Por mucho que los que entregan los premios individuales aún no se hayan dado cuenta, Sergio Busquets lleva ya dos años siendo el mejor centrocampista del F. C. Barcelona. Tanto con el balón como sin él. El glorioso pasado y/o potencial de sus acompañantes, unido al hecho de que siempre juega bien, nos ha llevado a dejar en buena medida de analizar qué decisiones se han de tomar para potenciarle al máximo. Hoy es absolutamente imprescindible hacerlo, pues el mejor Busquets solo es menos importante que el mejor Messi. Así pues, ¿qué debe hacer Martino para conseguir permanentemente su mejor versión?
Realmente, quizá antes habría que hacerse otra pregunta: ¿en qué consiste la mejor versión de Sergio Busquets? Es muy bueno con el balón y también sin él, se complementa bien prácticamente con todos y rinde bien a distintas alturas. Sin embargo, ello no impide que podamos saber cómo brilla más. Y es sencillo: estando muy cerca del balón, el mayor tiempo posible en campo contrario, con el Barça aplicando estrictamente los principios del juego de posición que le han encumbrado.
Sin embargo, he aquí la primera pequeña contradicción. Una de las máximas del sistema del Barça es que, ante dos puntas, el mediocentro debe incrustarse entre los centrales para tener superioridad numérica. No solo en la salida de balón. De hecho, en la salida esta superioridad se puede generar mediante el portero (otra cosa es que el precavido Martino prefiera no asumir estos riesgos). Se refiere más tanto a la elaboración a una altura superior como a las vigilancias ofensivas. Es decir, cuando el equipo tiene el balón en campo contrario, tres jugadores deben ocuparse de las vigilancias ofensivas para encontrarse en situación de superioridad respecto a los dos puntas contrarios. Generalmente, uno de ellos guardando la posición y otros dos anticipando. Sergio es fenomenal haciendo esto. Sin embargo, deja de estar cerca del balón y de hacer aquello que se le da mejor: generar juego ubicado justo delante de los centrocampistas rivales y presionar tras la pérdida al encontrarse cerca de la misma.
He aquí el primer ejemplo de que no siempre basta con lo que se ha venido haciendo, a saber: no dejarle solo en las transiciones. Sí, eso está muy bien, pero no basta para ver su mejor versión. El equipo será menos vulnerable si alguien se ha quedado cerca de él, pero no podrá disfrutar de la capacidad de Busquets para recuperar el balón arriba si no se ha agrupado bien en campo contrario o, incluso, si habiéndolo hecho, el factor de que el rival juegue con dos puntas (o con un punta acompañado de un mediapunta que se queda descolgado) lo aleja de la jugada y, con ello, de sus mejores virtudes.
Al hilo de lo anterior, es significativo cómo, tanto esta temporada como la anterior, el mejor Barça se ha visto con el mejor Busquets (y viceversa). Es decir, cuando el equipo respeta su juego posicional, avanza agrupado y vive en campo contrario. En este contexto, el mediocentro azulgrana proporciona el primer toque diferencial: el que marca el ritmo de la circulación, el que bate una línea inesperadamente, busca terceros hombres apoyándose en interiores aparentemente marcados, genera hombres libres atrayendo rivales, mueve el balón de un lado a otro, decide cuándo verticalizar… Sí, un canalizador del juego en toda regla. Distinto de Xavi en la forma, aunque no tanto en el fondo.
¿Significa esto que tiene que convertirse en interior? No necesariamente. Diría que no rotundamente, pero faltan muestras para ello. Siendo una referencia permanente por detrás del balón es excelente y no hay motivos para obligarle a alternar esto con moverse entre líneas. La cuestión es que el centrocampista principal no tiene por qué ser interior. Eso sí, para que sea el mediocentro (y este en particular) se dan otros requisitos, algunos de los cuales ya los hemos ido tratando.
