Post-ales electorales (31)

por FREDERIC PORTA el 8 julio, 2015 • 14:00

Day 31

Esta no ha colado. Bartomeu esperaba un empujón del frente judicial, con el sucio caso del espionaje reabierto antes de elecciones, y el juez ha atendido la petición de Joan Oliver, solicitando que espere hasta transcurrir los comicios. En cambio, Laporta, siempre impulsivo, ha desvelado ya su primer pepino nuclear, Paul Pogba. Van a por él a través de su representante, Mino Raiola, personaje non grato desde Ibrahimovic. Quizá haya calado por fin en su candidatura el ambiente general de desánimo, que da por ganador al saliente, incluso por amplio margen. 14.000 peñistas votando suponen una ventaja insalvable porque actúan a una y al dictado, suponen el voto cautivo desde tiempos nuñistas y no hay cristiano capaz de meterle mano a ese nudo gordiano, tan bien entramado desde el área social entre Cardoner, Vilanova y Jansá. Dará cierta grima verles bajar del autocar tal como don Manuel convocaba a los aldeanos de remotos lugares: Bueno, ya sabéis a quién votar… Clientelismo puro y duro a cambio de cuatro entradas, un par de dádivas y palabras vacías que sacian primarios egos tipo “esencia y reserva espiritual del barcelonismo”, rancias a machamartillo, impropias de un club democrático.

Entre las filas del electorado conservador, de edad madura y orden establecido, comienza a calar la percepción de que se votará Bartomeu por rechazo mayúsculo al que se ducha en champán, estalla en calzoncillos por el aeropuerto o acaba las fiestas en la piscina con la corbata a modo de turbante. La epidermis manda, nadie analiza el fondo o lo conseguido. Se habla de elecciones polarizadas entre los actuales y el anterior cuando un somero análisis que indague más allá de la primera capa superficial deja claro cuál es el dilema en juego durante las elecciones de mayor transcendencia en la centenaria historia del club. ¿Quieren simplificar para presentarlo muy sencillo y en papilla? Fácil: modelo contra privatización. O el Barça més que un club basado en la Carta Magna cerrada por Guardiola que costó medio siglo largo en redactar por completo o el camino hacia la entrada de capitales gestionados por los actuales rectores a partir del Espai Barça, imparable caballo de Troya por donde se colarán los nuevos propietarios de la entidad. Ya hemos explicado la estrategia: a partir del dineral en la remodelación del campo, problemas de tesorería y nula capacidad para seguir el camino iniciado de fichar cromo tras cromo. Por lo tanto, apellido del estadio para Catar –aunque Bartomeu lo siga negando– y puertas abiertas a la conversión en atípica sociedad anónima. Sorprende, aunque ya no sorprenda nada, que el volantazo de los cromos no haya sido denunciado. Forman vasos comunicantes, a mayor inversión en el mercado, menor capacidad de La Masia.

Contra el plan previsto, cabría y cabe aún la movilización del electorado, de la sociedad civil, para detener el ansia y ambición de quienes desean convertir el club en propiedad privada, pero de momento ganan ellos, su demagogia y populismo barato, su organizado ejército de clientes fieles, su propaganda. La última: Arda Turan asegura que no quería ir a otro club. Entonces, ¿no podían esperar al 20-J?. Y que se enteró del interés del Barça hace escasos 20 días. Mienten de manera patológica. La desgracia radica en la apatía del personal, dispuesto a comulgar con sus constantes ruedas de molino. Cuando reflexione, ya será tarde. Modelo o privatización. Laporta o Bartomeu. ¿La ventaja? Laporta no vendería el club y andaría fiscalizado en extremo por adversarios y su propio entorno, novedad en su hipotética segunda etapa de la que ni siquiera él es consciente. En esencia, eso. Mañana, más.

*Frederic Porta es periodista y escritor.

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