"Todo lo que no está creciendo está muriendo. Crecer significa aprender y transformarte cada vez en una mejor versión de ti mismo". Imanol Ibarrondo
Fútbol 2011-2012 / Eurocopa 2012
Wroclaw (Polonia) / Jornada de reflexión en la Euro 2012
Muchos dirán que siempre fue así. En el deporte siempre ha imperado el resultadismo. Hasta tal punto es así, que en su día alguien tuvo que inventar el dopaje. El fútbol difiere respecto a otros muchos deportes, no obstante, en que el derroche físico a menudo queda en segundo plano ante su plasticidad. Un componente coreográfico que comparte quizás con otros deportes colectivos como el rugby, el baloncesto o el más visual, probablemente, de los deportes individuales: el tenis.
La duda está servida: ¿ganar es siempre sinónimo de jugar bien? Parece que sí a juzgar por la valoración que muchos medios hacen de los jugadores según pertenezcan al frente ganador o al frente de los vencidos. ¿Por qué somos tan incapaces de juzgar a un equipo o a un jugador al margen del resultado, abstrayéndonos del marcador? No es ilícito decir que Ucrania fue el equipo revelación de la Eurocopa aunque fuera apeada a las primeras de cambio o qué Petr Cech, por citar a alguien, no estuvo muy fino aunque su equipo pasara como primera de grupo. Aprovechemos la Euro para invitar a reflexionar sobre el culto al resultado y a la vez provocar un poco al personal.
En la jornada de reflexión del pasado miércoles, la prensa polaca aprovechó para elaborar el once ideal de la fase previa y el correspondiente anti once, repleto este último de jugadores de su propia selección. Excesiva dosis de autocrítica con sus jugadores, a mi parecer. Por cierto: apenas he leído una línea sobre lo inadvertido que pasó Lewandowski durante los tres partidos. Quizás la prensa polaca no habría sido tan bisoña con su estrella si no hubiera marcado el primer gol de la Eurocopa. He aquí una primera concesión al resultadismo.
Del once ideal propuesto por la ‘Gazeta Wroclawska’ (en el que figuran Casillas e Iniesta) apenas se pueden hacer reproches. Algunos quitaríamos o cambiaríamos algo, pero en general coincidiríamos en la mayor parte del mismo. De los once elegidos solo el ruso Dzagoev representa al bando perdedor.
Donde si caben más reticencias es en la alineación del anti once. ¿Por qué Arshavin tiene que estar entre los once peores después de un partido más que notable ante Chequia y quizás un poco inferior en los dos siguientes? Alguien es capaz de afirmar que Clark, Ribéry o Plasil de verdad han jugado mucho major que Sneijder o Arshavin. Fuere como fuere, el anti once de la Euro 2012 de la ‘Gazeta Wroclawska’ (‘De Piatek a Baros’ titulaba el rotativo) lo conforman:
1. Piatek (Ucrania)
2. Piszczek (Polonia)
3. Ignasiewich (Rusia)
4. Dunne (Irlanda)
5. Ward (Irlanda)
6. Robben (Holanda)
7. Murawski (Polonia)
8. Sneijder (Holanda)
9. Arshavin (Rusia)
10. Kerzhakov (Rusia)
11. Baros (Chequia)
Coincido al 100% con los dos jugadores del titular. Baros es, de hecho, el único elegido entre el bando vencedor. Discrepo, sin embargo, en algunos de los nombres intercalados entre el portero ucraniano y el delantero checo. ¿No es un castigo excesivo incluir como uno de los peores a Piszczek, Arshavin, Sneijder o Kerzhakov? Me pregunto qué habría pasado con su valoración si sus respectivos equipos hubieran alcanzado los cuartos de final.
Como para gustos colores, voy a hacer un once ideal alternativo. Totalmente elaborado a base de jugadores de equipo perdedores
Y aunque reconozco no haber visto íntegros todos los partidos, así reza el once inicial del abogado del diablo:
1. Viacheslav Malafeev (Rusia)
2. Selin (Ucrania)
3. Konoplyanka (Ucrania)
4. Blaszczykovski (Polonia)
5. Mellberg (Suecia)
6. Voronin (Ucrania)
7. Sneijder (Holanda)
8. Arshavin (Rusia)
9. Mandzukic (Croacia)
10. Ibrahimovic (Suecia)
11. Pavlyuchenko (Rusia)
Sus cifras, en términos estrictamente resultadistas, quizás no digan nada, pero su juego en muchas fases de la liguilla de grupos ha brillado aunque no se haya traducido en excesivas dianas.
De los que casi no se ha hablado durante las tres últimas semanas es de los que no se tendría que hablar casi nunca y con los que a menudo muchos se ensañan. Salvo por el gol no concedido a Ucrania, casi nadie se acuerda de ningún árbitro, y lo que es mejor, ni de su familia. Una cifra que ilustra el buen quehacer de los hombres de negro es el alto porcentaje de acierto de los jueces de línea. De las 302 veces en que alzaron la banderilla (en la fase de grupos) acertaron en 289. Lo recordaba días atrás en una entrevista concedida a un medio polaco Pierliugi Corllina, actual presidente de la Comisión de Árbitros de la UEFA.
Las abuelas del Koko Koko Euro Spoko, el himno polaco no oficial de la Eurocopa, se han quedado sin canción del verano por culpa del esponsorismo reinante. El entusiasmo que está version jocosa, al más puro estilo Chikiliquatre, despertó semanas antes del inicio del campeonato entre la afición rojiblanca sólo es comparable a su súbita desaparición nada más empezar el campeonato. El único boicot que se ha detectado en la Euro 2012 (a Merkel y amiguitos sólo les ha faltado tañer las vuvuzelas) ha sido el del grupo Jarzebina por la organización del campeonato. Tanto es así, que me atrevo a afirmar que la afición polaca está tan o más desanimada por la eliminación de su selección como por la desaparición de las ondas del desenfadado estribillo del Koko Koko. Es más: creo que su ausencia en la fase previa pudo tener un efecto en el ánimo de los biały czerwoni.
Por contra, quiénes acuden cada tarde a la Fan Zone están hasta la coronilla del dichoso Endless Summer de Oceana, el himno UEFA. Más que Endless Summer es un endless jingle que tortura al asistente a razón de cinco o seis veces por hora. ¿Es necesario que la canción official de la UEFA se tenga que escuchar con tan despiadada frecuencia? ¿Es lícito que la UEFA pueda dar determinadas consignas, explícitas o no, para evitar que otras canciones suenen en las emisoras o en los bares? Y si nos ponemos más estupendos todavía, ¿es de recibo que durante un mes esté prohibido entrar en el epicentro de las principales ciudades de Polonia, plazas públicas o zonas de descanso en su mayoría, cualquier tipo de bebida o comida para obligar al aficionado a consumir Carlsberg o fast food oficial?
Hay que reconocer que la organización de las fan zone es, desde el punto logístico, irreprochable. No se les puede poner ningún pero a los cientos de trabajadores y voluntarios que en ella trabajaban. Lo discutible es si es lícito apropiarse del Rynek o Plaça del Mercado de Wroclaw, privatizarla por así decirlo durante un mes y convertir uno de sus enclaves más bellos en una especie de feria o parque de atracciones. O, peor aún, en una pasarela de marcas y marcas. Algún día en vez de comida y refrescos vamos a consumir directamente logotipos edulcorados.
Hace años que los esponsors amenazan con rematar al deporte. El resultadismo y el esponsorismo hacen cada vez el deporte más previsible, menos épico; un placebo de la Fórmula 1. Inglaterra, Francia, Italia, Portugal, Chequia, Alemania, Grecia y España. Un ocho de ocho en la quiniela del pase a cuartos. Sin sorpresas, nada nuevo sobre el césped. Ojalá algún día irrumpa un Goliat capaz de derrotar a la par a las tiranías del resultado y del patrocinio.
La última reflexión la reservo para el seleccionador de Inglaterra, Roy Hogdson. El bueno del preparador británico aseguró que con un poco de suerte era posible llegar a la final de Kiev. Visto lo visto debió matizar sus declaraciones y puntualizar “con un mucho de suerte’’ .
* Joan Estrany es periodista, desplazado a Polonia.
– Fotos: Joan Estrany
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