A priori, podríamos añadir dos requisitos fundamentales, ambos unidos: ser el único mediocentro y disponer de múltiples opciones de pase por delante para poder jugar a pocos toques (su mayor virtud). En este sentido, es muy importante que interiores y delanteros tengan una gran movilidad. Y si son capaces de jugar a la velocidad y en el idioma de Busquets, mucho mejor. En cuanto al momento de la pérdida, al margen de la mejor disposición para la misma como consecuencia de un ataque ordenado, una intensidad elevada en la presión de los de delante sería idónea. Aunque la falta de minutos disputados invite a ser prudente, estos requisitos llevan a pensar que, probablemente, Sergi Roberto sea el interior que mejor pueda complementar a Busquets.
Pero los rivales también juegan. Aunque el tópico diga que es impropio de un equipo grande modificar elecciones individuales o sistema, la realidad es que lo impropio de un grande es renunciar a su modelo de juego, y en ocasiones, para poder plasmar este modelo son necesarias estas modificaciones. En el asunto que nos ocupa, un rival con un solo punta y sin mediapunta es ideal para que Sergio pueda dominar. Los demás, en principio, no, aunque siempre pueden acercarse más a serlo si el equipo es capaz de agruparse bien en campo contrario.
¿Cómo evitar este problema y conseguir que Busquets pueda acompañar siempre las jugadas, siendo otros quienes se ocupen de las vigilancias ofensivas? Ahí van algunas posibles soluciones:
No obstante, el problema es que los rivales también realizan modificaciones. Un buen ejemplo fue el Villarreal: el Tata Martino creyó que saldría con dos puntas, por lo que optó por dos mediocentros a distintas alturas en la alineación (tendiendo a ser Busquets el más retrasado; a mi juicio, erróneamente). Como luego no fue así, Song acabó jugando de interior, mostrando sus carencias para jugar en esta posición en el contexto del Barça. Si no hubiera cambiado nada respecto a la alineación habitual, el paso atrás de Busquets (de haberse tenido que dar) habría conllevado que Xavi fuese el mediocentro, lo cual, en su actual situación, es insostenible.
Pero la plantilla actual da mejores opciones. Hay jugadores polivalentes que permiten estas modificaciones, de manera que Busquets sea el eje del centro del campo independientemente de la formación que adopte el rival, incluso buscando distintas variantes el propio Barça. He aquí algunos ejemplos tomando como referencia el Manchester City y sus posibles alineaciones:
Respecto a la alineación tipo actual, la diferencia es que Adriano estaría donde Busquets y este último, donde Xavi (o Song).
Respecto a la alineación actual, siendo este el dibujo adaptado más propicio para Busquets rinda con la misma, la única diferencia es que Alves sería uno de los dos interiores, ocupando Adriano su puesto en el lateral.
Como en el primer caso, la diferencia redundaría en que Adriano cubriría el sitio que correspondería a Busquets y este, el de Xavi. Mascherano podría ejercer la misma función que Adriano, siendo quizá más apto. No obstante, me he decantado por el brasileño porque ofrecería una mejor salida lateral en una línea de tres y porque sería más apropiado si el dibujo del rival le llevara al lateral. En cuanto al interior, no me he decantado por ninguno dada la complejidad de apostar, a dos meses vista, por cualquiera de los cuatro, visto que actualmente ninguno es una garantía absoluta ni tampoco lo contrario.
Por extraño que pueda parecer, porque en la televisión siempre sacan el mismo dibujo con independencia de las adaptaciones que se hacen al esquema del rival, no se propone aquí cambio de sistema alguno. Lo que se propone es que no sea Busquets, el mejor centrocampista, el que cambie su papel en función del rival, sino que lo hagan otros. Al fin y al cabo es lo que dicta la lógica: potenciar siempre al mejor y que sean los demás quienes se adapten. Y el mejor, Messi al margen, es Sergio Busquets.
– Sergio Busquets, el heredero de Guardiola (sobre la figura de Busquets)
– Presión tras pérdida (1) (último párrafo).
* Rafael León Alemany.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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