Muniesa, la joya herida

Muniesa, la joya malherida

por MARTI PERARNAU el 24 julio, 2012 • 19:24

En Marzo de 2008, la fatalidad se cierne sobre Marc Muniesa en un partido del Juvenil A del Barça contra el Murcia Deportivo. Los gritos de dolor alertan de la gravedad de la lesión: su rodilla se ha destrozado, hecha añicos por todos los costados. El chaval de Lloret, apenas 16 años, sufre la temida e impronunciable lesión tabú del fútbol: la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. Una lesión que le alejará de los campos de juego, una pésima noticia, un duro mazazo, un puñal clavado a traición en la carrera y el porvenir de uno de los mayores talentos de La Masia, el chico llamado a ser el sucesor de Carles Puyol. Y si la lesión eriza los pelos por sí misma, los médicos se ven obligados a retrasar la operación quirúrgica varios meses al estar en fase de crecimiento, lo que retrasa finalmente su reaparición hasta diez meses más tarde. Un interrogante gigantesco se abate sobre la carrera de este futbolista que dio sus primeros pasos en la Penya Barcelonista de Lloret de Mar y llegó siendo niño a La Masia para formar parte de los alevines blaugrana. Estamos, pues, ante uno de esos jóvenes talentos que han crecido, se han educado y formado en el Barça en el sentido estricto y literal del término.

Desde su llegada, los técnicos vieron en él a un jugador especial. Listo y locuaz con el balón pegado a su fina zurda, le catalogan como un defensa rápido de piernas y mente, muy atento al juego, siempre concentrado y responsable, sea en las coberturas, el achique o la contención, que dota de mucha seguridad a la defensa y la comanda con la jerarquía natural propia de los elegidos. Un diamante que quema etapas a la velocidad de la luz, saltando de equipo en equipo. En edad infantil, a jugar con los cadetes. En cadetes, con los juveniles. Y de juveniles, a la élite. Un prodigio de precocidad justificada. Líder en las selecciones inferiores, debilidad de todos los técnicos de la casa que no hablan de Muniesa, sino del “fenómeno Muniesa”.

DEBUT EN CAMP NOU, FINAL DE CHAMPIONS

Truncada su meteórica progresión por la terrible lesión, que afecta los ligamentos cruzado anterior y lateral interno y externo pero no el menisco (contra lo que se ha creído durante años), muchos temen que su carrera derive hacia caminos desoladores, pero a finales de la temporada 2008-2009 recibe una inyección de moral: vuelve para marcar el primer gol del partido en el que el Juvenil A se proclama campeón y es convocado por Guardiola para el primer equipo. Siempre atento y enfermizamente pendiente de los jugadores de la base, Guardiola le hace el mayor de los regalos: el 23 de Mayo de 2009 le permite debutar en el Camp Nou sustituyendo a Sylvinho con apenas 17 años y 50 días cumplidos, cuarto jugador más joven del club en estrenarse. Recordamos la ilusión del debut, las lágrimas por la expulsión precoz y también su convocatoria para el banquillo de la final de Champions en Roma, nuevo premio del primer entrenador: el aficionado cree haber asistido a la puesta en escena de uno de esos jóvenes de la cantera cuya historia se tiñe de matices épicos, pues le ha dado tiempo en esos días de regresar al Juvenil para conquistar la Copa de Campeones. De ahí sale reforzado: ni una lesión mayúscula ha podido con él.

Concluida la Fase 1 de su formación, pasa al Barça B de Luis Enrique estrenando la Fase 2 con sólo 17 años de edad. Exigido, pero no responsabilizado, gozará de un entorno competitivo que le ayudará en su particular ascensión a la cúspide. Hasta la jornada 9 de la temporada 2009-2010 disputa casi todos los partidos, pero debe viajar al Mundial Sub-17 de donde regresa con molestias físicas en el tobillo, lo que le impide reaparecer con continuidad hasta la jornada 24, momento en que ya no dejará el equipo durante trece partidos seguidos salvo por sanción o llamada de Guardiola. La tremenda eclosión de Bartra y la consolidación de Fontàs le abocan al lateral izquierdo, e incluso en alguna ocasión al diestro, donde sigue mostrando buen tono defensivo, no tan sobrio ni con tanto empaque como el que ofrecen Bartra y Fontàs, convertidos en los generales de la defensa, pero siempre rindiendo a satisfacción tratándose todavía de un juvenil.

Pero el fútbol sigue empeñado en recordarle su dureza y, así, una rotura de fibras en el bíceps femoral sufrida el 17 de Abril de 2010 le aleja ocho semanas del equipo, justo para reaparecer en el tercer play-off, allí donde el Barça B se juega el ser o no ser, titular como central en el partido de vuelta contra el Sant Andreu, otra prueba más de la determinación y coraje del chico de Lloret, que no se arruga ante ninguna dificultad.

ROTURA GRAVE CON DESGARRO

Estabilizado como titular en el siguiente curso (2010-2011), Muniesa encara el tramo final de su formación con optimismo: es titular en el Barça B de Luis Enrique y en la España Sub-19 de Julen Lopetegui. Pero en el Pre-Europeo le espera otra maldita hora: el 5 de Junio de 2011 sufre una grave rotura fibrilar en el bíceps femoral de la pierna derecha. No es un rotura normal, sino muy próxima a la inserción del tendón de la pata de ganso, con desgarro parcial del tendón. Asunto más que serio que le impide jugar (y ganar la Eurocopa Sub-19) así como ser convocado por Luis Milla para el Mundial Sub-20. Su verano transcurre en las salas de recuperación, de donde surge con renovados aires, justo a tiempo para que Pep Guardiola le convoque para la gira del primer equipo por Estados Unidos.

Y nuevo bofetón. El 4 de Agosto de 2011, a los tres minutos del segundo tiempo del Barça-Chivas, recién entrado sobre el terreno de juego, al primer sprint reincide en la misma rotura fibrilar. Se derrumba, pero ni siquiera el pésimo diagnóstico acaba con él. Remonta con esfuerzo y consigue recuperar el tono muscular y volver a ser importante. Tanto que Eusebio Sacristán le otorga galones plenos de titularidad en el filial, ya como central zurdo (la posición que él desea), en ocasiones como lateral (la que Guardiola tenía planificada en tanto que “perfil Abidal”) e incluso como mediocentro defensivo. En todas las posiciones rinde con categoría y muestra talento para ascender al primer equipo, donde sabe que no dispondrá de minutos suficientes, pero busca pelearlo. En una comunicación reciente nos dice: “No voy a tirar la toalla. Quiero ganarme el puesto esta pretemporada”.

OTRA VEZ EL CRUZADO

Surge la opción de marchar cedido al Ajax, equipo que le desea y contiene el perfil de juego idóneo para adquirir experiencia: “No sé nada”, nos dice “excepto una cosa: allí donde esté trabajaré como un loco para regresar al Camp Nou”. Empieza la pretemporada: primer amistoso, Imtech Arena de Hamburgo; han transcurrido pocos minutos del segunto tiempo y Muniesa, recién salido tras el descanso, salta a por un balón y en la caída su rodilla derecha cruje: rotura (probable) del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Vuelta a empezar. Volverá.

– Fotos: Paco Largo (Sport) – Miguel Ruiz (FC Barcelona)