El PSG será el rival del Barça en los cuartos de final. Los parisinos quedaron encuadrados en el Grupo A y fueron primeros por delante de Porto, Dinamo de Kiev y Dinamo de Zagreb. En el mercado invernal han llegado Lucas Moura y David Beckham. Es un grupo hecho a base de talonario que Carlo Ancelotti está intentando ordenar y convertir en un equipo. Su camino en esta Liga de Campeones es bueno y en los octavos de final ha superado al Valencia firmando en el encuentro de ida en Mestalla uno de los mejores encuentros de la temporada.
El sistema favorito de Ancelotti es el 4-4-2 y es el que viene utilizando con asiduidad. En algunas ocasiones ha optado por meter un centrocampista más y jugar con tres en la zona ancha. Ante un rival como el Barça no es descartable, pero últimamente el 4-4-2 es fijo. El PSG es un equipo que tiene un eje central defensa-medio-ataque poderosísimo. La pareja de centrales, Thiago Silva-Sakho, es sólida y tiene un poco de todo; en mediocampo el equipo tiene trabajo y despliegue con Matuidi, agresividad con Motta y calidad, si lo desea, con Verratti. Arriba es un conjunto mortal, con velocidad en la banda en el caso de Moura, calidad del fuera a dentro con Pastore si arranca desde la izquierda, aunque le falta sacrificio por toneladas, y arriba Lavezzi es desequilibrio por movilidad e Ibrahimovic por calidad pura, aunque su expulsión en Mestalla le privará de disputar el encuentro de ida. El principal problema del equipo son las fases de los partidos en la que transita por el mismo sin la concentración e intensidad necesaria. Ahí son vulnerables. La banda izquierda, cuando está formada por Maxwell y Pastore, puede sufrir mucho defensivamente.
Sirigu es un buen portero, seguro en el juego aéreo. Sus características son la sobriedad y el dominio de su área.
Los laterales habituales son Jallet en la derecha y Maxwell en la izquierda. Jallet es actividad pura, es un lateral agresivo e intenso, capaz de jugar también en mediocampo si es preciso (ojo con esa faceta) por su facilidad para apretar al contrario y capacidad de desplegarse. Maxwell es un lateral correcto cuando se incorpora al ataque, pero que sufre mucho en defensa. Los mejores centrales son Thiago Silva y Sakho, además es una pareja compensada. Silva es rapidísimo y tiene salida de balón desde atrás y Sakho es poderoso, con buena pierna izquierda y con mucha personalidad. De faltar uno de los dos puede entrar Alex, que es un central con presencia pero que no mide bien siempre y demasiado agresivo.
Matuidi no deja de crecer. Su despliegue es impresionante, trabaja al servicio del equipo, es capaz de abarcar las dos áreas y es un jugador con una elasticidad fantástica para robar el balón Es fijo tanto con dos medios en un 4-4-2 o tres medios si Ancelotti opta por un 4-3-3. A su lado es habitual ver a Motta si se busca contener. Thiago Motta es agresivo y su técnica es aceptable. Si entra Verratti el equipo crece en juego elaborado y capacidad asociativa; el italiano es un extraordinario pasador. Otra opción es Chantome. un jugador aceptable técnicamente, con trabajo y despliegue, buena zancada y capacidad para caer a la derecha, aunque de calidad inferior a cualquiera de los otros tres. Las bandas son para Lucas Moura y Pastore, pero con una ocupación muy diferente. Moura es vertical, directo, eléctrico, un alfil. Y no es descartable que ante la ausencia de Ibra en el primer partido de la eliminatoria podamos verle como delantero junto a Lavezzi. Pastore arranca desde la izquierda, es capaz de asistir y maniobrar hacia dentro, hace crecer al equipo tocando, pero su apatía y falta de compromiso en muchas ocasiones le hace restar más que otra cosa. Menez es otra opción: puede jugar en las dos bandas y arriba, tiene mucha calidad individual. Es un jugador irregular y por eso no es titular siempre, pero tendrá minutos a lo largo de la eliminatoria.
El Pocho Lavezzi es un jugador fantástico. No para de moverse y tirar desmarques, crea peligro a la contra y en ataque estático tirando diagonales. En determinadas fases de los partidos aprieta la salida del contrario y es siempre una salida para el equipo. Ibra es Ibra. Su calidad individual es impresionante, sus lagunas, ausencias e imprudencias están claras, pero él solo puede desequilibrar un partido y es el jugador más peligroso del equipo. Su ausencia en la ida es muy importante en el aspecto negativo para su equipo. Kevin Gameiro es un recurso. Sin ir más lejos, su entrada ante el Valencia en la vuelta de octavos disputada en París le dio aire al PSG, significó una opción para el juego directo y fue clave corriendo al espacio en la jugada del empate obra de Lavezzi. Ancelotti le puede utilizar en un momento determinado.
Este es el Paris Saint-Germain que se va a encontrar el Barcelona. Es favorito el Barça, sin duda, pero las virtudes de los de Ancelotti, sobre todo la velocidad en la transición defensa-ataque, le pueden hacer mucho daño al Barça.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: EFE
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