Las dos roturas de ligamentos cruzados en apenas 365 días no han impedido que Nerea Pena (Pamplona, 1989) siga soñando con el balonmano. Tras la plata majestuosa en Budapest, su segunda casa, solo ve el futuro con optimismo y con la obsesión de estar en año y medio en Río de Janeiro. Quiere esos JJ. OO. porque la rodilla le privó de estar en Londres. Siente rabia por cómo está el balonmano español y mucho dolor al tener que dejar el equipo de su tierra, el Itxako, que desapareció por los graves problemas económicos debiendo grandes cantidades de dinero a sus jugadoras. En Hungría vive de su pasión y crece en un juego más físico y directo que poco tiene ver con el español. Nereitxu, como la conocen sus compañeras, es una guerrera más que tras sufrir dos graves lesiones se ha recuperado con mucho sacrifico, trabajo y constancia para que en España hablen cada vez más y mejor del balonmano y el deporte femenino.
Pregunta.- Han pasado ya unas semanas del éxito en el Campeonato de Europa. ¿Cómo se saborea esa plata?
Respuesta.- Ahora ya con mejor sabor de boca. En el momento te quedas con la derrota, pero a la larga nos estamos dando cuenta de que hemos obtenido un éxito total y que esta plata es muy importante de cara al futuro y los JJ. OO. de Río. Estoy muy contenta y disfrutando a tope de la plata y lo que conlleva.
P.- ¿Esta medalla de plata te refuerza más personalmente?
R.- Está claro. Y además en un campeonato tan importante que supone tanto a nivel deportivo y de cara al futuro. Una plata sabe muy bien y más cuando te da algo tan bueno como ha sido esta. No se puede pedir más.
P.- Y más para ti que has sufrido mucho con dos roturas de los ligamentos cruzados de la rodilla derecha en un año.
R.- Después de las lesiones que tuve estos años, he podido estar de primeras en este campeonato y conseguir un éxito como este para mí tiene un sabor muy bueno.
P.- ¿Qué pensaste cuando te rompiste al año por segunda vez los ligamentos cruzados?
R.- Mucha gente me habla sobre la rodilla, pero no me gusta volver a este tema porque lo pasé muy mal. Fue una etapa muy dura. Todos los que hemos sufrido esas lesiones sabemos lo mal que lo pasamos, y estoy muy contenta de haberlas superado. Desde el primer momento pensé en recuperarme lo mejor posible.
P.- ¿Qué te llevó a coger las maletas hasta Hungría hace tres años?
R.- El motivo fundamental fue por la crisis de España, que tanto ha afectado al deporte. El Itxako aún nos debe mucho dinero, y me tenía que ir. Yo llegué a Hungría lesionada. Decidí coger la maleta y marcharme. Llegué a Hungría y la mejor oferta deportiva que recibí fue la de Ferencvárosi Rail Cargo, un equipo que jugaba Champions y me aportaría mucho a nivel deportivo para seguir creciendo.
P.- ¿Se siente rabia de que los grandes talentos tengan que marcharse para ser profesionales porque aquí no tienen oportunidades?
R.- Por supuesto. Es triste que te veas forzada y no sea tu decisión. Son marchas obligadas porque no te queda otra que salir si quieres seguir con el balonman. Yo me sentí obligada, ahora estoy muy contenta aquí, pero en aquel momento no, la situación me obligó a venirme hasta Budapest. Es triste porque allí no puedes estar, o estar en condiciones muy precarias, y el nivel de la liga ha bajado mucho.
P.- Tanto a nivel masculino como femenino solo el Barça es el que mantiene un poder económico y deportivo para competir a nivel europeo. ¿Qué cosas se han hecho mal en el balonmano español?
R.- Más que culpa del balonmano, es de cómo está el país. Y en el deporte vivimos mucho de patrocinios y ayudas que ahora no hay. Es una situación que es derivada de otras. Sí es cierto que en algunos casos ha habido malas gestiones y un mal planteamiento de inicio. Aparte de la crisis que hemos sufrido a nivel estatal, muchos directivos han actuado muy mal gestionando los proyectos deportivos. Por ejemplo, el Itxako no es que solo haya desaparecido, sino que ya no tiene ni el balonmano base.
P.- En tu caso fue una marcha más especial porque jugabas en casa, estabas en un equipo de gran nivel como Itxako y era el equipo de tu tierra.
R.- Mi situación allí era perfecta. Vivía cerca de casa, tenía mi vida independiente, mis amigas estaban allí… Al final no lo valoré hasta que me vine aquí, porque siempre quería un cambio pero si ahora tuviera la opción de volver no me lo pensaba.
