"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
Fútbol 2011-2012 / Champions 2011-2012 / Internacional
1.- Barça en tono menor, como en todas las ocasiones en que se apela a conceptos emocionales excesivos. A este Barça le va el frío emocional y no las calenturas anímicas. Ya son muchos los ejemplos al respecto. Las apelaciones a la testosterona no hacen más que precipitar sus acciones y colapsar la fluidez.
2.- En la víspera, Guardiola convocó a un gran juego posicional como clave para desmembrar al Milan. Para ello inició con tres defensas, buscando superioridades definitivas en el centro del campo. Pero no tuvo éxito: el juego posicional no apareció en todo el primer tiempo. Quizás porque a Xavi se le vio con mucha sordina, dolorido y mermado por la lesión que arrastra; más las preocupaciones de Iniesta por tapar las transiciones defensivas milanistas a las que no llegaba Isaac Cuenca.
3.- Sea como sea, el primoroso primer tiempo de San Siro no se repitió en el Camp Nou, sin que el Milan hiciera hoy nada distinto a la semana pasada: plantó sus dos líneas defensivas muy apretadas, buscó a Ibra como plataforma de descarga y dejó las segundas jugadas para Robinho y Boateng. Incluso con Ambrosini bastante torpe y Seedorf cegado, el cuadro italiano supo llegar al balcón del área blaugrana. Con mucho más humo que fuego, pero llegó.
4.- ¿Problema de la defensa de 3? Más bien de los agujeros en la línea media, formada en un rombo que facilitaba el ataque organizado, pero se quebraba en las transiciones italianas. Busquets en el vértice bajo, Cesc en el alto y Xavi con Iniesta cerca de la base. Un 3-3-4 magnífico para avanzar, pero complejo para detener el tranco largo de Boateng y Robinho, dos puñales que se infiltraban por el enorme espacio que no cubría la segunda línea blaugrana.
5.- La mejor virtud local en esa primera parte gris consistió en cerrar la salida inicial de balón milanista. Por ahí surgieron muchas de sus ocasiones: en robos que, invariablemente, caían a pies de los medios locales, buscando todos -un punto desesperadamente- a Messi. Nesta y sus colegas sufrían para sacar el cuero y es sabido que no hay Barça más peligroso que el que pilla descolocado a su rival.
6.- Frente al deseado juego posicional, juego individual. Acciones sueltas, casi siempre de Messi, casi siempre oliendo sangre. A la primera gorda que tuvo se fue por velocidad de Mexés, central impropio para el Milan, y por ahí se abrió el marcador. Como había intuido Guardiola, un gol no bastaría pues el Milan hizo el suyo, cómo no, descargando, atrayendo hacia fuera y cargando en segunda jugada, aprovechando varias descoordinaciones defensivas del Barça.
7.- Solo con el empate retrasó Guardiola a Dani Alves hasta la línea defensiva, desde donde atacó menos, pero con más calidad, y protagonizó notables coberturas. A partir de ese punto, el Pep Team siguió interpretando uno de sus encuentros más heterodoxos de las últimas semanas, nada que ver con recientes exhibiciones, como el sábado ante el Athletic Club o los primeros 45 minutos de San Siro.
8.- El partido quedó en pies de Messi y en la grúa de Ibra. Duelo dispar, duelo imposible a la vista de un Ibra nuevamente estático e inane, solo locuaz con la lengua. Se lo llevó Messi por delante con diez cuerpos de ventaja, incluso en noche gris de sus compañeros y del propio sistema de juego, lo que no hará feliz a Guardiola por más que celebre como se merecen las quintas semifinales consecutivas (igualando al Madrid pentacampeón 1956-60), sextas en siete años, trayectoria europea de impacto, demostración de una competitividad fuera de lo común para este equipo.
9.- Iguala Messi (14 tantos en 9 partidos) el récord goleador del legendario José Altafini en Copa de Europa. El argentino responde de nuevo en una noche en la que se hizo más necesario de lo habitual por el inesperado tono bajo de sus mediocampistas, lo que no evita que en el cómputo final deban contarse nada menos que una veintena de disparos a portería. Elevada producción incluso en día aciago.
y 10.- Superioridad abrumadora en el total de los 180 minutos, con un Milan fiado a la pequeña opción de sus transiciones y un Barça más fiel a sí mismo en la ida que en la vuelta, únicamente liberado en el Camp Nou gracias a Messi y sostenido por Mascherano, Alves y Busquets, triángulo imprescindible para comprender por qué el vigente campeón consigue no sufrir incluso en una noche tan torpe.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal