Es un claro ejemplo de jugador olvidado por el paso del tiempo, ya que su trayectoria deportiva tuvo lugar hace un siglo. Nacido en Milán en 1894 fue un mágnifico defensa, zurdo, muy rápido y ágil, que en el fútbol actual hubiese desempeñado la labor de lateral.
Desde pequeño ya se vió que su destino iba a estar unido al deporte rey. Hizo su debut con el Milan en 1909 frente al Ausonia Pro Gorla a la edad de 15 años y 284 días, lo que le convierte en el más precoz de la historia rossoneri. Fue apodado Hijo de Dios por los aficionados y permaneció tres temporadas en el equipo milanista, que quedó en segundo lugar en las campañas 1910-1911 y 1911-1912. Con 19 años se marchó al Genoa, donde se convertirá en una leyenda del club. Allí ganó su primera liga en 1915 tras quedar por delante del Torino en la liguilla final. El estallido de la I Guerra Mundial frenó su progresión y durante el conflicto realizó labores de enlace en un sidecar, además de jugar brevemente para el Brescia algunos partidos para no perder la forma.
Regresó al Genoa en el año 1919 para jugar ininterrumpidamente hasta 1929. En este periodo logró dos Scudettos en las temporadas 1922-1923, tras vencer al Lazio por 4-1 en casa y 0-2 en Roma, y 1923-1924, al derrotar al A. C. Savoia por un resultado global de 4-2 en los dos partidos decisivos. Tras 17 temporadas en el cuadro genovés, con 218 partidos a sus espaldas y 30 goles, puso fin a su carrera con 35 años. Solo fue expulsado en una ocasión, en un partido frente a la Juventus.
Su trayectoria en la selección italiana fue duradera: disputó partidos internacionales desde 1910 hasta 1925. Aún continua vigente su récord: es el jugador más joven en jugar un partido con la azzurra. Lo hizo el 26 de mayo de 1910 frente a Hungría, cuando contaba con 16 años, 3 meses y 23 días. Fue internacional en 43 encuentros, un registro muy alto en aquella época. Participó en tres Juegos Olimpicos. En Estocolmo 1912, Italia tuvo un pobre papel y finalizó en 10ª posición al perder ante Finlandia y Austria y ganar por la mínima a Suecia; en Amberes 1920 logró una meritoria cuarta posición al caer derrotada frente a España por 0-2 en las semifinales del torneo de consolación; y en París 1924 cayó ante la futura campeona, Uruguay, en cuartos de final después de haber eliminado a España y Luxemburgo consecutivamente. Vistió por última vez la camiseta el combinado nacional en un amistoso ante Francia en Turín que acabó con goleada local por 7-0.
Fue entrenador del Genoa durante varias temporadas, consiguiendo como máyor éxito una Serie B en la campaña 1934/1935, además de dirigir tres años a un modesto equipo regional llamado Rapallo Ruentes.
Durante muchos años colaboró con varias revistas deportivas hasta su muerte en 1967, a la edad de 73 años.
* Alberto Cosín.
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