Muros y adoquines. Como siempre que hay una carrera de este tipo en el ciclismo mundial hay dos grandes favoritos, Fabian Cancellara y Tom Boonen, que volvieron a retarse en De Ronde van Vlaanderen. La carrera estuvo marcada por una interminable sucesión de caídas, pero las dos referencias de la prueba llegaron con opciones a los últimos kilómetros.
Cancellara, solo, atacó del grupo de favoritos llevándose tras de sí a un belga, Vanmarcke, y alcanzando a los otros dos que iban por delante, Van Avermaet y Vandenbergh; Boonen, con multitud de compañeros, pero sin saber correr en equipo, no respondió al ataque de suizo y se quedó sin opciones.
Así que la carrera se decidió en un sprint a cuatro, como en 2011. Hace tres años Cancellara no pudo ganar porque la punta de velocidad no es su fuerte, pero en esta ocasión sí derrotó a sus tres rivales belgas logrando su séptimo monumento y tercer Tour de Flandes. Además, es el segundo monumento que gana al sprint tras derrotar a Vanmarcke en el velódromo de Roubaix en 2013.
Los cuatro primeros terminaron con el mismo tiempo, algo que no ocurría en la gran carrera flamenca desde 2001, cuando lo hicieron los ocho primeros.
Cancellara sigue sin bajarse del podio en los once últimos monumentos que ha podido terminar (abandonó por caída en Flandes hace dos años), una racha que comenzó en 2010 en Flandes y que se ha prolongado durante cuatro Milán-San Remo, cuatro Tour de Flandes y tres París-Roubaix. Es su 14º podio en total, lo que le sitúa en el séptimo puesto del ranking histórico.
En cuanto a victorias, Cancellara también está en el séptimo puesto con sus siete victorias. Y sus tres triunfos en Flandes le han permitido empatar el rñecord de la prueba que ahora comparte con Achiel Bruysse, Fiorenzo Magni, Eric Leman, Johan Musseuw y Tom Boonen.
Los grandes derrotados fueron los belgas, que ocuparon la segunda, tercera y cuarta plaza, algo que no se veía en un monumento desde 2010 en Flandes, también con los belgas y también superados por Cancellara.
De Ronde van Vlaanderen también tiene competición femenina, que se disputa el mismo día y que es valedera para la Copa del Mundo. Ausente Marianne Vos, el triunfo se lo llevó su compatriota Ellen van Dijk, vigente campeona mundial contrarreloj y que nunca antes había vencido en la Copa del Mundo.
Van Dijk obtuvo una ventaja increíble sobre la segunda clasificada en la carrera, la británica Lizzie Armitstead, nada menos que 1’01’’, récord en la historia del Tour de Flandes femenino, que se celebra desde 2004.
Y además…
Noruega olvidó su decepción olímpica (fue quinta en Sochi) ganando el cuarto mundial de su historia con mucha autoridad. En la fase de grupos solo perdió ante Alemania por la mínima y en las eliminatorias venció en semifinales a Canadá por 3-2 y arrasó a Suecia en la final derrotándola por 8-3. Noruega no conseguía el título mundial desde 1988 en Lausana (Suiza).
En el encuentro por el bronce, Suiza se impuso a Canadá. Los helvéticos alcanzaron el podio por primera vez desde 2003, cuando ganaron la plata, mientras que Canadá se quedó sin medalla tras doce ediciones seguidas consiguiéndola (2002-2013), igualando la mejor racha de la historia que tiene el propio equipo americano (1985-1996).
El primer grande del golf femenino se disputó en Rancho Mirage, California, y las estadounidenses ocuparon las cuatro primeras posiciones, parando, por el momento, el abrumador dominio asiático de los últimos años.
La ganadora fue la jovencísima Lexi Thompson, que a sus 19 años y 55 días se convirtió en la segunda jugadora de menos edad en ganar un major, solo superada por Morgan Pressel, que venció el Nabisco 2007 con 18 años y 313 días.
Ningún país tenía a las cuatro primeras golfistas en un torneo del Grand Slam desde Estados Unidos en el Nabisco de 1997 (también cuatro).
Auckland (Nueva Zelanda) dio inició a la competición y el ganador fue el mismo que en la última carrera de 2013, Javier Gómez Noya. El español ha ganado las tres carreras celebradas en esta ciudad neozelandesa (2012-2014), una racha solo igualada por Alistair Brownlee en Madrid (2009-2011) y Kitzbühel (2011-2013).
En la carrera femenina, excelente actuación británica con la victoria de Jodie Stimpson (la segunda de su palmarés tras haber vencido en Kitzbühel 2013) y el tercer puesto de Helen Jenkins. Esta última sumó su undécimo podio, igualando a la neozelandesa Andrea Hewitt y solo por detrás de la australiana Emma Moffatt (15).
Campeonato de Europa perfecto para Rusia. Lideró el medallero por calidad (9 oros: la mayor cosecha desde los 11 del propio equipo ruso en 2007), por cantidad (16 medallas: algo que no se producía desde 2010 cuando la propia Rusia consiguió 16) y a los puntos encabezó los estilos libre masculino, libre femenino y grecorromana (triplete que tiene su antecedente también en 2010 con Rusia).
Los protagonistas masculinos fueron dos subcampeones. El del menor peso, 57 kilos, Ghenadie Tulbea, que tras ganar tres medallas representando a Moldavia logró una más con su nuevo país, Mónaco, que nunca antes se había subido al podio de un Campeonato de Europa de lucha en cualquier modalidad. Y el otro fue el de 86 kilos, el bielorruso Murad Gaidarov, que sumó su sexta medalla pero aún no tiene oros, por lo que se queda a las puertas de este peculiar récord que ostenta el rumano Petre Coman con siete (cuatro platas y tres bronces).
