"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Day 13
Vi la imagen, Martí, y me acordé de aquella comedieta, We’re no angels, protagonizada por Robert de Niro y Sean Penn, en la que reclusos fugados de un presidio de alta seguridad emprenden la fuga vestidos de sacerdote para no levantar sospecha. En el baño de masas que se brindó ayer Joan Laporta, de repente surge una milf, quizá ya cougar, se le echa al cuello como si del quinto Beatle se tratara y no había manera de soltarla de ahí. Como en el vídeo de setenta segundos que le sirvió para dar su peculiar pistoletazo de salida, Laporta apenas puso sonrisa de pillín, igual que cuando se le escapaba la risa por el bigote en esa grabación al reconocer: “Ya conocéis mis defectos”. Mi difunta tía, la beata, afirmaba en sentencia que “quien no la corre de joven, la corre de mayor”, y esa frase va a misa. Laporta no acude al templo ni arrastrado, no rinde pleitesía a la clase mediática dominante y le importa un bledo, además, que le corran a gorrazos, le acusen de mil maniobras y chanchullos mientras echan capotes a los manejos, seguramente peores, de los suyos. Ayer, esa vergonzante comisión gestora que barre para casa que da gusto, movidos los hilos por dos de la cuerda dominante como Ramon Adell y Javier Faus, divulgó una encuesta de 132 páginas presuntamente empírica de evidente conclusión doble. Primera: alirón, alirón, Bartomeu es un campeón. Segunda: ra, ra, ra, Bartomeu ganará. Y aquí paz y después, gloria, que estos resistirán como Numancia antes de entregar su juguete favorito. Ningún candidato a la Casa Blanca pensaría que, tras los cuatro u ocho años de alquiler, podría llevarse el despacho Oval a casa. Al contrario de esta peña, empecinada patológicamente en creer que el Barça les pertenece cuando la idiosincrasia del club, obvio, habita en las antípodas de sus postulados e intereses.
La encuesta de marras tiene, al final, un breve apartado dedicado a los medios de comunicación que sirven para informar al culé medio. Menudo panorama: confirma las sospechas. La mayoría absoluta del personal se nutre a través de Sport, Mundo Deportivo, La Vanguardia y TV3, la televisión pública de estupenda expresión visual y muy discutible línea editorial y contenido periodístico. Ellos generan amplísima corriente de opinión y templan los gustos del personal. El resto se reparte las migajas y entre todos ellos en suma figura el espléndido ejército de plumas acreditadas, libres y librepensadores, del periodismo deportivo catalán cuyo mensaje no llega ni alcanza por diversas razones, aún siendo de notable calidad e independencia de criterio. Entre los medios citados, si llegan a cinco las voces que se pueden leer y escuchar, date con un canto en los dientes. La connivencia con el poder es tan estrecha que parecen funcionar al paso de la oca, guardia pretoriana al servicio de quien manda, no sea que nos falte algún día el plato de habichuelas caso de enfadarlos. Laporta, por supuesto, no es ningún ángel y debería remendar los errores cometidos. Pero conste que le dan estopa a base de tirria personal, no someterse a sus dictados, némesis políticas y no llevar la hipócrita vida que a ellos les gustaría. A las milf se las abraza en la intimidad de un apartamento alquilado por horas mientras la santa prepara la tortilla en la cocina de casa. Son así de gregarios, hipócritas de doble vida. Y el otro, mecachis, es un líder que te suelta un bramido si le sugieres que esconda sus humanas debilidades del ojo público. Mañana, más.
* Frederic Porta es periodista y escritor.
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