Day 39
Aparece la mentira como quinto en discordia de arrebatador poderío. Ni es Nobita ni es Barto, es una variante de Pinocho adecuada a los tiempos y a la necesidad de ganar, de obedecer la consigna única de su gente, el único mandamiento que siguen: el fin justifica los medios. Cualquier medio. Los han utilizado todos y, aun así, su nula perspicacia les sitúa hoy en el brete de poder perder cuanto daban por ganado. Pero no, no pueden vivir sin mentir una y otra vez y la cantidad de falsedades chorrea como si metieran litros y litros de agua en un cesto de mimbre. Dejan rastro por donde pasan y el barcelonismo empieza a intuirlo, a darse plena cuenta del montaje. En tres semanas de campaña han multiplicado su intrínseca capacidad para meterse en berenjenales y discurrir entre los laberintos que genera el andar con paso corto provocado por la falsedad como aliado de lastre. A cada hora, nueva entrega, no puedes andar despistado si no quieres perderte la última. Benedito sale a palestra con un patrocinador y sin siquiera comprobar su rigor, el hipotético acuerdo o las bondades y defectos del supuesto pacto en ciernes, abandonan el estrecho lazo que les une a Catar para decir, en apenas quince minutos de margen, que ellos tendrán otros y los tendrán mejores. ¿Dónde quedó el derecho de tanteo de la dictadura anunciado apenas 48 horas antes? ¿Pueden abandonar ahora el compromiso con ese sponsor que los agarra de ahí sin que sepamos a qué obliga lo secretamente firmado?
Faus presenta números a hurtadillas, dos días antes de urnas, para entrar como Calamity Sam disparando contra sus propios pies, deporte favorito del neonuñismo. Pírrico superávit de quince millones gracias en buena parte a Deulofeu, presión del coste de plantilla hasta extremos peligrosos superiores al 70 % del presupuesto y aumento de la deuda neta. Todos esos agujeros solo para colgarse la medalla de los 600 millones ingresados. ¿Cómo hacen las cosas? ¿Qué les conduce a cometer tan infantiles errores? El miedo a perder, el crecimiento de Laporta en las encuestas y, sobre todo, la entrada de la mentira en campaña que genera incluso patéticas asociaciones de ideas: son remedos del peor Ángel Acebes soltando desaforado que ha sido ETA y solo ETA. No, en su caso, una mentira repetida no se convierte en realidad por mucho que inviertas en blogs y mercenarios intoxicadores. Hasta que, al fin, aparece siempre la luz. Por ejemplo, Arda y Aleix Vidal ni siquiera podrán disputar amistosos. Y vuelven a improvisar la nueva excusa. Si quieres esconder el plumero de tu manifiesta incapacidad, no vayas a un programa masivo de radio diciendo que Neymar costó 57,1 millones cuando te han sacado ya colores y números hasta reventarte la credibilidad. Ni tampoco digas ahora que fue la gestora quien envió a Braida y tu íntimo Alberto Soler a Turín para hacerse la foto promocional a la salud de Pogba. No mientas. No puedes mentir. Es lo último que, en democracia, se le permite a quien depositas confianza de gestión. Por la mentira hacia la derrota. Como lema, un desastre, pero lo están a punto de conseguir. Ellos, los suyos, su empecinamiento soberbio y esa contumaz manía de seguir considerando a los demás, a quienes no bailan su son, entre cretinos, imbéciles y estúpidos, a escoger por el memo interesado. Ahora resulta que hay cinco candidatos: Bartomeu, Laporta, Benedito, Freixa y Mentira, irrumpiendo este último con fuerza para cargarse al primero como si de un caballo de Troya forjado desde sus propias filas se tratara. Esto se pone interesante. Gracias a sus trolas improvisadas, claro. Mañana, más.
*Frederic Porta es periodista y escritor.
– Foto: JM Arolas (Sport)
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