"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
Uno de los delanteros más prolíficos del fútbol español en la década de los 40 junto a César, Mundo, Zarra o Mariano Martín. Consiguió el Trofeo Pichichi en el curso 1940-1941 con la camiseta del Atlético Aviación. Años más tarde tuvo un papel fundamental en el eterno rival al anotar dos goles frente al Real Oviedo que evitaron el descenso del equipo merengue a segunda división. Nacido en Babilafuente, provincia de Salamanca (España), el 1 de diciembre de 1916, jugaba de delantero centro. Jugador de gran oportunismo y eficacia, tenía un buen disparo con ambas piernas y un poderoso remate de cabeza. Le gustaba ir al choque en cada jugada y siempre incomodaba a los zagueros rivales por su fuerza y vigorosidad. No era un prodigio técnico y su estilo era poco estético, por ello siempre buscaba la portería contraria sin adornos ni florituras.
Comenzó su carrera en la U. D. Salamanca, donde entró a formar parte de la primera plantilla en la temporada 1934-1935. La temporada siguiente, con su ayuda, el club charro subió a segunda división, aunque el estallido de la Guerra Civil meses después suspendió la mayoría de competiciones futbolísticas en el país. Al término del conflicto permaneció una campaña más en el conjunto salmantino hasta que recibió una propuesta del Atlético Aviación para hacer una prueba. Convenció al cuerpo técnico y a los directivos y un mes después se cerró el acuerdo para su fichaje.
El cuadro colchonero, que dirigía Ricardo Zamora, era el vigente campeón liguero y en la temporada 1940-1941 revalidó el título. En ello tuvo mucho que ver el ariete de Babilafuente al ser el máximo goleador de la competición con 30 goles. Los hizo además en 22 partidos, logrando una media jamás alcanzada hasta el momento, 1,36 dianas de media por choque. Tuvo momentos memorables, como la racha de siete (1-7) y ocho (9-16) jornadas consecutivas marcando, o partidos en los que causó estragos a las defensas rivales, como por ejemplo las del Athletic o Murcia, a las que endosó cuatro goles. El Atlético Aviación, pese al cambio de entrenador en mitad de la campaña (llegó Lafuente), ganó la liga por delante del Athletic Club y la Copa de Campeones de España (predecesora de la Supercopa) al R. C. D. Español tras un global de 10-4 (Pruden marcó un hat-trick en la vuelta).
En el periodo estival, Pruden pidió a la directiva rojiblanca una ficha profesional, ya que aún era jugador amateur. Las conversaciones no llegaron a buen puerto y las divergencias económicas hicieron que el ariete decidiese abandonar la entidad y regresar a su localidad natal. La U. D. Salamanca le abrió las puertas y a cambio de 50.000 pesetas se volvió a enfundar la zamarra salmantina. Pruden, además, aprovechó para continuar con los estudios de medicina que había dejado a medias tras su mudanza a Madrid un año antes.
El Salamanca militaba por entonces en el Grupo 1 de la segunda división y rozó el ascenso en el curso 1941-1942. Finalizó en segundo lugar y en la fase final, en la que participaban equipos de otros grupos, quedó en sexta posición, a seis puntos de los puestos que promocionaban a la máxima categoría. Pruden logró 18 goles en liga y en la copa se reencontró con sus antiguos compañeros del Aviación. En la ida, el Salamanca ganó por 1-0, y en la vuelta, celebrada en Chamartín, llegaron al descanso con ventaja gracias a un tanto suyo. Sin embargo, en la segunda parte el Atlético fue muy superior y acabó dando la vuelta al partido y a la eliminatoria.
En la temporada siguiente el nivel del equipo salmantino bajó considerablemente y en la última jornada de la primera vuelta ocupaba el farolillo rojo en la tabla. Pruden participó en el homenaje a Jacinto Quincoces y los rumores por su fichaje por el Real Madrid aumentoaron. Disputó varios amistosos con los blancos al mismo tiempo que intentaba mantener al Salamanca en la categoría de plata. Finalmente, en marzo de 1943 se cerró el trato por el que Pruden reforzaría al Real Madrid a partir de la copa que se disputaría desde finales de abril. El Salamanca acabó bajando tras ser tercero de su grupo en la liguilla final por la permanencia y Pruden debutó en las filas merengues en el torneo copero precisamente ante la escuadra charra en Chamartín. Vencieron por 5-1 a su exequipo con dos goles que llevaron su firma y en la vuelta también lograron el triunfo por la mínima. En las eliminatorias posteriores, el Real Madrid derrotó a Español, Xerez y F. C. Barcelona, con el famoso 11-1 en el que el artillero salmantino marcó cuatro dianas, y se clasificó para la final. Su rival fue el Athletic Club de Lezama, Zarra, Gaínza o Panizo, que ganó por la mínima y alzó la Copa del Generalísimo.
