Fútbol 2011-2012 / España / Liga BBVA 2011-2012
1.- Centelleante, iluminado, fulgente, alumbrado… Arda. El turco sacó la varita en los primeros minutos de partido. Partía desde la izquierda, pero acabó viviendo en el centro. Diez minutos para enseñar lo que podía hacer. Y para apagarse en lo que sería una parte sosa y sin chispa en ambos bandos. El Atlético echaba de menos una salida rápida, con pocos toques; el Athletic, además de a Llorente, añoraba poder correr con las piernas. No solo con el corazón. Pero la chispa, cuando no es Europa, está aminorada.
2.- De la primera parte se pueden extraer más defectos que virtudes de ambos. La presencia de Arda y Koke por el centro, se traducía en agobio a menudo para ellos mismos por excesos de conducciones. Al tiempo que Filipe se encontraba como Gary Cooper en 1952: Solo ante el peligro. Aún así, el Athletic, con un multiplicado De Marcos disfrazado hoy de lateral derecho, desaprovechó la ventaja.
3.- El Atlético, sin Diego, es un equipo de continuas transiciones. Tanto Gabi como Mario son incapaces de ofrecer un nexo agradable y prolongado en tiempo y espacio hasta los mediapuntas. La luz de Adrián era tenue hoy para ayudar a crear (de menos a más), Arda estaba desactivando a Koke y Koke a Arda con constantes superposiciones de espacio. Al Atleti le costaba y se colocó en la, últimamente habitual, escala de grises.
4.- El Athletic, mientras tanto, pululaba por el campo. Con más corazón y entrega que físico. Ander y Susaeta se ofrecían a treinta metros de la defensa e Iturraspe no era capaz de ofrecer el caudal suficiente de fútbol para superar la línea de presión colchonera. Iñigo Pérez se diluía entre líneas. En este caso para mal, pues el balón necesitaba circular y no estancarse. Y el referente Llorente no estaba para un balón largo. Bielsa exasperaba en la banda.
5.- La segunda parte asimiló a la primera en el comienzo: el Atleti sale con fuerza, ahoga la salida bilbaína y recupera. Arda se disfrazó de Riquelme para jugar: ralentí en las piernas, Ferrari en la cabeza. Se dedicó a ver el partido adelantándose a los sucesos y convocó a una sesión de fintas con el cuerpo a compañeros y rivales. Fue la luz. El Atlético se proclamó muy superior en el inicio y mantuvo el nivel con escasos picos de rendimiento hasta el 2-0.
6.- Superlativo Juanfran. En las transiciones, aparece por cualquier parte para servir un balón; en posesión, genera superioridades en el costado derecho. Virtudes de extremo (posición de origen) para atacar, energía e inteligencia para defender. Adaptación al medio.
7.- Bielsa introdujo al campo a Ibai y San José en el descanso. Nada mejoró. Si acaso, pudo empeorar. El partido del defensa fue, por segunda vez consecutiva (ante Valencia y hoy), nefasto. Tarde al corte, que se traducía en dureza, y lento en la salida de balón. De un fallo suyo llega el primero de Falcao. El colombiano, que en un partido cargado de vulgaridad en toma de decisiones y ejecución de las mismas, endosó dos goles por puro instinto animal. Tigre.
8.- Si algo ha demostrado el Athletic es la necesidad del físico para llegar lejos. O quizás que el desgaste emocional de las últimas semanas embota la mente y esta encoge las piernas. La condición no acompaña y los argumentos, sin esta, se reducen a menudo a Llorente. Sin ambos, se asoman al precipicio de la mediocridad. El síntoma de ello es el primer ataque con coherencia y limpieza del Athletic: minuto 82. Tarde. El corazón quiso acortar ventajas, pero diez minutos de fútbol, con el Atlético defendiendo fruto del contexto del partido, fueron insuficientes.
y 9.- Johan Cruyff dijo una vez: “Todos los entrenadores hablan sobre movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Debes estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ni demasiado pronto, ni demasiado tarde“. Arda Turan, factor diferencial del encuentro, la entendió y ejecutó a la perfección hoy.
– Fotos: Atlético de Madrid
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