés marca el tempo del partido. Esperábamos a Benzema, pero aparece su compatriota. Aparece y reaparece por todas partes, felino y refulgente, como aquel gran Ribéry de mediados de la década pasada. Él decide cuándo toca recular y defender con 11 y cuándo es hora de cabalgar. A su vera, Toni Kroos será el ejecutor de las órdenes galas. Un alemán a las órdenes de un francés, ironía del momento europeo…
8.- ¿Quién ayuda a Arbeloa en su titánica misión? Lo intentan Khedira y Di María, mientras en el lado opuesto Robben fija a Coentrao y Xabi Alonso navega entre aguas, asfixiado, probablemente exhausto de mente más que de físico. En un momento dado se comprueba que no es posible dar coberturas a todo el mundo todo el tiempo.
9.- Es un Bayern vitaminado por las fanfarrias de la Champions, nada que ver con el opaco perdedor de la Bundesliga. Dos equipos con patrones tan similares que por momentos podrían confundirse. Heynckes plantea el partido como lo haría Mourinho y es al portugués a quien le toca mover pieza. Pero no hay pieza que mover porque Ribéry quiebra y Kroos manda.
10.- Hasta que el gol del empate retrata la manifiesta debilidad conocida de los defensas muniqueses. Una verbena corriendo hacia atrás, un desbarajuste viendo llegar a las balas blancas. Pim pam pum, Özil para dentro. Madrid que respira, que expulsa sus demonios, ese pánico que se había transmutado en impaciencia y precipitación, malgastando cartuchos en un contrasentido.
11.- Con el 1-1, a conservar, lo que tantas veces es síntoma de sufrir. El Bayern ha cambiado un mecanismo: en vez de fiarlo todo a la intensidad ha dado un vuelco táctico. Müller por Schweinsteiger y permutas de Ribéry y Robben: por el centro o por derecha. Después de machacar la izquierda, cambio de orientación y a por Coentrao. Excelente movimiento de Heynckes porque Thomas Müller rompe el statu quo en que se había estancado el partido. Mourinho introduce a Marcelo, en teoría para reforzar ese costado, pero le cambia de lado y llega la hemorragia por donde se preveía, por la zona de Coentrao.
12.- Si Afellay se lo hizo a Marcelo, Lahm se lo ha hecho a Coentrao. Centro raso y Mario Gómez, liberado de un Sergio Ramos petrificado, lanza todo su corpachón para morder. Problema agudo en los laterales blancos.
y 13.- Buen resultado en apariencia para el Bernabéu. Son más ambivalentes las sensaciones. Pletóricas en algunos momentos, decepcionantes en otras. Jugadores finos y preclaros, acompañados por otros en fase espasmo. Con dos equipos tan parecidos en virtudes y defectos, cualquier posibilidad queda abierta para la vuelta. El primer round deja un balance evidente: las fortalezas se han reforzado por ambas partes; las debilidades se han profundizado aún más. La cabeza y las emociones parece, ahora mismo, uno de los factores esenciales para comprobar quién regresa a Munich: si los muniqueses o los madridistas.
– Foto: Bayern München – Ángel Martínez (Real Madrid)
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