El partido estuvo igualado hasta que Navarro apareció y lo rompió. En un duelo durísimo, muy físico, el jugador más liviano fue el factor diferencial entre los dos equipos. Unos minutos celestiales entre el final del tercer cuarto y el inicio del último permitieron al Barça irse en el marcador, sin encontrar respuesta en el Caja Laboral, que perdió ante su público en la semifinal de Copa del Rey por 69-80.
El Caja Laboral salió con la clara intención de castigar los hombres altos del Barça a través del ataque abierto. Los pívots de Tabak están todos capacitados para tirar y bajar la pelota al parquet y para entrar en carrera desde el perímetro. Eso hicieron desde el primer minuto, sin hombres en la zona y abusando del tiro exterior.
En los primeros compases del encuentro consiguieron la primera gran ventaja del partido, 9 puntos (17-8), ya que se aprovecharon de la falta de intensidad con la que salió el Barça a pista. Tras un tiempo muerto de Pascual, el partido se equilibró gracias a la dirección de Huertas y al acierto desde la línea de 3 puntos de Oleson.
Así siguió el partido hasta el descanso. Siempre con el Caja Laboral imponiendo su ritmo, con una gran dureza en defensa que consiguió secar a los tres grandes pilares del Barça (Lorbek, Pete y Navarro). Especialmente buena fue la defensa de Nocioni a Pete, que le impidió tirar durante los primeros 20 minutos al que fue el mejor jugador culé contra el Madrid.
No lo consiguió en los siguientes 20′, a pesar de intentarlo y de anotar un triple. Pero esta vez sí el Barça había entrado en la dinámica de la semifinal. Desde el inicio de la reanudación había igualado el nivel físico del Caja Laboral. Solo la fortaleza en el rebote ofensivo de los locales les permitía seguir teniendo la iniciativa en el marcador, que no en el juego.
El juego en el poste alto de Tomic hizo mucho daño al Caja Laboral, ya que permitía que el Barça anotase con facilidad a pesar del lastre de las pérdidas de balón. O anotaba Tomic o encontraba un pase a un compañero en buena posición. Todo estuvo muy igualado hasta que la inspiración de Navarro rompió el encuentro. No fueron solo lanzamientos increíbles, sino una buena lectura del juego que facilitaba el trabajo de sus compañeros.
El inicio del último cuarto el Barça fue una apisonadora. Un parcial de 0-14 en 4 minutos y medio rompió el partido. La defensa de Rabaseda, la dirección de juego de Huertas y la presencia silenciosa de Lorbek fueron los acompañantes del estilete Navarro. Una vez más, el capitán culé realizó una de esas actuaciones por las que se ha ganado el derecho a ser considerado el mejor jugador de la historia del Barça.
– En la otra semifinal disputada el sábado, el Valencia derrotó al Gran Canaria por 83-72, con lo que la final de la Copa del Rey la disputarán Barça Regal y Valencia Basket.
* Daniel Arias.
– Fotos: ACB Media
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