"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
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Se puso en marcha la cuarta jornada del Rugby Championship 2013 con el duelo entre los mejores equipos del mundo, los dos únicos invictos del torneo. Dos colosos que nos prometían una batalla única, con el aliciente de que Sudáfrica, además de defender el liderato, buscaba ser el número 1 en el ranking de la International Rugby Borad (IRB). El partido no defraudó al menos en la primera parte, pero tuvo un final soso por causa de la cartulina roja que vio Bismarck du Plessis al comienzo del segundo tiempo. Los All Blacks le arrebataron el liderato a los africanos tras vencer en Auckland por 29-15.
El partido comenzó con mucho ritmo y pronto los locales se adelantaron en el marcador al engañar en una touche a 10 metros de la zona de marca visitante. Con mucha astucia, Kieran Read penetró sorprendiendo a los agresivos sudafricanos y movió el marcador por primera vez. Corría el minuto 4 de partido y ya ganaban los locales 5-0, posteriormente 7-0 tras una excelente transformación de Dan Carter. Sudáfrica se fajó y jugó al límite del reglamento, quizás no le gustó ser victima de ese engaño que les costó la anotación encajada y enfurecidos, placaron de manera agresiva. Y eso que Steyn había reducido la ventaja con un golpe de castigo (magnífico el torneo lleva el apertura africano en ese arte), pero todo cambió muy pronto, a los 16 minutos de partido. Carter recibió el oval para abrir juego cuando Bismarck du Plessis lo cazó repentinamente, de forma agresiva en la parte alta del cuerpo, a la altura del hombro. Nueva Zelanda recriminó la acción a Du Plessis y saltaron chispas entre los jugadores mientras Carter se dolía del hombro en el suelo. El apertura estrella de los Crusaders tuvo que ser sustituido por Beauden Barrett. En una decisión que traerá cola, el colegiado francés Romain Poite mandó durante 10′ al jugador sudafricano al banquillo con un sin bin. Pese a jugar con uno menos y costarle un ensayo que abría la ventaja aún más, Sudáfrica no perdió la cara al partido. Retallick aprovechó un par de fallos de marcaje visitante para ganar la ventaja y anotar por el medio de los palos. Recuperado el ‘2’ visitante, las fuerzas se igualaron, de hecho el propio Bismarck recortó distancias tras ensayar en la zona de marca local. Los visitantes ganaban en moral y veían posible ganar en Nueva Zelanda, algo que nadie hace desde el 2009. Se llegó al descanso con una anotación más: Barrett estiró la ventaja tres puntos tras un error defensivo visitante que costó un golpe de castigo absurdo. No acusó la baja de Carter el equipo local, ya que Barrett hizo un magnífico partido en el eje All Black.
La segunda parte, desgraciadamente, no fue como la primera. Al minuto de juego, Bismarck du Plessis fue al choque con el codo por delante, poniendo en peligro la integridad física del jugador local. El árbitro francés no lo dudó: segundo sin bin para el jugador de los Sharks y su correspondiente roja. El partido quedó roto. A raíz de ese momento, Nueva Zelanda fue a hacer sangre para sacar el punto bonus ofensivo e igualar el punto bonus que tenía Sudáfrica durante el torneo, importante por si pierden en Sudáfrica. Dos ensayos más de Kieran Read (que pudo anotar un hat-trick, pero se dejó el balón atrás) y Sam Cane destrozaron a los visitantes y dejaron la victoria en casa, conquistando el liderato. Sudáfrica, que sufrió mucho en la segunda parte, sólo pudo minimizar daños y lograr otra anotación por medio Pat Lambie. Poco bagaje para un equipo tan anotador en el torneo como el sudafricano. De hecho, los Springboks basaron su fortaleza anotadora en la pierna de Steyn durante el torneo y hoy no pudieron provocar faltas en campo contrario para que su apertura titular sacase su pierna a pasear mirando a palos. Si ambos equipos siguen con esta distancia en la jornada 6, salvando con victoria la quinta jornada, nos espera una bonita batalla para cerrar el torneo con un Sudáfrica-Nueva Zelanda que promete ser el partido del año.
Se cerró la cuarta jornada del Rugby Championship 2013 con el partido de las urgencias, la que tiene Australia de ganar, tras una racha negativa de cinco derrotas (sumando las tres primeras jornadas del Rugby Championship con dos derrotas sufridas frente a los Lions) y la urgencia de Argentina de vencer por primera vez un partido en este torneo, en el que ingresó la temporada pasada. No pudo ser, Argentina perdió por un solo punto en Perth, 14-13. A punto de hacer historia.
El partido fue malo para el espectador neutral, el ambiente local era frío con poca gente en el estadio y eso contagió a los jugadores. Australia viene de la mismísima unidad de cuidados intensivos y Argentina, que venía subiendo el nivel de juego tras una primera jornada donde se dejó ir, no mostró continuidad en esa línea de juego. Argentina sólo mantuvo la cara en las melés, y fue superado por completo en el primer tiempo por una primera línea defensiva de Australia que los Pumas nunca pudieron superar. El eterno problema de Argentina apareció una vez más: no eran capaces de ganar touche a favor, asignatura pendiente para ellos. Es difícil competir sin ganar lines. Un intercambio de golpes era lo que reflejaba el marcador, 6-3 para los aussies. En el minuto 27, el partido pareció romperse tras penetrar en la zaga sudamericana la nueva sensación australiana. Folau, el fullback local, anotaba el tercer ensayo para Australia en cuatro partidos. Poco bagaje para un equipo al que se le presupone élite mundial. De los tres ensayos de Australia en el torneo, dos son del propio Folau. Christian Lealiifano cerró la primera parte con un golpe de castigo para estirar más la ventaja; remediaba el fallo en la transformación del ensayo de Folau. 14-3 al descanso.
La segunda parte fue también de poco nivel, aunque ganó en emoción al final del partido. Australia ni siquiera anotó, con cambios eternos en el eje del equipo, parece difícil que puedan engrasar la maquinaría en un espacio corto de tiempo. Argentina seguía siendo inferior y eso que, como decimos, Australia no mostraba gran nivel. Simplemente dominaba a Argentina en campo contrario. En una de las pocas veces que Argentina pisó campo australiano, Nico Sánchez acercó la desventaja a sólo 8 puntos. Pese al mal juego, el partido no estaba lejos. Seguidamente, el ‘8’ de Argentina, Juan Manuel Leguizamón, anotó el primer y único ensayo de Argentina en el partido tras insistir con diez fases. Después transformó por Nico Sánchez. De la nada, Argentina se veía tocando la gloria: 14-13 quedando trece minutos para el final. Desgraciadamente, nunca pudieron superar la presión y llegar a campo local; el resto de partido se jugó en territorio argentino. Argentina, ofuscada y quizás nerviosa por tener la ocasión de ganar, no supo qué hacer. Incluso concedió un par de golpes de castigo infantiles, permitiendo a Christian Lealiifano sellar el partido. De manera sorprendente, Australia estaba empeñaba en mantener vivo el encuentro; un pateador tan fiable como el de los Brumbies falló ambos golpes. Raro, aunque seguramente influyó la lluvia y el viento de Perth, causa principal para no ver continuadas transmisiones y dejarnos con un partido feo en cuanto a lo técnico. Sin oportunidad real de buscar un golpe, ensayar o un drop, Argentina fue derrotada por la mínima. Los Pumas, cada vez más cerca. Australia salva los muebles.
* Andrés Marchante.
– Fotos: PA – Olé
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