"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
Day 26
De pequeños, cayeron en la marmita de Obélix, solo que repleta de caldo euforizante. Debe ser eso. Ni en los peores momentos han abandonado la sonrisa en el rostro, el empeño de ganar y el deseo de decírtelo a la cara pese a tu rictus de póquer. Ni cuando andaban doce puntos por debajo en las encuestas, recién caído el regalo del triplete para la competencia. No serán empíricas, sí, pero las consultas sirven para saber por donde sopla el viento. Y ahora, les empuja: las últimas muestras les colocan apenas un par de dígitos por debajo. Levitan y siguen con propulsión a chorro, convencidos de que, tras el corte, quedarán ellos y los otros, incapaces de parar la sangría. Unos y otros, solos ante el peligro, aunque ya sabemos quién va aquí de Gary Cooper. Como es inveterada costumbre, los salientes fallan, resbalan, cometen otra pifia: lo de Pogba en Turín, la foto promocional, ha salido ya en tiro por la culata y ahora se han liado con Arda Turan, del que aseguran como escudo ser petición expresa de Luis Enrique, a ver si así se libran esta vez de acusaciones de pasteleo. La gestora duda entre pagar o esperar, tentando las aguas del personal para cerciorarse si deben limitarse de una vez a la rutina administrativa o cuela lo de maniobrar a conveniencia en beneficio de los salientes. Si acaban perdiendo, lo habrán conseguido ellos solitos, aterrorizados ante la proximidad de la cita en las urnas.
Otro frente: los debates. De ahí pueden salir escaldados. Y lo saben. Apenas aceptarían, forzados, el televisivo en TV3, pero resultará delicioso ver qué excusa ponen para no presentarse a los radiofónicos con Jordi Basté y Mònica Terribas, dos culés con micrófono y personalidad que arrastran centenares de miles en audiencia, profesionales de los que generan corriente de opinión. Desaparecer con cualquier vana excusa les restaría unos cientos de votos. Aparecer para llevarse un vapuleo, significaría quizá el principio del fin, que el socio llegue incluso a olvidar la cada día más lejana baza del triplete, el gran clavo ardiendo al que siguen agarrados. Evitar un cara a cara genera incluso rumores realmente sorprendentes: Ya que les sobran las firmas, pueden ceder un paquete al hipotético tercero en discordia que rebaje el grado de tensión y enfrentamiento. Pero, si es cierto que otros precandidatos no llegan a las 2.534 firmas de apoyo, ¿a quién le permitirán pasar el corte?.
Benedito llegaría dispuesto a liarse a tiros con cualquiera, a morir con las botas puestas. Freixa solo tendría la diana de Bartomeu, con quien lleva tiempo enfrentado y quiere saldar cuentas a base de poner beligerante distancia dialéctica. Eso, si aceptan el juego de convertirse en comparsas o hipotéticas pinzas para ayudar a que Laporta quede atrapado. Por lo que respecta a Majó y Farré, ni siquiera creemos que se avinieran a tal estratagema, caso de que les fuera propuesta. Optarían por una elegante retirada e, incluso, en gesto que les honraría sobremanera, dejarían al servicio del ganador algunas de las excelentes propuestas incluidas en su programa. Repasando lo escrito, estupendo el panorama. Pueden acabar perdiendo y solo será por demérito propio. Como al socio le de por sopesar el conjunto y olvidar lo primario, lo simple del triplete (conseguido en todo caso por Messi, Luis Enrique y compañía), igual nos quedamos con la boca abierta cuando nos digan el qué la noche del 18 de julio. Mañana, más.
* Frederic Porta es periodista y escritor.
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