Palabra de Luis Enrique. Episodio III

por MARCOS CASTRO el 30 diciembre, 2014 • 12:10

El F. C. Barcelona cierra el 2014 con más sombras que luces. Queda lejos en el recuerdo la liga perdida ante el Atlético de Madrid y el triste adiós del Tata Martino sin ningún título conseguido. Ahora, con un nuevo técnico al mando, el dominio corresponde a su máximo rival, reciente campeón del Mundial de Clubes y que lidera la liga a pesar de haber jugado un partido menos.

Uno de los aspectos más preocupantes del proyecto que dirige Luis Enrique es la falta de identidad que desprende el equipo cuando uno lo ve jugar. Las individualidades, que son muchas y variadas, son las que están brillando ante la ausencia de mecanismos que construyan un juego colectivo que debe llevar al éxito final. La búsqueda del tan deseado equilibrio todavía es una de las grandes asignaturas pendientes. A pesar de ello, el equipo está bien situado a estas alturas de la temporada, clasificado para octavos de final de la Champions y en plena lucha por la liga. Para su entrenador, son tan importantes los resultados como la forma que se debe utilizar para conseguirlos:

“Me importa todo. Basándome primero en conseguir resultados a final de temporada, porque indicará que hemos estado a buen nivel en todo lo demás. Nosotros solemos acompañar la parte del resultado con buen juego. Necesitamos jugar bien, generar más ocasiones que el contrario, ser más efectivos en las dos áreas y lo primero que necesitamos es tener el balón si puede ser en campo contrario. Va un poco todo relacionado, para conseguir resultados necesitaremos estar en un buen nivel futbolístico”.

La trayectoria del equipo sigue siendo irregular, con goleadas importantes ante Espanyol y Córdoba acompañadas de partidos con una preocupante falta de ideas y escasa puntería, como ante el Getafe. Delante de adversarios que se cierran atrás y no dejan espacios entre líneas, especialmente fuera de casa, el equipo no acaba de encontrarse cómodo para desarrollar su juego:

“Yo lo atribuyo en función del estado de ánimo de los jugadores. El primero y principal, es bastante más fácil defender cuando uno está fresco físicamente y eso sucede los primeros minutos del partido, por eso es necesario hacer daño rival a través de la posesión y hacerle bascular continuamente de lado a lado. Cuando van pasando los minutos, esas vigilancias defensivas se van relajando y aparecen más espacios”.

A nivel táctico, el mayor cambio sufrido se dio en la victoria ante el PSG. El dibujo de tres defensas sorprendió a la gran mayoría, todo y que Luis Enrique considera que no se han producido tantos cambios en este aspecto:

“Casi todos los partidos los hemos jugado con la misma disposición (4-3-3). Adaptamos el sistema para hacerle más daño al rival. En la mayoría de partidos se dan las mismas circunstancias: nos situamos en campo contrario, con muy poco espacio y tiempo para decidir y con mucha densidad de jugadores. Eso significa que tenemos que ir variando y tenemos que ser imprevisibles y tener recursos”.

La gestión de la plantilla por parte del técnico asturiano ha tenido un protagonista claro durante las últimas semanas: Martín Montoya. El lateral derecho está atravesando por una difícil situación deportiva ante la falta de minutos y su futuro en el club es todo un misterio. “Montoya es un ejemplo no solo como jugador, en la manera en cómo se comporta y la profesionalidad que tiene, y en su caso solo es una decisión técnica. Valoro incluso hasta que pueda estar equivocado, pero lo único que le puedo decir es que entrene al máximo, no rendirse e intentar superar una situación complicada”. Todo hace indicar que sus últimas titularidades parecen causadas más por la baja de Dani Alves que por su confianza hacia el rendimiento mostrado por el propio Montoya. Las próximas semanas serán definitivas para saber su destino lo que queda de temporada.

Este capítulo se agrava si añadimos el escaso protagonismo que también ha tenido el brasileño Douglas, cuyo fichaje ha sido examinado con lupa desde su llegada:

“Cada nuevo jugador que viene a este club y si viene de otro continente, hay un período de adaptación. En algunos casos, dura muy poco, en otros, dura mucho, en otros, no se llegan a adaptar nunca… estamos en ese período de ver cuál es el tiempo que tiene para rendir y ser efectivo. Es un jugador que fichamos viendo que lo hacía en su anterior club ya que nos da muchas opciones, pero necesitamos que el jugador vuelva a hacer lo que hacía en el Sao Paulo aquí en el Barça”.

A pesar de estas situaciones, Leo Messi sigue batiendo todos los récords posibles agrandando su figura año tras año, una noticia formidable a todos los niveles:

“Yo no he visto jugador igual que éste y encima tengo la fortuna de poder entrenarlo y verlo cada día. Es prácticamente incomparable con los jugadores que había visto antes, y ya he visto bastantes a lo largo de mi vida. Será un jugador único e irrepetible. Tenemos la suerte de tenerlo y de disfrutarlo. Deja ese récord (de Zarra) en unas cifras inalcanzables para cualquier otra persona”.

Tal y como se ha ido escribiendo en los anteriores capítulos, el ámbito de mejora del equipo es notable. La buena noticia es que los títulos se jugarán dentro de unos meses y el equipo puede llegar en unas condiciones óptimas si es capaz de rendir de una forma global y armónica:

“Este deporte es muy complejo. Hay que mejorar muchas cosas porque así lo refleja la clasificación y hay un equipo que está siendo mejor que nosotros. Hay que mejorar aspectos del juego colectivos en los que ya estamos trabajando. No tengo una varita mágica para poner lo que falta y ya está. No veo el fútbol así, seguimos el proceso natural que tiene un equipo. Es una temporada especial por el número de bajas y de jugadores importantes que se fueron y otros que han venido”.

Finalmente, este es el particular balance que hace Luis Enrique del 2014: “Ha sido un año cojonudo, buenísimo. La oportunidad de haber entrenado al Celta en primera división y de mantenerlo en esa categoría con bastante holgura y en un sitio que me encontré muy a gusto (…) Ahora, la vuelta a mi casa… esto es como el paraíso. Es una maravilla”.

* Marcos Castro.

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