Si miramos el resultado, puede parecer que Nueva Zelanda ganó con cierta facilidad a los Pumas argentinos. El 21-5, sin ser una paliza, sí indica una superioridad de uno de los dos equipos bastante evidente, pero si repasamos lo visto en el Westpac Stadium de Wellington, ni mucho menos. La raza de los argentinos les permitió estar en el partido durante 66′. Defensa colosal de los Pumas que pudieron embarrar casi todo el partido y lograron cortocircuitar el juego de mano All Black. Es cierto que Nueva Zelanda tenía sensibles bajas, hasta seis en el día de hoy, la más importante la de su jugador estrella, el mejor apertura del mundo, Dan Carter. Pero eso no quita que sean superiores, aunque hoy no lograron serlo durante muchas fases del partido: solo en los últimos veinte minutos lograron la fluidez necesaria para hacer volar el oval y masacrar a la defensa argentina con su rapidez.
El partido comenzó con una lluvia y un viento que hacian presagiar la épica del partido que Nueva Zelanda, un pelín confiada, todavía desconocía. Argentina llenaba de aire y orgullo su pecho y desde el himno intentó dejar claro que no estaban ahí para hacer turismo por los magníficos paisajes del país oceánico.
La resposabilidad de dirigir a los All Blacks pertenecía a Aaron Cruden, tras la lesión entre semana de Dan Carter. El propio Cruden puso en ventaja a los All Blacks con un golpe de castigo a los 8′. Seguramente es lo que ha minado a los argentinos en su brava primera parte. Han regalado muchas infracciones y eso le daba segundas oportunidades a los neozelandeses. Con todo, Argentina no se vino abajo y tras un fallo de manos en la defensa oceánica cargaba con todo a un metro del ensayo, su potente delantera cargaba sin piedad, hasta que por una pequeña grieta, Rodrigo Roncero pudo meter la cabeza y clavar el oval. Ensayo para Argentina. Wellington se silenciaba mientras la orgullosa hinchada argentina festejaba el coraje de Ro-Ro, que salía con una brecha en la nariz que ensangrentaba la camiseta puma, una imagen que resume lo que es este deporte: sangre, sudor y lágrimas. Y en eso los argentinos son expertos. Argentina en ventaja (3-5). No pudo completar la conversión y desperdició los dos puntos extra.
El resto de primera parte fue un quiero y no puedo del ataque All Black, completamente precipitado y con continuos fallos de recepción (manos); la delantera argentina era capaz de frenar el ataque rival. Solo Cruden puntuaba para su equipo a base de golpes de castigo. El segundo, con mucha distancia de por medio puso el 6-5 en el marcador con que el partido llegó al descanso.
La segunda parte comenzó igual: Argentina embarraba el partido no dejando correr a Nueva Zelanda y obstruyendo el juego de manos de los All Blacks, Cruden puso otro golpe de castigo en el marcador. Gurruchaga desperdició casi acto seguido el suyo, que pudo devolver la distancia de menos de un ensayo en el marcador. Igualmente, Argentina estaba dentro del partido hasta la jugada clave: Julio Farías Cabello fue sancionado con un Sinbin y se tenía que ir al banquillo durante 10′. Fue fatal para Argentina. Nueva Zelanda no perdonó y empezó a masacrar la defensa sudamericana, que solo podía quitarse la presión a base de patadas defensivas. Desgraciadamente para ellos, ninguna llegaba a campo rival y era un continuo acoso.
En el minuto 66 (quedaban dos para recuperar el jugador excluído) Nueva Zelanda percutía la defensa puma ensayando por medio de Julian Savea, que acompañado por la conversión de Cruden decantaba el partido en favor local. Acto seguido, un segundo ensayo All Black por parte de Cory Jane alargaba el marcador, injusto para el honorable juego defensivo de Argentina.
Los grandes campeones destacan por su insistencia, por no darse nunca por perdidos y por levantarse tras una lucha titánica. Argentina, con el partido perdido, buscó en el último minuto un ensayo más a 3 metros. No les haría ganar el partido, pero su casta va por delante. Honor al partido de los Pumas que demostraron una vez más ser un orgullo para el país monopolizado por el fútbol.
Puntuaciones:
Nueva Zelanda > Ensayos: Savea 66′ y Jane 71′ ( conversión de Cruden 1/2)
Golpe de castigo: 8′, 24′, 51′ (3/5)
Argentina > Ensayo: Rodrigo Roncero 12′
* Andrés Marchante. En Twitter: @AndresMarchante
– Fotos: Anthony Phelps (Reuters)
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