P.- ¿Es España un país machista con el deporte femenino?
R.- No sabría decirte si machista. Las chicas están siendo ahora muy reconocidas porque se lo merecen. Este año está claro que el deporte femenino ha dado un salto muy grande, muy por encima del masculino. Durante muchos años, los chicos se han merecido estos elogios porque han conseguido muchos éxitos. No me gustan las comparaciones. Todo el mundo se merece el mismo mérito cuando hace muy bien las cosas, y se debería reconocer de la misma manera, pero es cierto que no hay la misma expectación en un partido masculino que uno femenino. No se puede hacer con el fútbol, porque el fútbol vende y llena estadios. Hasta cualquier equipo pequeño de una ciudad tiene más seguidores. Cada uno recibe lo que tiene. A nivel personal y de mi deporte, nuestra repercusión ha sido excelente y no podemos quejarnos. Ojalá pudiese estar más a la orden del día y los medios de comunicación nos sigan ayudando.
P.- A pesar de las pocas ayudas estatales que recibe el deporte femenino, 2014 ha sido un año fantástico.
R.- En muchísimos deportes las chicas han dado un claro golpe en la mesa porque el éxito ha sido rotundo. Y ojalá sea así muchos años, pero en todo el deporte español para llegar a los JJ. OO. al máximo nivel.
P.- La mayoría está fuera, pero en la selección ha juntado un gran grupo con dos bronces (mundial y JJ. OO.) y la reciente plata europea. ¿Cómo se combaten todos estos problemas que tenéis?
R.- Londres estaba más reciente porque estábamos todas las jugadoras en España. Ahora, los últimos dos campeonatos en Serbia fueron bastantes malos. No sé si atribuirlo a que estábamos fuera, muchos cambios de juego, pero sí que es cierto que en este último Campeonato de Europa nosotras mismas estábamos sorprendidas por el nivel que mostrábamos. Desde el primer minuto estábamos muy concentradas, metidas en los partidos. Ahora muchas estamos en ligas diferentes, el juego en cada país es un mundo y no nos vemos las caras en mucho tiempo. Entonces, volver a adaptarte a muchas situaciones del juego, juntarte y en una semana hacer maravillas es imposible, pero al final muchas tenemos un juego parecido, lo intentamos unir y en este último campeonato nos ha salido redondo.
P.- ¿Qué diferencias hay entre el balonmano español y el húngaro a nivel de juego?
R.- Dos mundos completamente diferentes. Partimos de la base de que su juego y estructura física es muy diferente. Aquí son jugadoras más grandes, más fuertes, más potentes, y en España somos más técnicas, con un juego más pausado e inteligente, nos movemos mucho más sin balón, con posesiones más largas. Aquí desde 14 metros saltan y lanzan, y eso en España no es que no nos guste hacerlo, es que no podemos porque nuestras características físicas son otras. Cada uno se adapta a lo que tiene: aquí les enseñan desde pequeñas a tener un lanzamiento muy potente y unos recursos físicos muy grandes. Nosotros, como tenemos esas carencias, nos enseñan a jugar más con los espacios y con más movilidad de balón.
P.- ¿Y cómo está siendo tu adaptación a este balonmano, donde cumples tu tercera temporada?
R.- He aprendido mucho estando aquí. A mí me viene muy bien su juego y a ellas le viene muy bien el mío. Es una adaptación: aquí lanzo mucho más que antes y he aprendido a jugar un balonmano diferente. Al principio me costó mucho y ahora estoy jugando de central, cuando lo había hecho muy poco.
P.- Tu equipo, el Ferencvárosi, va segundo a solo un punto de su gran rival, el Gyor, donde juega una compañera tuya de selección, Macarena Aguilar. ¿Ya os habéis citado?
R.- El 21 de enero jugamos contra ellas y es el gran momento para ganarles, porque ahora están más flojas, con muchas lesiones, y nosotras estamos en ese momento de darles caña y asustarles. Estamos con muchas ganas; aquí la liga es muy competitiva, con cuatro o cinco equipos muy fuertes. Jugar contra el Gyor es un buen momento para saber dónde estás y valorar qué opciones habrá en el futuro.
P.- ¿El objetivo es la liga?
R.- Sí, porque te clasifica para la Champions del año que viene. En estos momentos es liga y Europa, tratando de llegar a los últimos meses de competición con opciones en todos los títulos.
P.- Y a nivel de recursos, ¿por qué el balonmano de Hungría está fuerte económicamente y aquí ha caído por completo?
