El siglo XXI está siendo uno de los más negativos en cuanto a resultados se refiere para el Stade Rennais. El equipo bretón, que lleva más de 40 años sin saber lo que es ganar un título nacional, ha llegado en los últimos años a dos finales de Coupe de France y 1 de Coupe de la Ligue que han devuelto la ilusión a una de las aficiones más sufridoras de toda la nomenclatura francesa. En este contexto aparecen figuras de entrenadores como la de Antonetti. El técnico que perdió en 2013 la final de la Coupe de la Ligue ante el Saint-Étienne también estuvo algunas jornadas acariciando el título de Ligue 1 que terminaría conquistando el Lille de Rudi García en 2011. Fue el hombre que más cerca se quedó de la gloria desde los banquillos. Para continuar su legado se fichó a Philippe Montanier, ese técnico que contra todo pronóstico había clasificado a la Real Sociedad para la previa de Champions.
Montanier, técnico que en su primera etapa en Francia ascendió con el Boulogne Sur Mer a la Ligue 1 (actualmente milita en National, la tercera división francesa del fútbol), siempre se ha caracterizado por ser un entrenador al que le gusta el buen trato de los jugadores jóvenes. Algo que parea con Antonetti, puesto que de su mano saltaron a la fama futbolistas como Yann M’Vila, Kembo-Ekoko, Razak Boukari o Benoit Costil. El estilo de verticalidad, presión intensa y constantes alternancias de sistemas dejaba a Montanier una tarea bastante complicada de hacer: la de devolver en cuatro temporadas al Stade Rennais a lo más alto del fútbol francés.
Los fichajes que le dieron a Montanier en su primer año en Rennes fueron muchos, pero ninguno con la categoría de estrella. Quizás la llegada de jóvenes como Nelson Oliveira, Kamel Grosicki, Ola Toivonen (en enero), Silvio Romero o Foued Kadir le dio al club diferentes variantes que otros cursos no tenía en ataque. Su gran error en una temporada en la que el Rennes terminó la temporada a seis puntos del descenso –y sufriendo en las últimas jornadas– fue la de no tener un once tipo. Apenas repitió cuatro veces el once titular a lo largo del año y su falta de ideas en contextos complicados le dejó solo ante el peligro. Además, el flojo nivel de fichajes ilusionantes como el de Romero, Makoun, Konradsen –tras una gran Eurocopa sub-21– u Oliveira –a pesar de los 8 goles se esperaba mucho más de él–, acrecentó la presión sobre Montanier. El 22 de marzo de 2014, como ya hiciera años atrás ante el Rayo Vallecano an Anoeta, Montanier salvó su puesto de trabajo. Si perdía ante el Olympique de Marsella, dejaría de ser entrenador de Les Rouges. Un gol de Doucouré tras un cambio de sistema idóneo para el contexto del partido, salvó el pellejo a Montanier, que terminaría la temporada de manera positiva.
Un primer año bastante flojo y un segundo que iba a continuar la misma tónica volvieron a hacer sonar las alarmas en los despachos de la Vilaine. Montanier, que pidió una serie de fichajes que no llegaron, se tuvo que conformar con el defensa Diagne –horrible durante todo el curso–, Christian Brüls –muy bajo su nivel tras su espectacular temporada en Niza–, Sanjin Prcic –también irreconocible tras una gran temporada en el Sochaux–, o Philipp Hosiner, que venía avalado por ser uno de los mejores realizadores del fútbol austriaco y en 12 partidos que jugó no anotó ni un gol en Ligue 1. La gota que colmó el vaso llegaría en París, en la final de la Coupe de France. El Rennes tenía todo a su favor en la final ante el modesto Guingamp, pero en un baño táctico desde los banquillos de Gourvennec a Montanier, el Guingamp se llevó otra vez ante el Rennes la Coupe de France –en 2009 ya le había derrotado en el mismo escenario–. Pese a la derrota y el mal papel de Montanier en la Ligue 1, el club siguió confiando en él, y, como dice el refrán, parece que esta vez sí, a la tercera va la vencida.
El Stade Rennais ha comenzado la Ligue 1 2014/2015 con 12 puntos en 5 encuentros. Ha vencido en campos complicadísimos como Gerland (1-2 ante el Olympique Lyonnais) y en la última fecha en el Stade La Beaujoire (0-2 ante el FC Nantes). El equipo no sumaba tantos puntos a estas alturas desde 1950, aunque terminaría la temporada con sólo 19 puntos más, uno por encima de los puestos de descenso. Los precedentes sirven de poco y Montanier nunca ha empezado tan bien en la primera división. El año que cosechó la cuarta plaza con la Real Sociedad no empezó de forma tan brillante el campeonato.
Otra de las noticias ilusionantes para el Rennes, más allá de su gran inicio de temporada, es lo bien que se han adaptado al equipo los fichajes. Giovanni Sio está volviendo a demostrar que tiene nivel para un equipo puntero de Francia; Mehdi Zeefane ha mejorado sus números respecto a su etapa en el Olympique de Lyon –con gol a su exequipo incluido–; Ludovic Baal sigue siendo ese lateral izquierdo, y también extremo, que maravilló el año pasado en el Lens; y Paul-Georges N’Tep, ya coronado como una estrella de la Ligue 1, abusa cada fin de semana de los rivales. Además, con la llegada de Quintero, Jeremie Boga (y anunciado ayer el flamante fichaje de Gourcuff) el equipo tiene variantes suficientes como para utilizar distintos esquemaa a la hora de disputar un partido. Algo que el año pasado ni el anterior supo encarar Philippe Montanier.
Montanier ha triunfado esta temporada con dos esquemas distintos, e incluso con tres. De su clásico 4-3-3 pasamos a un 5-4-1 en el último partido en Nantes. Por otra parte, Pedro Mendes, sí, el exjugador del Real Madrid, se complementa a la perfección con Armand, un central que combina su veteranía con la juventud del portugués. En el centro del campo, al espectacular nivel de Gelson Fernandes hay que añadirle que Yacouba Sylla ha vuelto a su nivel tras un efímero paso por la Premier League con más pena que gloria. Y en ataque, a la espera de poder ver a Quintero con Boga o Gourcuff, está erigiéndose N’Tep otra vez como el buque insignia del equipo. Todo ello, combinado a la potencia de Sio, hace del Rennes uno de los proyectos más amoldados de la Ligue 1. ¿Repetirá gesta Montanier como lo hiciera en la Real? Todo puede pasar, pero de momento las sensaciones no pueden ser más estimulantes.
* Andrés Onrubia.
– Foto: Manchester United
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