CONOCIMIENTO / Conceptos tácticos
En todas las conversaciones relacionadas con el fútbol siempre aparecerá el balón parado como un factor decisivo. Todo el mundo recordará goles de cabeza que dieron títulos. Siempre habrá tertulias en las que alguien defienda enconadamente el marcaje en zona frente al marcaje al hombre. Y, sin embargo, todos tienen razón y todos están equivocados.
Debo admitir que el título es engañoso. Obviamente, claro que en mis equipos trabajo las ABPs. Lo que no hago es darle más importancia al entrenamiento a balón parado que a otros aspectos del juego más relevantes como pueden ser las transiciones o el ataque y defensa organizadas, por poner un ejemplo.
Los entrenadores somos personas inseguras. En el fútbol, donde los intangibles marcan la diferencia, muchos entrenadores buscan en lo tangencial su tabla de salvación. Estadística de pases, mapas de calor, posesión, tiros, remates… cosas que, parafraseando a Lillo, “son como los tangas, enseñan mucho pero cubren lo más importante”. Así, cuando el presidente o aficionados de turno quieran movernos la silla podremos enseñar un sinfín de número que valen para… poco o nada.
Pensemos en un equipo de fútbol-base que entrena tres días, es decir, 3 horas de entrenamiento semanal; lunes, miércoles y viernes por ejemplo. El lunes trabajamos regenerativo o continuación del modelo de juego dependiendo del día anterior de partido; el miércoles, metemos los contenidos importantes y el viernes hacemos una estrategia operativa de nuestro próximo rival, así grosso modo. Tenemos 3 horas de entrenamiento semanal. ¿Dónde metemos el trabajo de las ABP?
Como jugador he tenido entrenadores con 10 jugadas de banda preparadas y otras 10 de saque de esquina. Había que estudiarlas, folios y folios… y entrenarlas, generalmente los viernes (y yo era uno de los lanzadores). A día de hoy me cuesta recordar que metiéramos un gol en ABP. También tuve algún entrenador que buscaba cosas muy “creativas”, tan raras y originales que no salía ninguna.
¿Dónde metemos el trabajo de las ABP durante la semana?, reflexionaba. Pues probablemente en los propios juegos o en los propios partidillos. Hacer intervenciones en mitad de un juego reducido puede ser mucho más útil que hacerlo de manera aislada, pues lo que se busca es la especificidad, y nada mejor para el desarrollo cognitivo de tus jugadores como ponerles un contexto similar al que se encontrarán en un partido.
Pero vayamos mucho más allá. Pensemos en un jugador que tiene un buen golpeo de balón y en un jugador que va de maravilla con la cabeza al encuentro del balón. ¿Cómo podemos parar eso? Pensemos en Sergio Ramos, todo un especialista, o Carles Puyol. ¿Cuántas horas podemos perder en preparar defensas a balón parado ante un lanzador con un guante en el pie y un rematador de cabeza sin igual? ¿Por qué invertir mi tiempo de entrenamiento en algo que no podré controlar? Porque una cosa es impedir que se hagan faltas en campo propio o evitar saques de esquinas, pero en el fútbol hay una verdad inmutable: Siempre el equipo rival, por muy bien que lo hagas, tendrá una oportunidad de hacerte gol en cada tiempo, generalmente a balón parado.
Pensemos en el maravilloso partido (uno de tantos) de Leo Messi frente al Arsenal del año 2011, aquel en el que levanta suavemente el balón sobre Almunia y mete el primer gol. En ese partido el Arsenal, que venía con una renta ganadora del Emirates no tira a puerta, pero mete un gol. ¿Cómo es eso posible? El Barcelona hace un partido sensacional y encaja un gol absurdo de Busquets en propia puerta al intentar despejar un corner. No te han tirado a puerta y te han metido gol. ¡Inconcebible! Pero todavía podemos darle otra vuelta de tuerca: volvamos a pensar en el Barcelona, pero en un territorio más hostil para el balón parado como puede ser Celtic Park. Allí, en la temporada 2012/2013, el Celtic lanza solo dos corners. Dos son muy pocos. Y en uno de ellos el Barça encaja gol. Y ya salieron los predicadores a la calle: el Barça defiende mal las ABP…
Se podría pensar que al Barça le hacen gol a balón parado con demasiada facilidad. Pero cuando nos ponemos a mirar los goles que al Barça, en el último año de Guardiola, le han hecho en saques de esquina vemos la irrisoria cantidad de 6. ¿Merece la pena gastar más horas de trabajo de las debidas por 6 goles en 60/70 partidos? Podemos pensar que eso fue simplemente una casualidad. Bien, en el año posterior, con el malogrado Tito Vilanova a la cabeza, fueron 7. Con Martino, y su cambio de defensa de las ABP, solo hasta diciembre (pues mi trabajo final en Nivel III versaba sobre las ABP en el F.C Barcelona y duraba hasta diciembre de ese año) ya se contabilizaban 9. ¿Por qué ese cambio? ¿No sería quizá porque habían cambiado esencialmente algunos patrones de juego y por eso tenía más ABP en contra?
