Todo se acabó, como la disolución de un azucarillo, rápida y velozmente. No ha habido más que una España ansiosa, perdida y sin rumbo. La segunda parte del partido contra Corea del Sur fue una losa, el reflejo de la deriva que vive un equipo anclado en una gestión insolente y arcaica, propia del siglo pasado. El sueño se fugó porque no hubo ningún plan futbolístico, solo hasta donde las jugadoras pudieron, porque cuando la situación se complicaba y requería de respuestas desde fuera, vinieron peores noticias de las que había. El camino de Vicky Losada hacia la sustitución fue el preludio del fin, un retrato mezquino que cuenta con el visto bueno de los altos estamentos de una federación a la que le da lo mismo si la selección femenina crece o se hunde. Las generaciones van pasando, esta parece única e irrepetible, pero las jugadoras no pueden con todo. Cuando la ansiedad se apodera y la cabeza se convierte en un flan, no reciben las soluciones que un entrenador debe buscar ante malos momentos. Ha vendido mucho humo de que ha faltado gol, pero lo que realmente no hay es un técnico que potencie a estas enormes jugadoras.
España pasó del día a la noche en el descanso. Un primer tiempo muy bueno, jugando por fuera con una imperial Marta Corredera que tenía la llave del partido con sus desbordes continuos y que siempre generaban ocasiones de gol. Además, Alexia daba amplitud por banda izquierda y Natalia volvía a dar un recital de desmarques para generar espacios. La selección crecía con Vicky Losada en la batuta, escoltada por una Virginia espectacular que mientras estuvo acompañada en el centro del campo dio un recital de posicionamiento y anticipaciones. No dejó ni una vez que Corea corriera. En ningún momento las coreanas salieron a la contra, porque si no era Virginia aparecía una Leire Landa soberbia que ha completado tres actuaciones imponentes, repartiendo una clase de velocidad, lectura del juego, robos continuos y salida de balón.
España dominaba a placer. Vicky Losada empujaba a Corea hacia su área y solo le dejaba el recurso del pelotazo con su delantera Park, que era una isla. El partido cogió la dinámica que quería la selección. Largas posesiones de pelota y que las coreanas cada vez se defendieran más atrás para que de esta manera no pudiesen correr al contragolpe. Y España encontraba los espacios y las debilidades de Corea. Virginia y Vicky Losada abrían y ensanchaban el campo. Si no era Corredera, era Alexia, pero siempre se jugaban el uno contra uno y generaban superioridad y desequilibrio.
Y así llegó el gol de España. Primero, Vicky Losada hizo el uno contra uno en la banda derecha; el balón acabó en Virginia. que lanzó a portería y fue rechazado, pero apareció Corredera, cambiada de banda, para amagar por dentro y hacer el regate hacia fuera. La egarense ganó línea de fondo y Vero Boquete, aprovechando el genial desmarque de arrastre de Natalia al primer palo, apareció desde atrás y puso el balón dentro. Jugada de manual: genero por fuera, acabo dentro y apareciendo en el área, no estando. Era el guión perfecto porque este resultado clasificaba a España y no se tenía que preocupar del duelo de Brasil y Costa Rica.
Pero hasta aquí dio la felicidad y comenzó la tortura que martirizó a unas jugadoras que no merecieron este final. El cruce de Leire un minuto antes del gol que salvó el empate ya auguraba que la pesadilla estaba a punto de llegar, y en la segunda parte estalló. Primero por el empate en un error en la salida de balón que propició la primera transición letal defensa-ataque de las coreanas y segundo por el error táctico más grave (mucho más que el planteamiento ante Costa Rica), que fue la sustitución de Vicky Losada. El mejor termómetro de España para medir el partido y saber cuándo se tranquiliza o se agita se fue al banquillo sin motivo justificado. Una decisión infame que costó la eliminación del mundial. Virginia se quedó sola en el centro del campo y Meseguer contribuyó a lo que buscó Corea: el descontrol absoluto y partir en dos a la selección.
El correcalles se acentuó con Virginia sola y una defensa española, sobre todo Torrejón, que fue la presa perfecta de unas coreanas que solo querían herir de muerte a España. Salvo Leire Landa, la defensa fue mantequilla para una Corea que jugó como realmente quiso: corriendo, corriendo y corriendo. Y en ataque, la desesperación y ansiedad fueron los síntomas más preocupantes de una selección gestionada de manera horrible. Natalia Pablos fue al banquillo y entró Sonia para acabar sin ‘9’ arriba, con Vero Boquete desquiciada en la punta de ataque, Alexia que venía ayudar a una Virginia huérfana tras la marcha de Vicky Losada… España era un barco a la deriva que se estaba hundiendo por decisiones erróneas sin motivo alguno y que estaba acabando de matar a unas jugadoras cuyo corazón no podía sostener una cabeza quemada de injusticias o errores que las abocaba al abismo.
El último disparo de falta al larguero de Sonia, que de haber entrado hubiese llevado a un sorteo de España y Costa Rica por ver quién era segundo, fue el fiel reflejo de un conjunto que ha llegado al mundial sin preparación y con errores desde el minuto uno que han costado todos los partidos. No es buen síntoma que el primer día una mediapunta sea mediocentro, la delantera juegue de extremo y la mejor mediocentro esté en el banquillo. O la ausencia inexplicable de Ruth García. Ha pasado de jugarlo todo y ser titular indiscutible a llegar a Canadá y solo jugar media hora. Vicky y Natalia en el Arsenal; Vero Boquete es actual campeona de Champions; Virginia se va al Montpellier… las exportaciones siguen y aquí esto sigue desprendiendo un olor que mentalmente consume y agota a unas jugadoras que han visto cómo su sueño mundialista se ha esfumado sin apenas disfrutarlo. Si a la federación no le interesa absolutamente nada el fútbol femenino, qué decir del seleccionador: 27 años derrochando el talento y energía de unas jugadoras fantásticas.
Suecia ha vivido con la angustia de quedarse fuera del Mundial hasta el último minuto de la fase de grupos. Salvo el partido ante EE. UU., ha estado desdibujado y ha dejado una sensación de absoluta impotencia. En la última jornada empató contra Australia, pero dejó sensaciones de equipo perdido y sin plan de juego que tiene a su máxima goleadora totalmente desactivada. Lotta Schelin cumplió más de cuatro horas sin marcar en un mundial, un dato que dice mucho de la indolencia de Suecia, que jugará el gran choque de octavos ante Alemania.
El resto de la jornada no tuvo sorpresas. Francia se desquitó de su derrota ante Colombia, goleó a México por 5-0 y recuperó sensaciones. Camerún demostró que va muy en serio tras vencer a Suiza por 2-1 y acabar segundo de grupo. Es el único equipo africano que supera la fase de grupos, tras la eliminación de Nigeria.
China-Camerún
EE. UU.-Colombia
Alemania-Suecia
Francia-Corea
Brasil-Australia
Japón-Holanda
Noruega-Inglaterra
Canadá-Suiza
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: FIFA
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