Ni Cruyff ni Pep

por MARTI PERARNAU el 4 mayo, 2013 • 11:04

El mejor fichaje es tener las ideas claras y saber el rumbo al que te diriges. Sucedió hace 25 años exactamente, tal día como hoy. El presidente Núñez había dado más bandazos que una veleta en la designación de entrenadores, al emplear a nueve en diez años, sin otro nexo de unión futbolística entre ellos que la precariedad.: Lucien Müller, Quimet Rifé, Helenio Herrera, Udo Lattek, José Luis Romero, César Luis Menotti, Terry Venables, Luis Aragonés y Carles Rexach. Y decenas de fichajes. Arrinconado contra su propia veleidad, Núñez se agarró a un clavo ardiendo llamado Johan Cruyff. Y Cruyff cambió el club.

Cruyff cometió muchos errores, por supuesto, pero le dio la vuelta a un club pesimista, conformado con el victimismo latente y sin orientación clara en el juego de sus equipos. Antes que él había habido grandes entrenadores: Fernando Daucik, Helenio Herrera, Rinus Michels… Y la impagable labor de Laureano Ruiz en la cantera. Todos ellos, y muchos otros, aportaron competitividad, triunfos y riqueza técnica y táctica. Cruyff subió un peldaño más porque intervino en la esencia emocional del club. Dijo basta a la mediocridad anímica imperante y propuso bastante más que un modelo de juego brillante y atrevido, así como unificado en todas las categorías inferiores: propuso jugar a ganarlo todo. Perdió mucho, sin duda, se equivocó, fichó mal, eligió erróneamente. Como toda persona, tuvo su vertiente negativa. Pero la positiva resultó apabullante: no solo venció, sino que convenció. Cambió el rumbo del club. Señaló dónde estaba el norte. Dos grandes entrenadores, Van Gaal y Rijkaard, completaron el rumbo: uno aportando riqueza e innovación; el otro, paciencia e ilusión.

Pep tomó ese mismo rumbo norte con una energía inhumana hasta levantar a equipo y club a un nivel inaudito. Hoy, 25 años después, el club no quiere saber nada de Cruyff y tiene a Pep demasiado lejos. A quien cambió el club y a quien lo elevó a su mayor altura. Quizás el presidente tiene un problema que no comprende.