También hubo dos estrellas en categoría femenina, y compartiendo el peso máximo, 75 kilos. Por un lado la medallista de bronce, la ucraniana Kateryna Burmistrova, que obtuvo su novena presea, a uno del récord femenino de la francesa Lise Legrand. Y por el otro la campeona de la categoría, la búlgara Stanka Zlateva, que consiguió su sexto oro continental, lo que ninguna otra mujer había conseguido antes.
En el estilo de grecorromana, en medio del aluvión de medallas de países de Europa del Este sobresalió el bronce del bosnio Amer Hrustanović en 85 kilos representando a Austria. Este país centroeuropeo solo tiene otras cinco medallas masculinas más (tres en grecorromana y dos en estilo libre) y la anterior es la plata de Franz Pitschmann en 90 kilos conseguida en El Pireo 1986.
La Fórmula 1 no descansó y disputó en el circuito bareiní de Shakir la tercera prueba de la temporada, en la que volvió a arrasar Mercedes logrando su segundo doblete consecutivo.
También fue la segunda victoria seguida de Lewis Hamilton, que venció en un circuito donde nunca antes se había subido a lo más alto del podio. Hamilton ha ganado en 16 grandes premios diferentes (quinto piloto de la historia que lo consigue) y en 18 circuitos distintos (sexto de todos los tiempos).
El Volkswagen de Sébastien Ogier no dio ninguna opción a los rivales y se hizo con el triunfo en Portugal, el tercero de la temporada en apenas cuatro pruebas, y se mantiene como líder del mundial. Es la cuarta victoria de Ogier en tierras portuguesas, a tan solo una del récord del finlandés Markku Alén.
Japón 0-5 República Checa. Los vigentes bicampeones siguen con su marcha triunfal pese a la ausencia de Tomas Berdych. Lograron un 5-0 en Japón, lo que nadie hacía desde Australia en 1996. Y con la undécima eliminatoria consecutiva ganada igualaron la tercera mejor racha en la historia de la competición.
Francia 3-2 Alemania. A los alemanes les faltaron sus cuatro mejores jugadores y aun así casi obran el milagro tras ganar los dos primeros individuales. Pero no pudieron rematar la faena y perdieron una ventaja de 2-0 por cuarta vez en su historia, récord de cualquier país.
Italia 3-2 Gran Bretaña. El concurso de Andy Murray no fue suficiente ante un sólido equipo italiano en tierra batida. El escocés se convirtió en el quinto jugador de todos los tiempos en enlazar 19 victorias seguidas en individuales, pero en el partido clave perdió ante Fognini, que con su victoria devolvió a Italia a semifinales dieciséis años después.
Suiza 3-2 Kazajistán. Pese a contar con dos de los cuatro mejores jugadores del mundo, Suiza tuvo que llegar al último partido para meterse en semifinales por tercera vez en su historia (lo logró en 1992 y 2003). Federer y Wawrinka perdieron el partido de dobles por cuarta vez consecutiva, pero lo remediaron con dos triunfos por separado en la última jornada que permitieron a Suiza remontar como local una desventaja de 2-1 por primera vez desde 1955.
En las categorías inferiores destacó la remontada de Pakistán en Manila, de 0-2 a 3-2, la primera en la historia del país. Y los dos resultados perfectos: 6-0,6-0,6-0. Uno del tailandés Isarow ante el kuwaití Alshatti, y otro del marroquí Ouahab ante el chipriota Kyratzis. Es la primera vez en la Era Open, desde 1968, que una misma edición de la Copa Davis tiene dos resultados perfectos.
Cuarto y penúltimo torneo en la ciudad china de Cantón y nueva exhibición de los equipos de Oceanía. Nueva Zelanda disputó su sexta final seguida de Series Mundiales, consiguió su quinto título en apenas ocho torneos y repitió la victoria del año pasado en Cantón. La superioridad neozelandesa quedó patente al anotar 26 puntos como mínimo en cada uno de sus seis partidos, lo que ningún otro país había conseguido antes en un mismo torneo.
Australia terminó subcampeona perdiendo por primera vez el partido por el título y Fiyi, invitada a este torneo, concluyó en cuarto lugar, el mejor puesto de su historia.
La modalidad más breve del cricket –se juega a 120 bolas por equipo– disputó su campeonato del mundo en la India. En categoría masculina, Sri Lanka, subcampeón en 2009 y 2012, logró el primer título de su historia y, continuando la tradición, lo hizo sin pleno de victorias durante el torneo, una actuación perfecta que no se ha visto en ninguna de las cinco ediciones.
En el torneo femenino, Australia tampoco fue capaz de ganar todos sus encuentros, pero sí el título y ya son tres consecutivos. La selección femenina australiana es la única que siempre ha estado en el podio del Mundial de Twenty20, masculino o femenino, con tres oros y un bronce en las cuatro ediciones disputadas en su categoría.
Japón, vigente campeona asiática sub-16, completó un mundial impecable para hacerse con su primer título y el tercero de un país asiático en apenas cuatro ediciones.
Las japonesas destacaron en ataque convirtiéndose en el único país capaz de marcar al menos dos goles en cada uno de los seis partidos del torneo. Y también en defensa, puesto que estuvieron sin recibir gol desde el comienzo del campeonato hasta el último minuto de las semifinales: un total de 487 minutos imbatidas, récord del torneo.
Completaron los tres primeros puestos los dos países europeos que lograron su primer podio en un Mundial sub-17: la subcampeona, España, e Italia, que terminó tercera.
* David Fernández es estadístico.
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