"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
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Toral, Zalzman (finalmente cedido y no baja definitiva), Bellerín, Pol García Tena, Marc Navarro. Y a 30 de junio de 2011, dos nuevas bajas, ambas del Juvenil A y en el centro del campo: Pepe Palau y Jordi Masó. En este caso, con buen nivel los dos jugadores pero abocados a una de las grandes exigencias de la cantera blaugrana: el salto desde el primer equipo juvenil hasta el Barça B, sin estación intermedia. La desaparición del Barça C hace años provoca este enorme salto y, en consecuencia, el adiós de futbolistas de nivel, pero a los que les falta alguna pequeña virtud para acceder al Miniestadi. Añadamos otro factor: el gran atasco en la cantera del Barça se sitúa en el centro del campo. Palau y Masó son dos víctimas del momento y del éxito global.
Pepe Palau es un mediocentro alicantino de 19 años, fino y de excelente toque, que llegó al Barça en 2008 procedente del Valencia. Su presencia competitiva fue algo irregular a lo largo del curso, probablemente porque como mediocentro carece de cuerpo y presencia y como interior no posee la finura de un Espinosa. Así, entre dudas sobre si es una cosa u otra, Palau no fue determinante en el equipo del triplete dirigido por Óscar García Junyent y acabó saliendo del club, camino del Villarreal C, que compite en Tercera División.
Jordi Masó, por el contrario, fue el jugador que más minutos disputó en el Juvenil A en la temporada regular. Un fijo para Óscar como interior derecho. Futbolista algo tosco en las formas, 19 años también, apenas llegado en verano de 2010 al Barça procedente del Girona, sacrificado, luchador, de sólidos conceptos defensivos, recuperador por vocación, con dificultades en la salida de balón. Antitesis del jugador mediático, pero de los que se hacen imprescindibles para sostener un equipo. Baja a finales de junio, Masó ha extendido ficha por el Llagostera, que se estrenará en Segunda B por vez primera.
Veinte días después de que Palau y Masó se quedaran “cortados”, otro componente de Los 50 de La Masia era baja, en esta ocasión por traspaso: el mediocentro Oriol Romeu, del Barça B, era fichado por el Chelsea de Villas Boas, fichaje que se concretaría el 4 de agosto. Cinco millones de euros fue el precio del traspaso, fijándose una cláusula de recompra posible en 2012 de 10 millones y otra de 15 millones en verano de 2013. Romeu es un excelente mediocentro de posición que vio frenada su marcha cuando el primer equipo fichó a Javier Mascherano, pero cuya temporada 2010-11 ha sido dubitativa. No sólo por la lesión de menisco sufrida el 2 de enero, sino desde mucho antes había dejado algunos síntomas que hicieron dudar al staff técnico del club: perdió velocidad y siguió pecando de precipitación en el juego. Terminó la temporada alternando su rol habitual con el de defensa central. La poca confianza demostrada por Pep Guardiola fue decisiva en su traspaso.
Palau es el 44; Masó, el 43; Romeu, el 42. La lista se vio reducida en ocho elementos en los siete meses transcurridos desde la entrega del libro a la imprenta y el inicio de la nueva temporada. De los ocho, el venezolano David Zalzman todavía forma parte del club, pues ha sido cedido a Cornellà, y con Romeu existe la mencionada cláusula de recompra. Pero Darwin seguirá haciendo de las suyas…
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