Nacho Umbert (Barcelona, 1971) volvió a la escena musical en el 2010 tras 14 años de ausencia. De la mano de La Compañía ha editado dos discos: su debut, Ay..., y el de la confirmación, No os creáis ni la mitad. Actualmente prepara un tercero que verá la luz el año próximo. Se titulará Familia. Futbolero y culé confeso, su buen momento musical se combina con el del equipo de sus amores, que a pesar de lo ganado, le sigue haciendo sufrir.
Pregunta.- ¿Hubo un Nacho Umbert futbolista antes del cantante?
Respuesta.- Hacía mis pinitos. Era delantero. En la escuela, cuando los capitanes tenían que escoger, era de los primeros al que elegían. Con los años comencé a jugar en varias ligas amateurs. Jugué a fútbol hasta hace poco, pero llega un momento en el que te cansas de recibir. Llegas a casa hecho un cromo y pierdes las ganas. Además yo era de los que jugaba con intensidad y sin haber polémica, tenía algún encontronazo. También practiqué tenis y era bueno. Entrenaba en un club pero terminé dejándolo. Ni lo veo por la tele. Me aburre.
P.- ¿Cuáles fueron sus primeros recuerdos del mundo futbolístico?
R.- Siempre he sido del Barça, desde pequeñito. Toda mi familia lo era. Aunque los primeros partidos que me vienen a la memoria eran del Ajax de Cruyff, la Holanda de los Mundiales, etc.
Pero he de reconocer que mi primer equipo favorito fue la selección brasileña. Mi padre había ido a trabajar allí y yo fui a visitarle. Tenía muchos posters de Zico y también su camiseta del Flamengo. Recuerdo que la primera vez que lloré desconsoladamente fue en la derrota de Brasil contra Italia en el Mundial de España. El partido fue en Sarriá y no lo vi in situ a causa de una mala elección: hubo una reunión familiar y tuvimos que decidir si gastar el dinero en entradas para el Mundial o en un vídeo para poder grabar los partidos. Elegimos la segunda opción. Al final no sé qué fue mejor.
P.- ¿Iba al Camp Nou?
R.- En el año 1993 unos amigos tenían un palco justo encima de la segunda gradería y no nos perdíamos ni un partido Mis mejores recuerdos fueron con el Barça de Romario y luego el de Ronaldo. Aquellos goles de Ronaldo al Valencia o la cola de vaca de Romario a Alkorta. Inolvidable. Fueron años de disfrutar mucho. Yo siempre digo que mejor que tener un abono del Barça o un yate en el puerto es tener amigos que compartan esos lujos contigo.
P.- ¿Sigue yendo?
R.- Ahora mucho menos. Al Barça de Pep casi no lo he visto en directo.
P.- Pues se ha perdido un auténtico espectáculo.
R.- Guardiola ha sido una de las cosas más grandes que le ha sucedido al barcelonismo. La adoración que toda Cataluña sentía por él hubiera hecho que le hubiéramos votado en cualquier ámbito al que se hubiera presentado. Llegó en una época muy difícil y no le tembló el pulso a la hora de despedir a Ronaldinho o Deco, por ejemplo. Todo lo demás es historia. Lo que menos me ha gustado de él ha sido ese aire de falsa modestia, ese lado oscuro del éxito.
P.- ¿Un culé verdadero es aquél que no termina de creerse su grandeza?
R.- He de reconocer que tengo ese espíritu pesimista que tanto caracteriza a los culés. A diferencia de mi padre, que es de esos que siempre dice: “Avui guanyarem!”(¡Hoy ganaremos!) yo no soy tan naíf, ni pienso que se van a ganar todos los partidos. Mis amigos dicen que soy un cenizo, pero es la realidad.
P.- ¿También fue de los que pensó que se acababa un ciclo tras las derrotas ante el Madrid?
R.- Si juegas contra el Real Madrid, pues hay posibilidades de perder, claro. Además, la baja de Tito influyó bastante. Por mucho que se diga que son jugadores tan buenos que no necesitan entrenador, eso no es así. Tiene que haber una cabeza visible que controle el vestuario, que gestione tanto ego junto y que tenga el liderazgo necesario para que los jugadores crean en él. Por supuesto que hay jugadores para continuar con el ciclo.
P.- Alexis, por ejemplo, ha dicho que es un superjugador.
