ATREVIMIENTO Y PARADOJA
El Bayern ha arriesgado de inicio con la alineación. Teniendo en cuenta las bajas de Badstuber, Alaba y Luiz Gustavo, la apuesta de Heynckes ha sido valiente. Tymoschuk ha sido el acompañante de Boateng en el centro de la zaga y Contento el sustituto de Alaba como lateral izquierdo.
La pareja de mediocentros ha sido Schweinsteiger y Kroos, con una línea de tres por delante formada por Robben, Müller y Ribéry. La propuesta era tener la pelota, como era previsible, y dominar el partido.
La paradoja es que el Bayern es un equipo mucho más peligroso a la contra, en la transición defensa-ataque. En toda la primera parte solo ha creado peligro de verdad las pocas veces que el Chelsea se ha atrevido a cruzar el campo contrario con algo de convicción.
MÜLLER SIGILOSO
En ataque posicional el Chelsea no ha tenido muchas dificultades para defender ordenadamente. El Bayern pese a tener la pelota, en ataque estático es previsible y tiene tendencia a tirar pelotazos.
La segunda parte siguió el guión de la primera. A partir del minuto 25 Thomas Müller comenzó a buscar sigilosamente la banda derecha y a crear peligro. Cuando juega de media punta y busca caer a la derecha lo borda. Así llegó el gol de cabeza. Ganando la espalda a toda la zaga por sorpresa.
NO LE INTERESABA ESTE GUIÓN
El Bayern ha hecho mucho más para ganar la final. Ha sido mejor en los 90 minutos y en la prórroga, pero no ha sido capaz de materializar su dominio con mas goles. Probablemente porque el guión del partido, pese a que fue el que quiso Heynckes y es admirable, no era el que más le interesaba a un equipo que se maneja mucho mejor con espacios y a la contra.
El fútbol no ha sido justo con el Bayern esta noche. Hizo todo lo que supo y pudo para ganar ante un equipo que parece que tenía escrito que tenía que ser su día.
*Alberto López Frau es periodista. En Twitter: @Albercampeontv
– Fotos: Daniele Buffa (Image Sport)
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