Day 16
Maravillas de la contraprogramación. Sale Laporta con Abidal y Bartomeu replica doble, a rebufo desde el primer momento. Primero, sacando de la chistera, con aura de interesante secretismo, que ha conseguido el sí de un centrocampista español, joven, válido y más barato que Pogba, al que presentará en campaña para dar el do de pecho final; él, que en público apenas supera el falsete con esfuerzo pulmonar. Por la noche, aparece en una radio amiga, despreciando la invitación anterior de la competencia pública, para decir no a todo lo que Laporta dijo sí por la mañana. No, no y no, en réplica de vuelo rasante por la hierba. Da igual. Hace un rato, Martí, cuando las calles del barrio estaban aún a medio poner, el verdulero nos asaltaba para que le desveláramos la identidad del hipotético refuerzo anunciado por Bartomeu, como si eso fuera lo trascendente en unas elecciones decisivas para el futuro de la entidad. No es eso, no es eso, como gemía Ortega cuando la República. No son palabras grandilocuentes: el porvenir del Barça, su condición de club popular, democrático y propiedad de sus afiliados corre serio peligro. Pero da igual. El socio no tiene remedio. Lo entretienes con el último rumor, ahora que ya no hay marcadores, y se distrae solito, sin más, sin reflexionar sobre las manos que lo guían, sobre el ideal que debería liderarle. No sabe separar éxito deportivo de gestión directiva. Nunca lo hizo en 115 años si el equipo navegó por aguas calmas, no dará hoy ese golpe sobre la mesa, cuando tan imperativo resulta fijar el ritmo de navegación.
Por desgracia, nadie podrá cambiar el diagnóstico. De ahí el decisivo papel que jugarán los medios de comunicación, en particular los que gozan del privilegio de cocinar la corriente de opinión consumida en el mainstream del barcelonismo. Ayer, la tele pública catalana en horario prime time despachó la presentación de Laporta en cuatro tonterías a pie de página, reservándole espacio y protagonismo en un programa residual que ven cuatro y el cabo. Houston, ahí radica el problema para los cinco precandidatos, el acceso a los medios de gran difusión culé. Bartomeu continuará aferrado al disfraz de angelito para venta y consumo público, artífice máximo del triplete y San Sebastián donde se clavan las arteras lanzas de la caverna mediática, la mano negra y cuantos desean que el Barça arda en los infiernos, mártir de la causa, adalid de las verdades a medias y frases surrealistas. La última, soltar “Qatar Airways no es Qatar” y quedarse tan ancho, no sin antes proclamar que el debate sobre la idoneidad del país árabe sólo se da aquí, entre los cuatro vecinos de la manzana. Por supuesto, de ahí que los Estados Unidos estén hasta el moño del Ejército Islámico financiado por tas simpáticos colegas. Bueno, saltemos a lo inmediato: Pep Guardiola ha hablado en el Kursaal de Manresa y ha añadido un guiño. Pep tiene en su mano decidir un buen montón de votos: «No puedo negar que mi afecto por Laporta es muy grande», ha dicho. Mañana, más.
* Frederic Porta es periodista y escritor.
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