"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
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Neymar es el rival de Leo Messi y Cristiano Ronaldo, el único que cumple los tres requisitos indispensables para ser valorado como tal: Es muy joven; influye en cada metro y cada rival durante los 90 minutos; y amenaza seriamente con instalarse en los 50 goles por temporada. A lo sumo, como Leo ha habido 5; y como Cristiano, 15. Claro que es difícil alcanzarlos, pero huir de la comparativa con los monstruos, en este caso, es un mero síntoma de cobardía. Neymar tiene el talento.
FICHA TÉCNICA
PERFIL FUTBOLÍSTICO
Neymar concibe, diseña y ejecuta jugadas únicas, que no han existido y que no se pueden imitar. El secreto es un repertorio físico y técnico sin paragón y un conocimiento perfecto de sus propias posibilidades. El brasileño es extremadamente rápido en su desplazamiento, y más aún en su giro -sobre cualquiera de los dos ejes- y su gesto. La velocidad marca su juego hasta un punto que condenaría a cualquiera -cualquiera- bien a la constante imprecisión o bien a infrautilizar su ritmo, pero su calidad técnica le permite controlar en buena medida ese frenetismo. En buena medida, que no totalmente. De ahí que a menudo se le puedan ver gestos desatinados, especialmente en controles y pases de distancia corta. La pelota no hace siempre lo que él quiere.
Una de las mayores preocupaciones que surgen sobre el futbolista es acerca de su resistencia a los golpes. Los hechos dicen que juega en el continente más permisivo con el juego duro y que se lesiona poco o nada. El análisis explica que no es algo azaroso, sino consecuente con sus virtudes. La agilidad y la flexibilidad de este chico son, literalmente, inhumanas. Sus extremidades dibujan ángulos más propios de especies cercanas pero diferentes a la nuestra, como ocurre con el madridista Marcelo, solo que con Neymar va todo más rápido. A ese regalo genético añade una técnica excelsa para protegerse de las cargas y las patadas. El uso de su propio cuerpo es fantástico. Neymar vuela en cada contacto, cae al suelo como se debe y se levanta sin problemas. Cuando tarda más de la cuenta se debe a acciones que, en Europa, conllevan una tarjeta roja para el rival. Ni más ni menos.
La posición ideal de este delantero es no tener posición. Se crece a medida que aumenta su zona a administrar, tanto a lo ancho como a lo largo, si bien su perfil favorito es el izquierdo, para encarar el marco con el interior de su pie derecho orientado hacia la definición.
En cuanto a movimientos, su preferencia actual es acudir más al apoyo que a la ruptura. Cada día está más relacionado con la base de la jugada del Santos, hasta el punto de que su conexión con Ganso disminuye a cada partido porque ya no precisa de ese enganche, y retrasarse hasta la divisoria ha frenado su relación con la línea del fuera de juego. Él quiere iniciar, dirigir y definir. Quizá su destino sea renunciar a este lujo del que sólo Leo Messi disfruta, pero cuando le toque va a sufrir, porque ya probó la miel y vio que no contiene veneno.
Su evolución posicional, unida a su clara tendencia al riesgo, ha dibujado una silueta un tanto dudosa sobre él en el sentido de que no es serio que un futbolista tan retrasado “se la juegue” tanto. Tampoco es a priori serio que un tipo chupe tanto como Messi o chute tanto como Ronaldo, y pasa a serlo cuando asumimos su grandeza. En cualquier caso, sí es verdad que lo de Neymar tiene una vuelta. Digamos que su velocidad de ejecución y alegría no pueden ser coartadas. Si Messi es la precisión y Ronaldo la insistencia, Neymar es la magia, y eso hay que respetarlo, pagando el precio de un número fallos por partido elevado. Pero en su crecimiento debe aprender a localizar esas pérdidas de balón. O sea, el dónde importará mucho más que el cuánto.
En fútbol, el tamaño de la cartera y el poder adquisitivo no guardan una relación exacta. De ahí que, en principio, el destino natural de Neymar vaya a ser uno de los dos gigantes españoles. En cada uno de ellos encontraría una serie de pros y de contras.
Barcelona sería un paraíso a nivel socio-cultural, que es lo más importante para un futbolista de este perfil, a años luz de cualquier otra consideración. El Barça se ha confirmado, con permiso del Manchester United, como el principal generador de estrellas del fútbol europeo; y el Camp Nou guarda una relación especial e íntima con los brasileños más talentosos de las dos últimas décadas. Se le protegería como en ningún otro lugar. A nivel futbolístico, eso sí, surge alguna duda relativa. En primer lugar, habrá que ver hacia qué evoluciona el equipo a partir del próximo mes de agosto. Suponiendo que la continuidad táctica sea total -lo cual ya es mucho suponer-, el marco ideal para Neymar no sería. En principio se le destinaría a un costado, un espacio al que Guardiola ha pedido durante tres años, sobre todo, obediencia táctica. Primero para fijar y romper hacia portería; y luego para fijar, sostener y pasar hacia atrás. A Neymar, uno no lo ficha para eso. ¿Doble falso 9 con Messi? Nada es imposible. Y nada suena mejor que eso.
Madrid siempre es un destino mucho más delicado e inseguro para un joven crack, aunque Mourinho lo haya disimulado con Benzema, Özil y Di María. En el caso de Neymar, operación carísima entre otros muchos factores extradeportivos, todo sería aún más complicado por ahí. Esto es importante. Más allá, en lo referente al fútbol, sus virtudes y su estilo son simplemente perfectas para ocupar junto a Ronaldo y Özil, o Di María, la línea anterior a Benzema. Saldría favorecido por el mayor número de permutas, por la manga ancha a la hora de arriesgar y por el desatado velocímetro que luce el Bernabéu. Además, con Guardiola descansando y Ferguson fuera de forma, entre Mourinho y el siguiente hay un mundo de diferencia como tutor de Neymar.
En cualquier caso, lo deportivo es mucho más que secundario para él. Neymar es demasiado bueno, no encontraría vicisitudes insalvables y acabaría adaptándose a cualquier cosa hasta convertirse en uno de los mejores. O sea, que más allá de que el Madrid le vaya un poco mejor, en Barcelona, lo normal, es que terminase convirtiéndose en una de las mayores leyendas de la historia del club.
* Abel Rojas. En Twitter: @ecosdelbalon En la web: ecosdelbalon.com
– Fotos: Yasuyoshi Chiba (AFP)
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