España / Liga BBVA 2012-2013 / Fútbol 2012-2013 / Fútbol
1.- Pocas ligas se le han hecho tan largas a un campeón como la 2012-13 a este Barça. Sin rival desde que en diciembre Mourinho arrojara públicamente la toalla en paráfrasis schusteriana, el título empezó a celebrarse en enero, pareció perderse en el aplastamiento del Bayern y se festejó en mayo casi con sordina. Hasta tal punto ha sido paradójico el curso que incluso antes de su conclusión ya se ha fichado un jugador para el siguiente y puede comprarse su camiseta con el dorsal de otro que aún lo luce sobre el césped. Paradojas de estos tiempos…
2.- El descarte de Marc Bartra, enviado a la grada tras una gestión torturante del cuerpo técnico, es otro torpedo en la línea de flotación de un modelo que parecía indiscutible. Lo dijo Zubizarreta en su día y a su vera todos, empezando por Tito, asintieron en voz alta: “Primero miramos al filial”; “Nosotros los ponemos”. Pero parece que ya no. Algo se ha congelado en el filial, en los jóvenes prometedores y en la propia vocación formativa.
3.- El partido ante el Espanyol también ha sido útil para certificar que el mérito ha perdido peso en el vestuario blaugrana como unidad de medida. Si juega quien no se entrena y va a la grada el que trabaja, significa que algo profundo habrá cambiado, aunque nada se dirá hasta dentro de un tiempo, cuando alguno de los protagonistas, con cara compungida, quizás reconocerá que sí, que se cometieron errores o que había que haber evitado ciertas cosas…
4.- Un golazo messiánico de Alexis, tras pared excelsa de Villa, ha roto la parsimonia de un encuentro con olor lejano a Copa Confederaciones. Gol de jugadorazo en el que lo más sorprendente es lo mucho que ha tardado el chileno en mostrar el rostro que le hiciera imprescindible en el Udinese.
5.- Como si la salvación le hubiese colmado, el Espanyol ha sido la inanidad, salvo en los golpes a Cesc Fàbregas por parte de algún jugador local, como si hubiera cuentas pendientes entre ellos. El resto ha sido el vacío, defendiéndose atrás y sin acierto, frente a un Barça funcionarial que ha dejado en el olvido la manera de jugar que le hizo tan admirable.
6.- El equipo de Tito, ya con los 100 puntos a tiro, ha sido el reflejo de Iniesta, irregular y espeso desde principios de marzo. En apariencia, Iniesta continúa siendo el ingrávido que rompía partidos, pero lleva muchas semanas alternando el acierto del gesto técnico con la intrascendencia de las decisiones. Se asemeja al termómetro del equipo en su conjunto, que en Europa mostró la misma excelencia técnica de siempre pero una enorme confusión táctica.
7.- Esa misma confusión parece haber invadido a Cesc y poseído a Villa, cuyos remates a portería han perdido la solvencia innata del goleador infalible que fuera. La confusión de Fàbregas se intuye más bien de origen posicional, tanto por la suya propia como por la colectiva, pues salvo por las pausas de Iniesta, el juego barcelonista se ha tornado difícilmente reconocible para los parroquianos, aunque Valdés haya sorprendido jugando los balones en corto tras toda la temporada de hacerlo en largo.
y 8.- El pequeño paso adelante del Espanyol ni siquiera le ha hecho cosquillas al visitante, donde Song ha vuelto a mostrarse soberbio al corte, cada partido más atinado, dejando el interrogante sobre su rendimiento como interior en este juego de abundantes transiciones. Otra pared excelente entre Pedro y Xavi ha desembocado en el gol del atacante canario y cerrado un derbi de talla menor, con más mensajes dentro del vestuario que en el césped.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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