"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
Inglaterra, Australia, Gales y Fiyi juntos en una fase de grupos en la cual solo dos de estos cuatro equipos disputarán la eliminatoria de cuartos de final.
Inglaterra, Gales y Australia tienen más similitudes de las que puedan parecer a simple vista; intentaremos mostrar algunas de ellas:
Las tres selecciones tienen serios problemas con el rendimiento de la primera línea: a los ingleses les faltan Alex Corbisiero y Dylan Hartley. Los dos jugadores de Northampton Saints marcan claras diferencias de rendimiento y oficio respecto a Joe Marler y Tom Youngs (todo apunta que serán los 1 y 2 titulares para Stuart Lancaster). Falta de concentración, infracciones, poca eficacia en los lanzamientos desde la línea lateral… Son problemas recurrentes para ambos, también para Dan Cole –principal candidato al puesto de pilar derecho–, jugador con una sorprendente variedad de marrullerías de las cuales los árbitros son cada vez más conscientes.
Warren Gatland ha dinamitado en 2015 una de las primeras líneas más asentadas del rugby mundial; del trío formado por Gethin Jenkins, Richard Hibbard y Adam Jones solo el primero estará en la cita mundialista. Todo ello unido a la lesión de Samson Lee ha dejado a la primera línea galesa muy mermada y con un rendimiento que se intuye deficitario.
El caso de Australia es más fácil todavía: no hay primeras líneas que mejoren el rendimiento de Sio, Moore y Kepu. No tienen unas prestaciones uniformes en los scrums y tienen facilidad para cometer infracciones en los puntos de contacto debido a una marcada tendencia a no medir la fuerza y dirección de sus embestidas.
Con las dudas que generan las primeras líneas de los tres equipos, el trabajo de los segundas se vuelve determinante.
En Inglaterra será interesante ver a quién elige Stuart Lancaster como compañero de Courtney Lawes.
Hay dos opciones muy diferentes: la sobriedad de Geoff Parling, un segunda línea clásico de rendimiento fiable y oficio como para contrarrestar las salidas de plano del jugador de los Saints; o el talento innato de Joe Launchbury –el de Wasps tiene una excelente visión de juego que le permite ser él quien inicie la acción ofensiva tras una recuperación de balón–.
El XV de la Rosa tendrá, en cualquiera de los casos, una segunda línea de rendimiento garantizado como para compensar las deficiencias de la primera.
En la segunda línea galesa todo pasa por la figura de Alun Wyn Jones; dirige al equipo en los scrums, da las señas en los line out e incluso se erige como ball carrier en ataque para desahogar a su tercera línea. Falta por ver si Warren Gatland apuesta por la dureza de Jake Ball o por la clase de Luke Charteris para formar el tándem.
Los problemas de Australia no terminan en la primera línea; su segunda tampoco está al nivel de las del resto de las grandes selecciones. Will Skelton es una tentación recurrente, mas de 2 metros y 140 kilos son los argumentos del jugador de Waratahs; sus limitaciones saltan a la vista de forma inmediata: escasos fundamentos técnicos y tácticos, lentitud de movimientos y facilidad para cometer infracciones.
Las urgencias de la segunda línea australiana han quedado patentes con los regresos de Dean Mumm y Kane Douglas; tras sus salidas de Exeter y Leinster fueron convocados de forma inmediata con los Wallabies, eso demuestra que tampoco Rob Simmons ha sido capaz de transmitir la seguridad necesaria como para convertirse en la referencia del equipo en su puesto.
Muchas similitudes, en cuanto a perfil de jugador, en los flankers, de los tres equipos: Robshaw, Haskell, Warburton, Lydiate, Hooper y Pocock. Mucho trabajo en el breakdown para intentar robar el balón al equipo rival. Perfiles marcadamente defensivos, acordes con los gustos de los entrenadores en el caso de los británicos. Por el menor nivel del tight five australiano, el rol de Pocock y Hooper se magnifica respecto a ingleses y galeses ya que ellos no tienen un Courtney Lawes o un AW Jones a quien poder encomendarse o en el que tener confianza. Implica mayor desgaste.
