El Real Valladolid no ha empezado de la mejor forma posible la temporada en la que se estrena Juan Ignacio Martínez como máximo responsable del conjunto pucelano tras la exitosa etapa de Miroslav Djukic. En las primeras ocho jornadas del campeonato sólo ha sido capaz de sumar 6 puntos, con una sola victoria (ante el Getafe) y tres empates como resultados más positivos.
Las señas de identidad que quiere otorgarle JIM a su nuevo proyecto parten del gran trabajo realizado por Djukic durante las últimas campañas. La idea de juego se sigue basando en el buen trato de balón gracias a que cuenta con jugadores con un marcado carácter asociativo y con calidad técnica para apostar por ese estilo. JIM demostró en el Levante ser un técnico metódico, trabajador y capacitado para sacar el máximo rendimiento a cada futbolista a pesar de que el estilo de juego granota era más contragolpeador y apostaba por un juego más directo.
A pesar de la calidad que atesora la plantilla, existen dos situaciones que conviene no olvidar cuando se realiza el análisis sobre su inicio de temporada. El primero, la exigencia del calendario, que le ha hecho enfrentarse a rivales en un gran estado de forma como F. C. Barcelona, Atlético de Madrid y Villarreal. En cambio, tampoco ha podido vencer a otros como Elche o Levante que sí forman parte de su liga. El segundo, la importante plaga de lesiones que asedia el equipo y que cuenta en la actualidad con cinco bajas: Víctor Pérez, Rubio, Larsson, Óscar y Sastre. Otros hombres clave como Marc Valiente y Ebert también se han perdido varios partidos por el mismo motivo. En este caso, dichas ausencias han provocado que el técnico alicantino no pueda contar con todos sus efectivos en plenas garantías con la pérdida de talento y de opciones de juego que eso representa.
A continuación pasamos a analizar cómo ha ido desarrollándose su juego línea por línea:
Diego Mariño, baluarte en la portería. Una de las sorpresas agradables en este comienzo del campeonato. Todo indica que la incorporación del joven portero y doble campeón de Europa con la selección sub-21 ha sido todo un acierto por parte de la secretaria técnica. Titular indiscutible desde la primera jornada, cuenta con unos reflejos felinos y una seguridad impropia de su edad. Detuvo un penalti clave en el Ciutat de València que permitió sumar un importante empate.
La línea defensiva sigue invariable. JIM ha confiado en los cuatro futbolistas especialistas en cada posición de la defensa: Rukavina, Marc Valiente, Rueda y Peña. Los laterales siguen proyectándose muy bien en ataque ofreciendo soluciones ofensivas. Además los fichajes de Alcatraz y Bergdich siguen la misma línea. La pareja de centrales, consolidada con Djukic, aporta competitividad al puesto que ocupan. En este sentido, la valentía del estilo de juego hace que se juegue con la línea adelantada y que tanto Valiente como Rueda tengan que fiarse de su anticipación para evitar cualquier peligro de contragolpe. En esta faceta del juego todavía existe margen de mejora, ya que suelen aparecer desajustes defensivos que hacen que los rivales encuentren cómodamente posiciones de remate cerca del área, por lo que se ha de trabajar para aumentar la seguridad defensiva del equipo.
Víctor Pérez, baja sensible. El albaceteño ha sufrido tres duras lesiones durante este año que no le han permitido participar de forma regular en la dinámica del equipo. Es un futbolista de una calidad contrastada y con capacidad de liderazgo que fue clave en el esquema táctico durante la etapa de Djukic. En más de una ocasión su técnico ha elogiado sus cualidades y el contratiempo que supone no contar con él. De momento, ha optado por una pareja de mediocentros de mucho trabajo formada por Álvaro Rubio y Sastre, pero la irrupción del joven Fausto Rossi, cedido por la Juventus, debería aportar mayor creatividad y talento en esa parte del campo. El italiano incluso podría jugar en una posición más adelantada en la que podría explotar aun más su visión de juego y buen disparo.
Ebert-Óscar-Omar: el lastre de las lesiones. Los tres futbolistas que deberían ser titulares por detrás del punta sólo han podido coincidir en la primera jornada liguera. Las lesiones se han cebado con unos jugadores que son clave en el engranaje ofensivo del equipo. Ebert ha tenido problemas con su estado físico que no le han permitido rendir al nivel esperado. Igualmente su calidad técnica y golpeo en balones parados es un arma que explota de forma excelente regalando cuatro asistencias a sus compañeros. Por su parte, Óscar está viviendo una segunda juventud en Zorrilla y posiblemente sea el factor desequilibrante en ataque, pero las lesiones han reducido su protagonismo en el equipo. De momento, es pronto para saber la aportación real que tendrán en el juego colectivo tanto Bergdich como Valdet Rama en la banda izquierda.
Guerra, hombre-gol. De los siete goles conseguidos por el conjunto pucelano, cuatro llevan la firma del delantero malagueño. Titular indiscutible para JIM, a sus 31 años se encuentra en un momento de forma muy dulce y es la referencia ofensiva. Peligroso en el juego aéreo, sus movimientos dentro del área (incluyendo su juego de espaldas) y capacidad de remate son un continuo peligro para las defensas rivales. El principal hándicap en este ámbito es que al equipo le cuesta materializar las ocasiones de las que suele disponer. No en vano, sólo cuatro conjuntos han marcado menos goles que él. Manucho ni está ni se le espera, por lo que será importante la contribución del colombiano Humberto Osorio, un futbolista habilidoso que ya se ha estrenado como goleador y que debería ayudar a Guerra en esta faceta.
La paciencia suele ser muy importante para este tipo de proyectos en los que el objetivo primordial es mantenerse en la categoría, hecho fundamental para asegurar la supervivencia económica y social del club. El máximo mandatario de la entidad pucelana, Carlos Suárez, confía plenamente en su entrenador: «Hemos tenido un cambio muy importante, que es el del entrenador. Hemos incorporado a seis o siete jugadores. El equipo estaba un poco descompensado y un poco escaso, además hemos tenido un montón de lesiones. A pesar de eso el equipo, excepto los partidos que hemos jugado contra equipos más fuertes, está fuerte, está ordenado y empieza a notarse la mano del trabajo que se está haciendo. Estoy contento».
De momento, el Real Valladolid cuenta con una plantilla más amplia y competitiva respecto a la del año anterior y un entrenador con experiencia contrastada para cambiar el rumbo actual del equipo una vez pueda contar con todos sus integrantes. La idea es clara: fortalecerse ante las adversidades.
* Marcos Castro.
– Foto: EFE
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