Day 24
Oh, Gamper, qué pecado cometimos para provocar el envío de tamaño castigo, ese incesante cargamento de constantes animaladas. A refugio, que ya son excesivos los signos: el Apocalipsis culé debe andar a la vuelta de la esquina. Antes de privatizar la parcela, quemarla y tirar sal sobre los escombros. O sea, Gerard López, entrenador del Barça B. ¿Quién es el perverso que les escribe el relato? ¿Qué rayos fuma esta gente? No merece la pena arremeter contra ese capote, ni una palabra dedicada al perfil y capacidades de Gerard, puro folio en blanco y con borrones. Es, simplemente, la enésima decisión increíble, el cromo que faltaba en el poblado álbum de tropelías realizadas durante el último lustro. Dejaron languidecer durante toda una larga temporada al antes mimado filial, casi empujado a las tinieblas, y ahora le embuten esta cápsula de cianuro para el rigor mortis definitivo. Kubala nos pille confesados. ¿Éste es el modelo Masia? ¿Para eso cobran Roura y Altimira? ¿Es posible hacerlo peor? No solo desprecian la posibilidad de foguear técnicos con destino final hacia el primer equipo por aquello de dominar el modelo –pensamos en gente ya alejada como Óscar García o Lluís Carreras–, sino que desprecian a la postrer esperanza blanca, o casi, aún a nómina: se rumoreaba que dejarían el trasto en manos de un excelente mecánico, García Pimienta, para ver si el motor volvía a carburar, pero no. Han decidido griparlo, cuartearlo y a chatarra, sin reclamar siquiera compensación por el peso muerto.
La enésima constatación de no tener ni la menor idea de lo que llevan entre manos. Cuando acabe esta farsa, que Ramon Adell –presi de la gestora– monte una empresa de demolición y picadillo, llevándose a Bartomeu de CEO. La segunda del día llegó con nocturnidad y alevosía. Supuesta entrevista –más bien interrogatorio con flexo– de Josep Cuní, sumo sacerdote de tan peculiar casta, rodeado de palmeros como no se habían visto, en ritmo y empuje, desde el malogrado Peret. Tal el ensañamiento que no recordábamos nada igual desde los duelos a batazos entre Joe Di Maggio y Ted Williams previos a la II Guerra Mundial. Ahora le pegas tú, ahora lo remato yo: Laporta en territorio comanche de los Godó. Ni una sola pregunta sobre programa, nombres propios o ideario. Todo, dedicado a la lapidación pública, con saña, entre personal encantado de atizar más fuerte todavía para ganarse la consideración de los despachos superiores. Deben andar muy nerviosos, sí. Si gana Laporta, él en el Barça, la Colau en el Ayuntamiento y Mas dispuesto a cumplir la promesa dada, ya ves, menudo panorama les espera. Malos tiempos para su lírica interesada, quedarían cortados los hilos de esas marionetas que tanto gozan dominar a golpe de editorial. A ver si caemos del guindo: el ex es independentista irredento, la personificación del mal para los intereses del upper Barcelona. Le han buscado relación con Lee Oswald y el toro Islero, le han querido involucrar en las muertes de Kennedy y Manolete. Por el momento, sin que el hombre sea la Madre Teresa, solo van consiguiendo que se les vea el plumero, del tamaño de un pavo real. Al paso que van, entre Bartomeu, Adell y los Godó perderán las elecciones a base de pifia tras pifia, sin necesidad de rival. Qué manera de dominar el (dudoso) arte de dispararse en los pies. A ráfagas, subiendo y camino ya de horadar zonas vitales. Mañana, más.
* Frederic Porta es periodista y escritor.
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