Un terremoto, un tsunami, un auténtico vendaval amarillo directo hacia las semifinales. El rodillo de Pisa Sundhage cada día está más afinado. Hoy se ha vuelto a cobrar otro rival, Islandia, que ha durado con vida solo tres minutos. Suecia es una auténtica apisonadora que en sus últimos tres partidos ha hecho 12 goles a favor y solo ha encajado uno.
Lo que tardó Hammarström en sorprender a Gunnarsdóttir con un disparo lejano fue lo que duró el choque. No hubo más. A los tres minutos, Islandia estaba KO y Suecia era un huracán con una velocidad de vértigo, endiablada. Un gigante que no dejaba de devorar al rival que estaba sufriendo una avalancha imposible de apaciguar. Schelin y Asllani trayendo en jaque a la defensa islandesa; Öqvist por fuera apuñalando con su velocidad; Seger empujando a Islandia cada vez más a su portería. Presión asfixiante tras pérdida y recuperación inmediata. Un volcán en erupción que estaba acribillando a su rival. En 20 minutos, 3-0, partido acabado y a pensar en semifinales.
Schelin se convertía en la máxima goleadora sumando su cuarto gol y además le daba el segundo a Öqvist tras un precioso pase por arriba. Asllani hacía lo mismo con unos movimientos de bailarina y le daba el gol a su compañera Schelin. Un vendaval precioso ante los 8.000 espectadores que estaba en el estadio Örjans vall de Halmstad. Pia Sundhage disfrutaba desde el banquillo viendo cómo sus jugadoras están on fire en el momento clave de la Eurocopa.
El partido no dio para más. 20 minutos de un rodillo sueco que se había quitado con una superioridad abrumadora a un rival que estaba deseando que llegará el minuto 90 para que finalizara la pesadilla a la que Suecia le estaba sometiendo. Sin Magnúsdóttir, más se veían las carencias en ataque de Islandia, que no pudo proponer nada, porque Suecia lo ahogaba tanto cuando tenía la posesión que el balón le duraba solo unos segundos.
Pia Sundhage decidió sustituir a Öqvist al descanso pensando en las semifinales. También a Hammarströn y después a Schelin, que antes de marcharse volvió a marca otro gol más. Movimiento fantástico de Asllani, de dentro hacia fuera, el enésimo que hacía, y pase bello hacia Schelin, que desde segunda línea firmó su quinto gol en esta Eurocopa. Fiesta sueca en el campo y las gradas, disfrutando de su selección y de su abrumador rodillo. Últimos cinco minutos, con todo el campo ovacionando a sus jugadoras. Otro magnífico detalle del encuentro.
El tropiezo ante Dinamarca dejó claro que siempre cuesta el inicio. A partir de ahí, las suecas han ido creciendo en el campeonato y han demostrado que este es su torneo. En casa, ante su gente, con un juego asfixiante, vertical y vertiginoso que devora a los rivales con una oleada de juego ofensivo que ahoga. Finlandia duró lo que Fischer tardó en fusilar dos córneres; a Italia se lo quitó en los primeros cinco minutos del segundo tiempo; e Islandia, como dice el maestro Sabina, duró «lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks». ¡Que pase el siguiente!
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: AFP
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