Sí hay diferencias en el 8: solo Taulupe Faletau parece con el puesto asegurado; el jugador de los Dragons se ha quedado con el puesto más por falta de aspirantes de nivel que por méritos propios; hasta tal extremo es así que es el único especialista de su puesto que Warren Gatland ha incluído en la lista para disputar el Mundial.
Inglaterra y Australia tienen dos opciones similares para el puesto, el perfil creativo: Ben Morgan/Ben McCalman; y el perfil de ball carrier de choque: Billy Vunipola/Wycliff Palu.
Una vez presentados los packs de delanteros, nos vamos con los backs; aquí las diferencias se acentúan tanto en el tipo de jugadores como en el nivel de estos (Gales sale claramente derrotado).
Dos tipos, básicos, de jugador en el puesto de 9; el talento de Danny Care, Will Genia y Mike Phillips frente a la sobriedad de Ben Youngs, Richard Wigglesworth, Lloyd Williams, Gareth Davies y Nick Phipps. El tipo de 9 indica el tipo de partido que espera y ha preparado un entrenador.
El único 10 que parece tener asegurado el puesto es Dan Biggar; se ha ganado la confianza de Warren Gatland, por delante de Rhys Priestland, y con la ausencia de Leigh Halfpenny su juego con el pie (y sus lanzamientos a palos) se han vuelto vitales para Gales.
Inglaterra no ha resuelto las dudas entre Ford y Farrell; el de Bath tiene más talento e imaginación pero su dominio del pie tiene mucho recorrido de mejora, al de Saracens le convendría ampliar su repertorio -y su toma de decisiones- más allá de las patadas constantes y sin mucho criterio en las que se suele obcecar.
El caso de Australia es extraordinario; tiene cinco jugadores en la lista que ocupan, o han ocupado, el puesto de 10 con mucha asiduidad: Bernard Foley, Quade Cooper, Matt Giteau, Matt Toomua y Kurtley Beale. Todo indica que Michael Cheika se inclinará por la sobriedad de Foley por delante de la irregularidad de Quade Cooper. Tiene recambios asegurados en caso de que la fórmula no funcione.
En las parejas de centros veremos, a priori, la combinación entre un perfil de choque, Brad Barritt, Jamie Roberts, Tevita Kuridrani, y un acompañante habilidoso de cara a distribuir el balón tras el impacto contra la defensa: Jonathan Joseph, Scott Williams, Matt Giteau.
Existen dos variantes a tener en cuenta: Inglaterra tiene la posibilidad de apostar por la pareja Burgess-Barritt obviando al centro creativo. Warren Gatland, utilizando a George North como centro aprovechando su poderío físico.
En las alas nos encontraremos a tres tipos de jugadores:
– Los que destacan por su poderío físico: Jonny May, Alex Cuthbert, George North.
– Los más habilidosos: Anthony Watson, Joe Tomane, Henry Speight, Jack Nowell, Ely Walker.
– Los utility back: Adam Ashley-Cooper.
Australia tratará de jugar con sus alas de forma recurrente, a los ingleses les llegará el balón de forma más aislada y a los de Gales les veremos muchas arrancadas hacia el centro para tratar de crear ventajas a la segunda ola del ataque debido a su poderío físico.
Cerramos el análisis con el puesto de fullback:
Israel Folau, Liam Williams y Mike Brown tienen dos características comunes: marcada vocación ofensiva y serias limitaciones en el placaje. El australiano es el más determinante de los tres, excelente rendimiento en el juego aéreo y portentosas facultades físicas para salir con el balón recuperado y desequilibrar a la defensa rival.
Inglaterra, Gales y Australia tienen muchas diferencias entre sí pero también varias características comunes que son las que hemos querido hacer visibles.
* Javier Señaris es analista de rugby.
– Foto: The Guardian
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