Ramos arriba y abajo

por MARTI PERARNAU el 4 febrero, 2012 • 22:07

1.- Contra el viento, el Real Madrid somete al Getafe desde la posición altísima de sus tres centrales (Pepe, Ramos y Xabi Alonso) y la dirección operativa de Kaká y Özil. El Madrid se planta en un campo de condiciones gélidas con el espíritu y la sensación de quien domina la competición y se siente poseedor del ritmo de la Liga. Tiene el título en sus manos. La meta está muy lejana y pueden ocurrir mil peripecias, pero se sabe dueño de su destino. Hacía tiempo que no le ocurría algo parecido.

2.- Miramos hacia arriba, pero detengámonos abajo. Ahí están los dos centrales, Pepe y Ramos, tirando de su equipo como de una manta, mandándolo a empujones hacia el campo rival. Centrales que se instalan en el círculo central guardaespaldeando a Xabi Alonso, tres en raya, y reducen el radio de acción a solo medio campo. Con esa pareja, el Madrid sólo necesita desplegarse en el 50% del terreno: ahí tiene medio partido a su favor.

3.- Al marcador lo ha puesto a favor un casquetazo descomunal de Sergio Ramos, un killer del área ajena en los saques de esquina. Ramos tiene un cañón en la cabeza y está siendo hombre decisivo en este Madrid: por lo que tranquiliza atrás y por lo que aporta delante.

4.- La conexión Özil-Benzema es otro factor que marca diferencias. El desmarque de Benzema unido a la visión quirúrgica de Özil es una ecuación destructiva. El delantero tiene alma de mediocentro, cuerpo de bailarín y espíritu punzante. El alemán no es hombre de timón, sino de hinchar las velas para el asalto final. Juntos se convierten en fabricantes irresistibles de miedos ajenos.

5.- El gol de Ramos ha planteado una situación curiosa: al Madrid le bastaba y al Getafe, también. El equipo de Luis García ha buscado enfriar el partido en una tarde bajo cero, quizás esperando un hipotético arreón final. Como el ciclista que se protege del viento dentro del pelotón, guardando sus fuerzas para volcarlas en un único sprint final. Ese sprint, por cierto, no ha llegado.

6.- Al equipo de Mourinho le ha interesado la hibernación de esfuerzos. En ese contexto se maneja con comodidad. Centrales altos, Alonso incrustado, Lass barriendo y Özil buscando el desmarque de Benzema. Ritmo continuado en el Madrid, sin el estrépito ni la ruptura de otras noches, ni tampoco la creación continua de ocasiones tantas veces presenciada. En este contexto que comento, Cristiano Ronaldo se esfuerza, trabaja denodadamente y jamás se arruga, pero es menos influyente.

7.- Cuanto mejor funcionan las conexiones entre los tres de atrás y el tándem Özil-Benzema, más dificultades encuentra Cristiano para desplegar su energía individual. Para un Madrid profesional y contundente, este hecho no es preocupante, pero es una realidad. El equipo juega menos para el portugués y más en asociaciones concretas, incluso si Granero no es de la partida inicial.

y 8.- El partido ha dejado pocos detalles relevantes. En faltas laterales, ambos equipos han plantado sus líneas defensivas fuera del área para alejar a los rematadores. El Getafe ha manejado bien el paso adelante, generando hasta 12 fueras de juego madridistas, todo un récord. Casillas ha estado absolutamente inédito todo el segundo tiempo y casi inactivo en el primero. Pocos datos lo explican casi todo.