Day 36
Ese momento de saberte justo ahí, forzando piernas para la recta final. Instante que da para mucho. Quieren aparecer en perfecto estado de revista, como yernos ideales, de currículo inmaculado. Lo hicieron todo bien, siempre y hasta hoy. Se han rebozado en cinismo, algunos. Bueno, no seamos duros, simplemente muestran tan alto concepto de ellos mismos que igual generan tiñosa envidia de aquellos con tendencia a la duda, a apreciar los matices, a equivocarnos casi como respiramos. Hay que ser pluscuamperfecto para proclamar, sin que se te caiga de inmediato la dentadura como castigo divino, que «yo nunca me escondo, siempre doy la cara» desde la portada de la prensa amiga del modo que lo soltó Bartomeu. O esta perla: «Somos la junta con menos asuntos judiciales. Cualquier persona puede comprobarlo si repasa el pasado el club». La tierra es plana, por supuesto, y los niños vienen de París. A eso se le llama revisionismo activo en clave de interés personal. Freixa, por su parte, ha tomado clases de candidato y le han enseñado también que la mentira igual genera dividendos. Hay que tenerlos de plomo para confesar que sientes «mucha vergüenza por la guerra entre laportistas y rosellistas. Nosotros acabaremos con eso». A los dos minutos, ya te han sacado la foto con el sí en la asamblea a favor de la acción de responsabilidad contra la anterior directiva. A los cuatro igual te sacan las facturas de asesoría cargadas al Barça por su bufete profesional, y en cinco minutos, tal vez recordaremos que buena parte del caso Neymar arranca de su negligencia al presentar todos y cada uno de los contratos marrones cuando el juez Ruz solo le pedía unos cuantos. «Dientes, dientes, que es lo que más les jode», que le decía la Pantoja al maromo alcalde cuando iban ya para el banquillo de los acusados. El caso es presentar la realidad que te convenga. En tiempo de guerra, la verdad es la primera víctima.
Uzbekistán y espionaje. Espionaje y Uzkebistán. En cambio, Laporta no sale de ese laberinto, tejido por sus significados adversarios. Aderezado el par de desastres con una ducha de champán francés como si su higiene dependiera de Moet & Chandon. Tan de memos como espetarle a Pep que él quiso a Hleb. Difama, que algo queda. Guardiola, por supuesto, nada hizo bien en ese banquillo. Encima, mea colonia, ya ves. Y lee a poetas, depravación supina. Las evidencias no valen si no ayudan a la tarea de acoso y derribo.
Tiempo de espera hasta el debate televisado que de alguna forma debemos distraer. Desatado en su desasosiego, Laporta igual califica como «marca blanca” a Benedito que tilda a Freixa de «submarino». Todo junto, bullshit. Dame verdades y quédate el resto. Por ejemplo, y simplemente, cualquier votante debería leer la serie de artículos publicados vía Twitter por el seudónimo Roger Vinton para saber con quién se juega los cuartos. Han levantado cierta polvareda y sorprende. Vaya si choca: el autor reconoce que ha sacado toda su información de la prensa publicada. Entonces, ¿qué lee el culé? ¿Cómo deja que le ‘informen’? Por mucho menos de lo reseñado por Vinton, Nixon salió en helicóptero de la Casa Blanca tras el Watergate. Aquí, dientes, enseña dientes, que la verdad ha muerto. Mañana, más.
*Frederic Porta es periodista y escritor.
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