El partido disputado por el Sevilla frente al Manchester United en el Rio Ferdinand Memorial acrecentó las sensaciones positivas que estaban puestas sobre el equipo de Emery. En ese choque pudimos ver, en un gran escenario, cómo la propuesta del técnico vasco toma forma y se define. Cierto es que sólo se trataba de un amistoso de pretemporada disputado frente a un United que conservó sus mejores piezas para la disputa de la Community Shield dos días después. Pero una puesta en escena similar siempre tiene consecuencias positivas para reafirmar conceptos, mejorar sensaciones y acrecentar la autoestima.
En ese sentido la gran aparición fue Diego Perotti, por inesperada. El argentino ha pasado un calvario de lesiones durante las últimas temporadas que no nos han permitido ver su explosión en todo aquello que apuntaba. El Monito había llegado a debutar con la selección argentina el mismo día que Jesús Navas con la española (España-Argentina en el Vicente Calderón). Desde aquel lejano 14 de noviembre de 2009, que suponía el súmmum del modelo de juego de bandas sevillista, Perotti ha pasado por muchos trances, la mayoría de los cuales tienen tintes negativos.
El partido de Old Trafford ha supuesto para Diego un reencuentro consigo mismo. Le ha permitido sentirse futbolista, y de los importantes, desarrollando un muy buen partido. Sin embargo, este Perotti parece muy diferente a aquel que el aficionado recuerda y que guarda en su memoria. Más dotado físicamente, ha reforzado el tronco, su fútbol quiere tender a otra cosa a la que le dio para ser importante en la liga española.
Emery va a suponer un refuerzo en la maduración y cambio que esperemos que el argentino pueda llevar a cabo. Perder el miedo a las lesiones y dejar atrás la concatenación de estas debe suponer la primera parte de los cimientos en los que se asiente el regreso de un futbolista de los que emocionan al aficionado y que rompe sistemas defensivos rivales.
Unai ha dejado muestras claras de confiar en él, pero parece querer convertirlo en otro jugador distinto al que se marchó del Sánchez Pizjuán desolado por sus problemas físicos continuos. Posiblemente será complicado volver a ver a ese Perotti de cabalgadas por la banda izquierda del campo, con gran facilidad para el desborde mediante el cambio de ritmo, capacidad para salir del marcaje rival tanto por el perfil exterior como el interior y más propenso al centro lateral al área que a la llegada a posiciones de remate.
El nuevo Diego que se nos presentó en Old Trafford es diferente. Su fútbol tiende a evolucionar a posiciones más interiores, a las carreras diagonales, a cubrir un mayor frente de ataque, a alejarse de la banda y los centros para desarrollarse cerca de la corona del área, con la asistencia rasa y el remate a portería como elementos habituales.
De partida, Perotti saltará –cuando sea titular– al campo como teórico extremo izquierdo, pero en la práctica será un mediapunta móvil que buscará las posiciones centrales y la asociación continua. Aquí encontrará el apoyo de Marko Marin, llamado a ser el gran canalizador del juego sevillista, y Carlos Bacca, un delantero de esos que no paran de tirar desmarques de apoyo continuos y que quieren ser partícipes del desarrollo del ataque.
Su formación como extremo de los que prefieren la recepción del balón al pie le va a ayudar a poder desarrollar un juego con matices interiores muy marcados. Acostumbrado a recibir el balón con el lateral rival presionándole, Diego ha desarrollado la gran virtud de recibir la pelota con una gran orientación lateral que aleja la misma de su defensor y mucha capacidad para girarse cuando el balón le llega estando de espaldas a portería. Desde una posición más centrada y, por tanto, con mayores espacios para buscar los apoyos, ofrecerá a sus compañeros una opción de conexión importante y relativamente sencilla.
Con la posesión del balón sí veremos a un Perotti conductor del esférico, donde su talento para desbordar en conducción con el balón pegado y el desarrollo de su cambio de ritmo serán muy importantes para que el Sevilla pueda transitar de manera rápida y limpia hacia la portería rival. Este nuevo Diego Perotti parece que será todo aquello a lo que estaba llamado a convertirse José Antonio Reyes, el lugarteniente de Marin en la zona de tres cuartos ofensiva sevillista.
El único pero reseñable a esto es su estado físico. Si su recuperación ha sido satisfactoria y las lesiones le respetan, el ’10’ sevillista está llamado a marcar diferencias en nuestra liga. El ecosistema que le rodea es propicio para ello y la evolución de su fútbol no es más que un refuerzo adicional. Este Perotti mediapunta nos gusta. Nos gusta mucho. Ojalá podamos verlo explotar definitivamente porque condiciones para ello tiene de sobra.
* Miguel Canales es director del proyecto “Fútbol Global“.
– Foto: Juan José Úbeda (ABC)
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