Pero claro, los goles a balón parado son medibles, audibles, visibles, muy claros para todos los ojos, pues los problemas suelen ser más identificables, ya saben, “es más alto, lo defienden mal, la zona no vale para nada, son blandos, no saltan”… Entender por qué conducir para atraer rivales provoca un espacio que un compañero puede aprovechar, generar desequilibrios… Eso ya es otra cosa, eso exige más conocimiento profundo del juego. Pero saber cómo hay que defender una ABP lo sabe todo el mundo.
¿Y cómo hay que defender una ABP? Pues eso nos preguntamos algunos. ¿Y cómo se debe atacar una ABP? Tampoco tengo idea. Solo puedo hablar desde mi experiencia. Y mi experiencia me dice que da igual lo que haga, pues los resultados son algo puntual y volverse loco malgastando horas de entrenamiento en las ABP no provocará un aumento significativo, básicamente porque se necesitan dos cosas: un lanzador bueno y un rematador bueno.
En mi equipo tengo un lanzador muy bueno y dos-tres jugadores que rematan bien de cabeza. A lo largo del año suelo meter 10-11 goles en saques de esquina. ¿Cuántos días lo entreno? La respuesta es sencilla: ni un día. Si tengo un lanzador que lanza bien y un rematador fabuloso que lo hace de manera innata ¿por qué iba yo a perder tiempo de entrenamiento en practicar? Puedo asegurar que 10-11 goles por año es una cifra más que seria.
Pero además tengo un jugador que saca muy largos los saques de banda, generalmente en contraataque (todo un arte, deben verlo: corre la contra y cuando la cortan, corre rápido para sacar y sus compañeros aceleran como balas hacia portería contraria y meten gol). Eso, que él tiene adquirido y el equipo aprendido por propia inercia del juego, nos ha dado puntos. Yo como entrenador puedo pulirlo un poco, pero la esencia sigue imperturbable: un lanzador, un rematador. Gol.
En las ABP en contra la situación varía un poco, pues tengo que decidir cómo defenderlas. ¿Las defiendo al hombre? ¿Lo hago zonal? ¿Mejor una mixta? ¿O me decanto por la combinada? Aquí hay que hacer un inciso: una defensa mixta implica el cambio de un tipo de defensa a otra por parte de un jugador o línea, por ejemplo un lateral derecho hará una defensa mixta si defiende una parcela del campo en zona, pero cuando el jugador X entra en su radio de acción se decanta por un marcaje al hombre; mientras que la defensa combinada es, como su nombre indica, combinar dos tipos de defensa, por ejemplo unos marcando zonal y otros al hombre en ABP. Mixta y combinada no son lo mismo.
Así pues, una vez elegida la defensa de las ABP toca readaptarlas, variarlas, o modificarlas. En mi opinión, el mejor momento para trabajar las ABP es en pretemporada. Si el equipo tiene claro qué pautas seguir, durante la temporada solo hay que mover una o dos cosas para que vaya bien, y así invertir horas de entrenamiento en lo que puede darse más veces en un partido de fútbol, como puede ser el trabajo frente a una defensa organizada, la estrategia operativa ante un rival, el desarrollo de mi propio modelo de juego…
Si en tu equipo tienes a un Sergio Ramos, un Piqué, un Thiago Silva, un jugador que siempre contacta con el balón (sea gol o no) en cada saque de esquina, ¿tu dedicación en el entrenamiento va a provocar una diferencia significativa en su rendimiento? Quizá hasta puede que sea contraproducente, pues ellos lo hacen de manera innata y tú puedes coartarles su manera de hacer las cosas con tu intervención.
Otra cosa bien distinta es en torneos eliminatorios de selecciones donde influyen dos componentes 1) El nivel de importancia de los goles a balón parado aumenta casi a un 60% dado que la carga emocional es mayor; y 2) ese equipo está hecho con la base de varios equipos y hay que acoplarse en menor tiempo, pues cada uno defiende de manera distinta en sus equipos. Ahí sí que considero más importante el balón parado, pues debes de trabajar conceptos claros en poco tiempo.
Como todo, trabajar las ABP es importante, pero no debemos volvernos locos. Pasan muchas más cosas que córners y saques de banda en un partido. Y generalmente la mayor cantidad de goles o de juego vienen por otros motivos que no son las ABP, por mucho que haya gente que piense lo contrario, generalmente gente a la que le cuesta entender por qué suceden las cosas cuando el balón rueda y se les llena la boca con datos.
Trabajen las ABP, pero no sean obsesivos. Hay cosas mucho más importante, en periodos formativos especialmente, como la lateralidad de los jugadores, el intercambio de posiciones o el conocimiento profundo del juego. Eso es lo verdaderamente importante, no las estadísticas de goles a balón parado que desfiguran la realidad de un equipo.
* Ricardo Zazo es entrenador de fútbol.
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