En la primera jornada que se repartían medallas en los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi (Rusia), el protagonismo ha quedado repartido entre los hitos de dos noruegos, Einar Bjordalen y Marit Bjoergen, candidatos a ser los reyes de esta cita tan señalada en el calendario deportivo del año; la alegría de dos hermanas canadienses, Justine y Chloe Dufour-Lapointe (oro y plata) en el esquí acrobático sobre baches; y la satisfacción neerlandesa por su triplete en el patinaje de velocidad sobre 5.000 metros, al copar el podio (oro, plata y bronce).
En ocasiones la naturalidad con que se asumen ciertos hitos deportivos sorprende, especialmente no por el impacto de la hazaña, sino por cómo el protagonista de la misma la vive: un día más en la oficina. No obstante, también es cierto que desde la atalaya que otorga la madurez tal vez se le da un valor emocional muy íntimo. Tantos años en la primera línea competitiva curten una barbaridad, por lo que los reconocimientos y éxitos van cayendo por su propio peso. Es lo que ha sucedido hoy en Sochi cuando dos vikingos han pasado a ser leyendas de su país, Noruega, aunque pensándolo fríamente, también del deporte en general.
«No sé si es la victoria más bonita de mi carrera. He pasado años difíciles, conseguir resultados era complicado, pero mi motivación nunca se vino abajo, con lo que continué. Tengo detrás de mí un equipo fuerte, me animan todo el tiempo y sin duda han permitido todo esto», comentó el biatleta Ole Einar Borjordalen, manteniendo una gran sobriedad pese a estar viviendo un momento histórico.
Un día, el 8 de febrero de 2014, en el que el noruego, tras finalizar la prueba de sprint sobre 10 kilómetros, se ha colgado su séptimo oro y duodécima medalla olímpica en esta disciplina (cuatro platas y un bronce). La jornada en que ha superado a su compatriota Bjørn Dæhlie, ya retirado y hasta la fecha el mejor deportista noruego en unos Juegos Olímpicos.
Borjordalen, que cumplió los cuarenta años el pasado 27 de enero, está en condiciones de aumentar su botín en Sochi, pues tiene pendiente la participación en alguna de las pruebas que forman parte del programa de esta disciplina deportiva. O quizá en la próxima edición, ya en 2018. Porque el biatlón es un deporte tan complejo, exigente y duro que la edad no es lo más importante, pues realmente se convierte en aliada, pocas veces en enemiga.
Lo que sí es seguro es que para el 2022, cuando su país Noruega aspira a organizar los juegos, no estará en activo. «Ya estoy satisfecho con el número que llevo, está bastante bien. Para más adelante, incluso aunque Oslo organice los Juegos de 2022 (para los que es ciudad candidata), ya no estaré, eso seguro», manifestó al concluir la prueba.
Bjoerndalen inició la carrera con un ritmo moderado, reservando fuerzas, siendo muy cerebral, en una prueba en la que los máximos favoritos, el francés Martin Fourcade y el noruego Emil Svendsen, no cumplieron con las expectativas, terminando sexto (+12,4 segundos) y noveno (29,3 segundos) respectivamente. El deporte tiene estos caprichos: los favoritos no siempre logran cumplir los pronósticos, pues se presentan factores insospechados, tanto propios como ajenos. Todos los que ha sabido manejar Bjoerndalen en su larga trayectoria.
También hoy, cuando pese a un fallo en el tiro inicial esquió de manera excepcional para adelantar a Landertinger (+1,3 segundos) y Soukup (+5,7), aunque ninguno de los dos cometió fallo alguno con la carabina. Porque compensar con velocidad e inteligencia un error en el campo del tiro también cuenta. Tras realizar una serie sin fallos en el disparo con posición tumbado, el biatleta nórdico metió una marcha más y a la salida del segundo paso por el puesto de tiro se colocó 5º, a 6,8 segundos del líder provisional, para acabar remontando y finalizar como ganador.
Lejos quedan sus inicios, cuando era casi un adolescente en este deporte, a mediados de los noventa, con la proximidad del fin del siglo XX. Lo que no está tan atrás es el botín en su poder, en su memoria y en su palmarés: títulos europeos, mundiales, triunfos en la Copa del Mundo… La lista es larga y extensa. En esta prueba, el español Víctor Lobo, debutante en una cita olímpica, finalizó en el puesto 84º del total de ochenta y siete participantes, a más de seis minutos del ganador y con cuatro errores en su tarjeta de tiro.
Tras su participación, Bjoerndalen admitió que hubo momentos en los que vio escaparse la posibilidad del oro y que no fue una prueba fácil para él, pese a que pudo tener un final feliz. El noruego aseguró que, por el momento, no tiene previsto ningún festejo especial y que esta noche la dedicaría únicamente a «descansar».«La fiesta ya la haremos a nuestro regreso a casa, en Noruega, con los amigos. Aquí compartiremos el éxito con los compañeros, en las habitaciones», señaló.