R.- A Alexis en mi circulo de amigos le llamamos La Toia (alguien que no vale). Al principio me desesperaba pero ahora me fijo más en lo que los entendidos comentan sobre como arrastra a la defensa y se mueve sin balón. El problema es que nos lo vendieron como un crack y la afición se esperaba otra cosa. Nos decían que regateaba y en dos años no se ha ido de nadie. Creo que como le pasó a Ibrahimovic, no se amolda al estilo de juego del equipo.
P.- El que habla menos es Sandro Rosell.
R.- Rosell ha conseguido que echemos de menos a Laporta. Lo último ha sido el circo de la grada de animación. Al menos Laporta tenía carisma y defendía al club a capa y espada. Me hubiera gustado que hubieran coincidido Laporta y Mourinho. Habrían saltado chispas.
P.- ¿Congenia con el modo de pensar de Mourinho?
R.- Mourinho es el adalid del Narciso. Le encanta ser el centro. Y los narcisistas son muy peligrosos. Dale un país a Mou y ojo lo que podría hacer con él.
P.- La prensa le ama y odia a partes iguales.
R.- La prensa deportiva hoy en día no se puede tomar en serio. Hay ciertos periodistas como Ramón Besa o Santi Segurola que sí que leo con atención, pero el resto es demasiado amarillo. Eso sí, creo que la prensa de Madrid, con sus defectos, es más crítica con su equipo que la de Barcelona. En los programas de televisión, igual que en los periódicos, no hay lugar al debate civilizado o argumentado. Normalmente utilizo esos programas para dormir en el sofá.
P.- ¿Alguna vez ha tenido que elegir entre fútbol y música?
R.- La final de la Champions League del 2011, entre el Barcelona y el Manchester United, coincidió con el Primavera Sound y nosotros teníamos entrada, por lo que necesitábamos verlo en un lugar cercano ya que luego tocaba PJ Harvey, que también iba a retrasar el concierto para ver el partido. Éramos como 30 amigos y alquilamos la sala de un hotel por un precio muy barato y ahí nos quedamos hasta que Abidal levantó la copa. PJ Harvey no esperó por nosotros. Claro, ella iba con el Manchester.
P.- El signo distintivo de sus canciones son las letras, que relatan escenas cotidianas, costumbristas y a veces tétricas. En sus temas han aparecido como protagonistas marineros, niños aterrorizados, muertos y degollados. ¿Para cuándo una relacionada con el fútbol?
R.- Tengo una canción para el nuevo disco que va relacionada con el fútbol. Sobre Di Stéfano y Kubala. Mi abuela y la mujer de Kubala fueron socias. Mi abuela tenía una mercería y a la mujer de Kubala le gustaba mucho la moda. Kubala le había encontrado piso a Di Stéfano en Barcelona cuando parecía que iba a fichar por el club azulgrana. Al final todos sabemos lo que pasó. El fichaje de Di Stéfano por el Madrid es una espina clavada del barcelonismo. Con él comenzó la dinastía del gran Real Madrid de las Copas de Europa. Es algo que al culé le sigue doliendo. Imagínate a Kubala y Di Stéfano en el mismo equipo. Era algo que no podían permitir.
P.- ¿Cómo se titulará?
R.- He barajado varios nombres pero creo que se titulará El sudamericano. Tiene unas líneas bastante ilustrativas: “Y el sudamericano voló a la capital, y abrió una herida en la Diagonal. Contentó al caudillo, contentó al gobierno y anuló las clases de catalán”
P.- Raül Fernández (Refree) es parte de tu Compañía. ¿A él le gusta el fútbol?
R.- Refree, al contrario de lo que pueda parecer, es muy futbolero. Incluso es socio, aunque nunca va al campo. Siempre solemos reunirnos para los partidos importantes. Hay una anécdota suya que me hace bastante gracia que data de la infausta época de Gaspart. Raül lo vio por la calle, estiró los brazos y gritó: “President!”.
P.- Si hubiera un Balón de Oro musical, ¿a quién se lo daría?
R.- A PJ Harvey, que es mujer y mucho mejor que todos nosotros. ¿Te imaginas el Balón de Oro para una mujer?
P.- ¿Es Refree el Messi particular de La Compañía? ¿Y quién sería Nacho Umbert?
R.- Disculpa, pero Messi soy yo. Refree es Tito.
P.- ¿De que equipo es el Sr. Esteve?
R.- Al hombre no le gusta el fútbol.
* Sergio Pinto es periodista.
– Fotos: Verónica Fernández-Llamazares
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