Los aficionados merengues tenían puestas grandes esperanzas en el salmantino dadas las magníficas cifras goleadoras que tuvo en el equipo vecino. Sus actuaciones en la copa de 1943 fueron muy buenas, pero sus dos primeras temporadas completas dejaron dudas en la directiva y en la hinchada. Nueve goles en 1944 y siete en 1945 fue el bagaje en dos años en los que la escuadra entrenada por Ramón Encinas no alcanzó ningún título. La situación cambió con la llegada de Quincoces al banquillo blanco. En el curso 1945-1946, Pruden marcó 20 goles en liga y solo fue superado por Zarra en la clasificación de mejores artilleros. El conjunto blanco no pudo pelear por la competición doméstica, pero obtuvo la copa después de diez años de sequía. Eliminaron consecutivamente a Club Ferrol, S. D. Ceuta, Alcoyano y Real Oviedo y se presentaron en la final contra el Valencia. Celebrada en Montjuïc, y con Bañón, Clemente, Corona, Moleiro, Ipiña, Huete, Alsúa, Barinaga, Pruden, Belmar y Elices en la alineación, el Madrid se impuso por 3-1. Aquella tarde Pruden fue el héroe del triunfo con dos goles vitales y una actuación excelente.
En la campaña siguiente se hizo cargo del equipo Baltasar Albéniz, aunque el rendimiento en liga fue muy pobre al quedar pronto descolgados de la lucha por el título y terminar en séptimo lugar. Pruden sí rayó a gran nivel y consiguió con 22 su mejor cifra de goles con la camiseta blanca en el campeonato liguero. Solo restaba una opción para no tildar de fracaso la temporada, y era la Copa. La escuadra merengue defendía el título y lo acabó revalidando, algo que no hacía desde 1908. En su camino hacia la final se deshizo de Club Ferrol, Real Betis, Castellón y Athletic Club, y en el duelo por el título se vio las caras con el R. C. D. Español. El encuentro se disputó en Riazor y el Real Madrid, con un once integrado por Bañón, Clemente, Corona, Pont, Ipiña, Huete, Alsúa, Barinaga, Pruden, Molowny y Vidal, tuvo que esperar a la prórroga para llevarse el triunfo por 2-0, el último tanto obra de Pruden en las postrimerías del choque.
El curso 1947-1948 fue el último del futbolista salmantino en la disciplina merengue. El equipo no funcionó en ningún momento de la campaña y la ansiedad y el agobio por verse en los puestos de abajo condicionó cada partido. Pruden perdió la titularidad y tras marcar un gol en la primera jornada ante el Alcoyano estuvo 25 encuentros seguidos sin hacerlo. Sin embargo, los otros dos goles que firmó fueron los vitales para que el Real Madrid siguiese en primera división. A la última fecha del campeonato el plantel entrenado entonces por Mister Keeping llegó en el puesto undécimo, con los mismos puntos que el Sabadell y uno y dos puntos por encima de Sporting y Real Sociedad respectivamente, conjuntos que ocupaban posiciones de descenso. Los cuatro equipos jugaban en casa: Sporting-Atlético de Madrid, Sabadell-Sevilla, Real Sociedad-R. C. D. Español y Real Madrid-Oviedo.
Los asturianos habían cumplido todos sus objetivos y eso jugó a favor de los madrileños. En el minuto 7, Pruden recibió un servicio de Ipiña y lanzó un potente chut que golpeó en el larguero y botó dentro del marco que defendía Argila. Pasada la media hora, el salmantino aumentó la distancia con un precioso disparo que se coló por la escuadra después de una bonita combinación en la que también participaron Ipiña y Barinaga. En la segunda parte el marcador no se movió y con el 2-0 final el Real Madrid no dependía de ningún resultado y salvaba la categoría. En los otros choques, tanto el Sabadell como la Real Sociedad doblegaron a sus rivales, mientras que el Sporting fue apabullado en casa por el Atlético de Madrid. Finalmente el Real Madrid se mantuvo en el undécimo puesto y superó en dos puntos a los donostiarras y en tres a los gijoneses. La temporada para los blancos concluyó con una alegría al conquistar la Copa Eva Duarte al Valencia por 3-1, aunque sin que Pruden jugase un minuto. Unas semanas más tarde el charro abandonó la institución madridista tras 114 partidos oficiales y 93 goles.
Su siguiente club fue el Real Zaragoza. Con los maños jugó una sola temporada en tercera división, en la que logró el ascenso a segunda tras quedar por detrás del Lleida en el Grupo 3 y donde se proclamó mejor goleador del equipo con 22 goles en 24 partidos. En 1949 se marchó al Plus Ultra y tras permanecer cuatro campañas en el cuadro capitalino se retiró del fútbol a los 37 años.
Nunca fue internacional con la selección española por la gran competencia que había para el puesto de delantero centro, donde Mundo y Zarra, que empezaba a destacar, le cerraron el paso. Tras colgar las botas siguió ejerciendo la medicina y en 1953 entró en los servicios médicos del club merengue. Lo compaginó algunos años con el puesto de delegado y posteriormente ejerció como médico de empresa hasta su jubilación.
En 1958, el presidente de la U. D. Salamanca y antiguo compañero suyo, Dámaso Sánchez de Vega, le entregó la máxima distinción del club en homenaje a todos los años que se enfundó la camiseta charra. Falleció el 25 de Febrero de 1998 en Madrid a los 81 años.
* Alberto Cosín.
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