R.- La cultura de balonmano es mucho mayor aquí que en España. Siempre ha habido equipos compitiendo por lo máximo y logrando títulos muy importantes, y al ser un país más pequeño hay más cultura del deporte. El nivel económico es más bajo que en España, y el deporte es una manera de salir de esa rutina. Aquí la gente se apoya mucho en un equipo y va a muerte. Todas las familias juntas van a ver el balonmano. Es un tema cultural.
P.- ¿Es una unión que falta en España?
R.- No es que en España falte. Por ejemplo el fútbol la tiene. Es una cosa cultural. Ir al campo y ver el fútbol con tu hijo y cambiar ese tipo de cultura es muy difícil.
P.- ¿Cómo es tu vida en Budapest? ¿Solo juegas o también trabajas?
R.- Afortunadamente, solo me dedico al balonmano. Somos profesionales de nuestro deporte y me da para vivir de ello. Soy graduada en magisterio de Educación Física y ahora estoy haciendo un posgrado de Farmacología, Nutrición y Suplementación en el deporte por la Universidad de Barcelona, e intento seguir formándome. Lo bueno que tenemos las deportistas en nuestras vidas es que tenemos mucho tiempo, e intento aprovecharlo en estudiar, viajar, aprender idiomas y este tipo de cosas que ahora me interesan.
P.- Creo que hay un objetivo que tienes muy claro: los JJ. OO. de Río. ¿Por qué esta obsesión?
R.- Por lo que me pasó en los anteriores. Creo que todo el mundo quiere estar en unos JJ. OO., y la forma en que me quedé fuera en Londres se me ha quedado clavada. Fue muy duro aquel momento, más que la lesión. Estar en casa, ver que las cosas se estaban haciendo muy bien. Me alegré muchísimo por ellas, pero lo estaba pasando fatal en casa. Mi objetivo es ir. Primero porque mi sueño siempre han sido unos JJ. OO. y segundo por lo que me pasó. Aún tengo más ganas.
P.- Hubiese sido un exitazo si ya hubiéseis conseguido clasificaros directas para los JJ. OO. con el oro europeo.
R.- Si lo hubiésemos logrado, me corro una fiesta en Budapest que no vuelvo en diez meses (ríe).
P.- Estáis dando pasos para estar en Río.
R.- Esto ha sido un gran paso aunque no tengamos el oro, porque ya nos hemos asegurado el preolímpico, y si ganáramos el mundial iríamos directas. Y si lo logra Noruega, también.
P.- ¿Cuál es el futuro después de Hungría? ¿Volver a España? ¿Seguir dentro del mundo del balonmano?
R.- Buena pregunta. No lo sé. Si todo va bien, volveré a España, pero siempre he sido una mujer de mundo. Cuando deje el balonmano quiero dedicarme un año a viajar, dar la vuelta al mundo y no preocuparme por nada. Me gustaría viajar, que ahora me apetece, pero no puedo.
P.- Para ir acabando, ¿si te clasificas para los JJ. OO. prometes una carrera con los sanfermines?
R.- ¿Delante de los toros? ¿Es una broma? (ríe). Solo faltaba eso, soy de esas que se tropiezan, se caen y me pasa algo. No estoy tan loca para eso. Podría prometer muchas cosas, pero esa no.
P.- Fuiste una de las jugadoras más destacadas del Campeonato de Europa, sobre todo en la final. Se recuerda el gol de finta desde los siete metros que metiste. ¿Te sorprendió tanto protagonismo?
R.- Tanta participación fue porque Macarena estaba lesionada. Su baja durante muchos tramos del campeonato hizo que tuviera que adaptarme a una posición que no es la mía. Pero más que sorprendida, ha sido muy gratificante jugar a un nivel tan alto y que me haya sentido tan bien. Me ha costado mucho volver a este nivel y demostrar que puedo llegar al máximo. Esto ha sido consecuencia de mucho trabajo, llevo mucho tiempo sacrificándome, superando graves lesiones, cuidando continuamente mi rodilla, y con todo lo que me ha costado volver a este nivel, todo esto me hace sentir muy orgullosa.
P.- La última pregunta: ¿sois tan guerreras como dicen?
R.- (ríe) Sí. Me preguntaban mucho por este nombre que nos han puesto, no hemos sido nosotras. Pero nos viene como anillo al dedo: somos un equipo que a pesar de todas las carencias que tenemos, comparadas con otros equipos, somos capaces de explotar nuestras virtudes y cualidades para llegar tan alto como en este último campeonato.
* Fran Moreno es periodista.
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