Optimizar recursos

por ALBERTO LOPEZ FRAU el 6 marzo, 2016 • 15:13

1.- En el fútbol no hay verdades absolutas. Cada partido tiene un análisis. Algunos responden a una tendencia, al transcurrir del tiempo y de unos sucesos determinados. Otros no. Incluso dentro de un mismo partido. Por eso el Real Madrid firmó un primer tiempo discreto y un segundo en el que arrasó a uno de los equipos que mejor juegan en la liga española.

2.- Lo mejor que le puede pasar ahora mismo al Real Madrid es tener un rival al que le guste jugar y que se arme en torno al balón. De inicio, Zidane diseñó un once con más capacidad para permanecer ordenado que de costumbre, con Casemiro en el mediocentro defensivo y Kovacic e Isco como interiores. Volvió Pepe al centro de la defensa. Pepe supone jerarquía, ya con menos condiciones físicas, pero con más autoridad sobre la camiseta y sobre los compañeros que Varane.

3.- El primer acto fue parejo. La diferencia la marcaron dos detalles en forma de remate de cabeza. Uno de Iago Aspas que se fue al palo y otro de Pepe batió a Rubén al filo del descanso. El Madrid fue un equipo soso, pero bien construido en mediocampo.

4.- Casemiro, con su sola presencia, libera a los interiores en ataque y da cobijo a los centrales. Ser central del Madrid jugando un 4-3-3 sin un mediocentro defensivo puro por delante y con tres delanteros, normalmente despreocupados de defender, es vivir inmerso en una película de terror. Casemiro es joven, con defectos por pulir, pero los onces del Madrid, pese a que en algunos partidos se haya visto superado, deberían estar compuestos por Casemiro y diez más.

5.- Cristiano Ronaldo es un jugador superlativo inmerso en un ruido mediático insoportable. A veces él contribuye al mismo, otras veces no. El equipo le necesita mucho y él no tanto al equipo. Hay días en los que olvida muchos de sus fantasmas y se libera. Contra el Celta firmó 26 minutos memorables en la segunda parte. Marcó cuatro goles que le hubiera hecho a cualquier rival. Fue extraordinario. A estas alturas no va a cambiar. El tiempo le ha hecho un jugador cuyas virtudes van más en su beneficio que en el del juego colectivo del equipo. El reto del Madrid es sacar provecho siempre de él, al revés es difícil.

6.- El Celta no pudo sujetar el vendaval. Dispuso un 4-2-3-1 de inicio. No tuvo un tronco al que agarrarse en medio de una tormenta perfecta. Ni con Radoja, que había entrado por el Tucu Hernández, lesionado en el primer tiempo, junto al Chelo Díaz y Wass. Tampoco mucho pudo hacer la línea defensiva, con Hugo Mallo de central improvisado junto a Sergi Gómez. El Madrid comenzó a superar al Celta en el juego aéreo al final del primer acto. Ese fue el primer aspecto que marcó las diferencias.

7.- Jugar con Borja Mayoral es hacerlo con un delantero centro. Ese hecho da importancia absoluta a los costados. El Madrid suele jugar ahí con Karim Benzema, un jugador único, pero no un delantero centro. Lucas Vázquez en la banda y Borja Mayoral arriba es jugar con un ocho y un nueve. Tienes la opción de armar el juego hacia la derecha y buscar un centro al área. Un recurso más, una sinergia, una buena noticia.

8.- El tramo final del partido apareció el Madrid devastador a la contra. El Celta, ya con Guidetti y con Beavue en lugar de Wass, era un equipo más vertical, con menos control. Cada balón perdido del Celta fue un contragolpe demoledor del Madrid, que para entonces ya tenía en el campo a dos dominadores de la conducción y el disparo en transición: Bale y Jesé. Así completó la goleada. La otra buena noticia fue el regreso de Marcelo, un constructor de fútbol que parte del lateral izquierdo; otro jugador único, distinto.

y 9.- La plantilla del Madrid no es perfecta. Tiene carencias y puestos sin doblar. Pero aprovechando sus jugadores extraordinarios, que los hay, aunque tácticamente algunos son de difícil acomodo, y la ambición, espíritu y sentido colectivo de otros, el reto es armar un equipo que pueda luchar con garantías en la última competición en la que mantiene opciones reales de ganar un título esta temporada. El martes tiene la primera oportunidad de demostrarlo.