"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Los All Blacks han dado un paso de gigante para ganar el Rugby Championship 2012 (viejo 3 Naciones). Hoy, han ganado con lo justo a una Sudáfrica que jugó mejor pero que perdonó demasiado, sobre todo en los tiros a palos, con un balance de 2/9. Indigno registro para una selección de su nivel. De nuevo con Dan Carter de baja, esta vez más que lesionado, reservado, el papel de dirigir a Nueva Zelanda recaía otra vez en Aaron Cruden, que hizo un partido práctico, sin demasiados destellos. Nueva Zelanda no jugó tan bien como nos tiene acostumbrados, y le salvó su enorme pegada. Su momento en el cual deciden que van a por el partido y literalmente te pasan por encima. Sudáfrica hizo muchas cosas bien, aunque también varias mal, como por ejemplo muchos pases al hueco donde quedaba clara la no comunicación entre jugadores. La mayoría de veces sus alas no buscaban por falta de entendimiento ese oval al hueco. Eso sí, durante la 1ª parte estuvo casi todo el tiempo en campo contrario ahogando a los oceánicos, que estaban incómodos en el campo. Pero ese juego que había planteado Meyer no se transformaba en puntos en el marcador. Sudáfrica perdonó, ya sea en tiros a palos, como hemos dicho antes, o en transmisiones en carrera. Dos o tres situaciones claras cuando se olía el ensayo se fueron al garete por pases sin mirar, pérdidas absurdas que minaron las opciones de conquista sudafricana.
El partido lo abrió la propia Sudáfrica con un golpe de castigo de Morné Steyn, que desconocía el mal partido que haría tras anotar y poner por delante a su equipo. Sin embargo, cuando pinchas a Nueva Zelanda suele reaccionar, no les gusta verse por debajo en el marcador y al minuto siguiente Israel Dagg conseguía un bonito ensayo que ponía a Nueva Zelanda por delante. Poco se habla del ex zaguero de los Highlanders, ahora en los Crusaders. Con la constelación de estrellas que tiene el mejor equipo del mundo de rugby, Israel Dagg es uno que, sin nunca ser el mejor, mantiene una linea de rendimiento muy alta. Sin duda, uno de los mejores All Blacks en todo el torneo.
Cruden no facturó la conversión y el marcador quedaba 5-3 para los oceánicos. Sudáfrica siguió igual: juego basado en el pack de sus fordwards. Y parando bastante bien el juego a la carrera de Nueva Zelanda llegaron al borde del descanso con el objetivo de estar en el partido. Incluso, sobre la hora tuvieron un nuevo golpe de castigo que desaprovecharon. En todos los deportes, si perdonas, pagas. Sudáfrica se disparó varias veces al pie, dando botellas de oxígeno a Nueva Zelanda cada vez que fallaba un golpe de castigo.
Pese a todo, Sudáfrica estaba a golpe de ensayo para colocarse por delante y por fin lo volvió a conseguir. Un ausente Bryan Habana se sacó de la chistera una genial jugada que convirtió en ensayo. El ala de Johannesburgo aparecía y de qué manera en el partido. Era el comienzo de la segunda parte y, como en la primera, Sudáfrica estaba por delante. Sin embargo, Hansen ya había acertado con el cambio: un errático Piri Weepu (3 errores claros le condenaron al banquillo) dejaba su sitio al castigado Aaron Smith. Parece matemático: le buscas las cosquillas a Nueva Zelanda y reaccionan. Cruden no dejó que la gente se pusiera demasiado nerviosa y pronto empató el partido con otro golpe de castigo. Nos quedaba una segunda parte practicamente entera por delante, y las expectativas de ver un partidazo aumentaban.
Poco después, el recién ingresado en la cancha Aaron Smith volvía a poner por delante a los oceánicos. El jóven jugador de los Highlanders revindicaba su puesto como titular. Cruden alargaba un poco más la ventaja con su conversión. Entonces, llegó la jugada que mutiló por completo a los Springboks. Tras una carga ofensiva sudafricana por evitar perder el partido, todo marchaba bien en esa jugada ofensiva hasta que a Dean Greyling se le cruzaron los cables y le propinó un codazo a Richie McCaw. SinBin para Greyling que sepultó las opciones de remontada Springbok ya que fue amonestado en el 63′, los africanos le recuperarían en el 73′ y esa es una fase del partido donde Nueva Zelanda con ventaja te suele masacrar.
Solo un amago de meterse de nuevo en el partido a cabo de Goosen, que por aquel entonces ya había reemplazado al mal afortunado Steyn en el arte del golpe de castigo. Anotó en su segundo intento y acercó a los africanos a menos de un ensayo de estar por delante, pero la misión era imposible. Nueva Zelanda mató el partido con otros dos golpes de castigo de Cruden que alargó la distancia al 21-11 definitivo. Como pasó con Argentina, quizás demasiada ventaja de Nueva Zelanda en el marcador que no representa lo visto en el campo. Seguro que Meyer y los suyos todavía claman al cielo por las opciones perdidas. Tuvieron en la mano, o mejor dicho en el pie, la posibilidad de ganar en Nueva Zelanda.
En el otro encuentro, disputado en Gold Coast, Australia ha conseguido remontar a Argentina –que llegó a dominar 13-19– para vencer 23-19.
* Andrés Marchante. En Twitter: @AndresMarchante
– Fotos: Planet Rugby
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