"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
Day 20
Al común de los mortales le debe resultar impensable que, así, de repente, llegue un juez y te pida 3,7 millones de euros por responsabilidad compartida. Más de 600 kilos en pesetas, por si el recuerdo de la vieja moneda sitúa mejor tamaña barbaridad. El foráneo lo lee en algún titular y bueno, como que pasa, igual cree que al común de los directivos futbolísticos, lo meneas un poquitín y cae un fajo de 500, seguro. Hombre, pues no. Cuando la directiva de Rosell entró en el Barça quiso hacerlo a cuchillo. Recuerden la anécdota del brindis de celebración por la victoria electoral difundida por Sostres: “No pararé hasta meterle en la cárcel”, proclamó supuestamente quien antes fuera Sandruscu, dirigida la amenaza al tal Jan. Buf, qué fuerte. Y a ello se dedicó con plena antipatía visceral y apoyo de ciertos conniventes. Como dice Majó, las auditorías salen a medida de quien las paga, lacra de estos tiempos neoliberales donde ya no puedes fiarte ni del confesor, no vaya a estar a sueldo del KGB. La llamada acción de responsabilidad cumple cinco largos años suspendida sobre el patrimonio de diversas familias que, en su inmensa mayoría, nada tenían a ver con las cuentas del club. Rosell copió de su idolatrado Núñez la idea de entrar en el Barça a saco, anunciando a los cuatro vientos que todo estaba fatal y la caja fuerte, con telarañas. A partir de pintar un panorama apocalíptico, de bancarrota plena, solo puedes transitar hacia mejores percepciones, por supuesto. Recuerden las fotocopias en blanco y negro y el traspaso de Chigrinski. El primer recurso, encaminado a espantar al catalán medio, ese que sin ahorros en La Caixa por si las moscas es incapaz de entender la existencia. El segundo as, dedicado a marcarle el territorio a Guardiola, a ver si te vas dando cuenta de quién manda ahora aquí: fue tu amigo, pero ha pasado a ser tu presidente y no encaja bien la cantidad de logros acumulada para mayor gloria de Laporta. Cinco años han pasado dedicados a derrocar la Sagrada Familia para edificar en el solar su propia creación. Es de locos, nadie en su sano juicio procedería así. Pero la animadversión en grado sumo nubla conciencias, baste ver lo sucedido aquí.
Ahora, el entorno de Laporta te reconoce que la pelea de gallitos empezó, prácticamente, el primer día, cuando Rosell se mantuvo fiel a su agenda de contactos mediáticos mientras la nueva directiva sufría una dura pelea por ese flanco con un grupo bien concreto, el mismo que sigue ahora desmelenado como un comando que pretende barrarle el paso a su propiedad. Historias para no dormir. Como la de la comisión por el traspaso de Ronaldinho al PSG, la sustitución de Rijkaard por Scolari o un montón de episodios aún por aclarar y confirmar, abiertas luchas intestinas tapadas en su momento por la evidente mejora del aspecto deportivo. Algún día, esperemos, alguien con paciencia escribirá el novelón, digno de Dostoievski, de lo sucedido entre esta peña de jóvenes turcos desde su ascensión del 2003. Si todo se supiera de modo fehaciente, igual al soci le daba por votar en 18 de julio a alguien que no tuviera que ver nada con ellos. Solo por abrir la ventana y procurarse un poco de aire fresco. Mañana, más.
* Frederic Porta es periodista y escritor.
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