Lo que sí es más que probable es que haya una gran alegría en la delegación de Noruega. Unas horas antes al éxito del triunfo de Borjordalen, su compatriota Marit Bjoergen también ha probado que sabe ganar. En su caso, siendo una de las primeras triunfadoras y protagonistas del día, al ser la segunda deportista en lograr un oro durante la jornada: en la prueba del skiatlón femenino. En otra disciplina, con un recorrido en sus espaldas menor, pero con un palmarés que se va agigantando casi sin darse cuenta la propia protagonista, pues ya acumula un total de ocho medallas olímpicas, cuatro de oro.
Bjoergen, al contrario que Borjordalen, está en un proceso aún de maduración y crecimiento. Mucho más joven que su compatriota, pues cumplirá 34 años el próximo 20 de marzo, sí que es más probable que pueda alcanzar los Juegos Olímpico de 2022, y tal vez alguno más. Su palmarés, que nació a nivel olímpico en Salt Lake City en el 2002, también tiene todos los visos de crecer en Sochi y dejar atrás a compatriotas que en su momento fueron leyendas. Bjoergen está escribiendo su propia historia y la está convirtiendo en igual de legendaria, posiblemente más lejos de lo que nunca habría soñado.
La noruega se adjudicó la medalla de oro en skiatlón 7,5 kilómetros clásico + 7,5 kilómetros libre gracias, sobre todo, al esquí, ya que en ambas modalidades fue la que mejor tiempo obtuvo, acabando la prueba con 1,8 segundos de ventaja sobre la sueca Charlotte Kalla, medallista de plata. El bronce se lo colgó la compatriota de Bjoergen Heidi Weng, mientras que otra noruega, Therese Johaug, finalizó en la cuarta posición.
Al mismo tiempo, en esta espectacular y entretenida prueba, hay que resaltar el gran papel de la española Laura Orgué, quien ha logrado el mejor resultado para una deportista de esta disciplina a nivel olímpico. Orgué completó una extraordinaria actuación, muy meritoria, ya que en sus terceros Juegos Olímpicos de Invierno ocupó la posición 25 de entre 61 participantes. La catalana finalizó a 2:12.9 de la vencedora.
Un día que ha amanecido con el triunfo y, por tanto el primer or para el estadounidense Sage Kotsenburg en la prueba de de slopestyle de snowboard, una de las disciplinas que se han estrenado en el calendario olímpico. Kotsenburg aprovechó la baja de su compatriota Shaun White –que se dañó la muñeca izquierda en un entrenamiento el pasado martes y debido a ello prefirió reservarse para la prueba de halfpipe, en la que aspira a lograr un tercer título olímpico consecutivo– y se convirtió en el primer campeón de los Juegos de Sochi.
El estadounidense, de 20 años, se impuso en la pista con saltos y módulos de Rosa Khutor al sumar 93,50 puntos, 1,75 más que el noruego Staale Sandbeck, que fue segundo, por delante del canadiense Mark McMorris (88,75), bronce en la primera prueba de los Juegos.
A primera hora de la tarde el neerlandés Sven Kramer revalidó, con récord olímpico, su título de Vancouver 2010 al encabezar un triplete de su país en los 5.000 metros de patinaje de velocidad. Para mayor alegría de sus reyes, Guillermo y Máxima, presentes en el Adler Arena. Kramer ganó con un tiempo de seis minutos, diez segundos y 76 centésimas, por delante de Jan Blokhuijsen y de Jorrit Bergsma. Este es el segundo triplete olímpico de los Países Bajos en patinaje de velocidad después del 10.000 de los Juegos de Nagano’98, en los que Gianni Romme ganó delante de Bob de Jong y Rintje Ritsma.
Y en la última resolución del día, la estadounidense Hannah Kearney, que partía como favorita e intentar revalidar el título olímpico logrado en Vancouver, se tuvo que conformar con el bronce en la prueba de baches de freestyle o esquí estilo libre, por detrás de las hermanas Justine y Chloe Dufour-Lapointe, que ganaron oro y plata para Canadá, aupando a su país al segundo puesto del medallero, empatado con los Países Bajos (ambos países con una medalla de cada metal).
Justine, la menor de una saga de tres hermanas, ganó con 22,44 puntos, 0,74 más que su hermana mediana, Chloe, de 22, en una prueba en la que la mayor, Maxime, de 24, acabó duodécima. Kearney, que lideraba la prueba antes de la tercera y definitiva ronda, tuvo un fallo en la parte superior del recorrido y se tuvo que conformar con el bronce. Sin embargo, la alegría no se le quitó del rostro al conocer su puesto. Sin duda, un premio que habría sido perfecto si Maxime hubiera contado con opciones reales de entrar en el podio.
Del resto, simplemente recordar que se han completado las siguientes pruebas, que aún no han finalizado y por tanto continúan abiertas a la hora de definir quiénes serán los componentes del podio: el patinaje artístico, con la competición por equipos, tanto en pareja-danza –programa corto– como en mujeres –también programa corto–; la competición por equipos en parejas –programa libre–; las rondas preliminares femeninas en el hockey hielo; los descensos en la primera y segunda bajada del luge –prueba invidual masculina–; y la clasificación de los saltos de esquí masculino.
* Pablo Beltran es periodista.
– Fotos: 2014 XXII Winter Olympic Games
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