"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
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Uno de los mejores futbolistas de la temporada, con 22 goles en la Eredivisie y la sensación de que tiene todos los atributos tanto físicos como técnicos para dominar Europa. Su potencia y velocidad lo convierten en uno de los extremos más adecuados para un juego de transición y verticalidad.
A los 21 años tiene experiencia mundialista, es indiscutible en su selección y ya pertenece a uno de los clubes más icónicos del mundo del fútbol. Memphis Depay es la gran esperanza de los Países Bajos de cara al futuro.
Depay es un futbolista con un potencial bárbaro, sobre todo porque destaca en casi todos los aspectos del juego. Es fortísimo y tiene el cuerpo perfecto para un extremo: compacto, fuerte y lo suficientemente alto. Su tren inferior es muy potente y le permite ser ágil en espacios cortos. Tiene una arrancada al alcance de muy pocos que complementa bien con su correcto uso de los brazos para proteger el balón y su tremendo regate.
En carrera es uno de los futbolistas más difíciles de parar del continente, sobre todo por su endiablada velocidad, que es su seña de identidad. Posee un centro de gravedad bajo que le permite competir en el cuerpeo con defensas más poderosos que él. Es uno de los futbolistas que más faltas recibió en la pasada Eredivisie.
Su mayor laguna se encuentra en el aspecto psicológico-emocional. Es un futbolista que fue importante en un Mundial con su país a los 20 años de edad, a los 21 se coronó campeón de su liga siendo el mejor futbolista de la temporada y para terminar un año fantástico fichó por el Manchester United, uno de los clubes más prestigiosos del continente. Los éxitos le llegaron muy joven y en un corto espacio de tiempo, y le ha costado algo de trabajo asimilarlos y mantener los pies en la tierra.
Dentro del campo es un futbolista especial. Se nota que es el líder emocional del PSV y que en la fase ofensiva la voz cantante la lleva Depay. Todas las pelotas de ataque pasan por él. Cuando se le antoja, cambia de posición –a la mediapunta– y es un poco anárquico, todo con el fin de ser el protagonista.
Quizá el aspecto que más necesita corregir es que cuando las cosas no le salen bien empieza a jugar sobrerevolucionado y es negativo para él y para su equipo. En ese contexto suele perder muchos balones, cometer infracciones para recuperar el balón pronto y, además, peca de egoísmo y deja de lado su brillantez para buscar por todos los medios cumplir con su objetivo de ganar el partido o hacer el gol.
Es el enésimo ejemplo de que la Eredivisie es una liga que destaca por un fútbol superofensivo y con transiciones muy veloces que provocan descuidos en el repliegue, y por ello hay muchísimos goles. Sus cifras están infladas por errores de la defensa rival, y no sería el primer jugador que rinde en esa liga y no en otras de más nivel (Premier League, Liga BBVA, Bundesliga y Serie A). Habrá que ver si lo visto en el mundial y sus últimas dos temporadas en el PSV (34 goles y 12 asistencias) se refleja en la Premier con el Manchester United y si puede soportar la presión de ser el jugador desequilibrante de un equipo que disputará la fase previa de la próxima Champions League.
En este sentido, Depay es una caja de herramientas que, dependiendo de la situación, utiliza una diferente, todas ellas de talla mundial. Su regate es de lo mejor que hay y lo utiliza excesivamente, fruto de su juventud y vitalidad. Le gusta mucho hacer bicicletas y luego un giro brusco hacia dentro para sus famosas diagonales. También deja detalles técnicos que sacan aplausos del público a menudo, y su repertorio tiene también espacio para las rabonas, que le sirven para centrar con su pierna buena desde el costado zurdo.
Su golpeo es, para mí, su mayor virtud. Tiene un golpeo para cada situación, y eso le hace más valioso. Desde lejos, utiliza el empeine para imprimirle muchísima potencia e imprevisibilidad a sus disparos. Esta temporada ha marcado siete goles de falta directa y otros siete fuera del área. Dentro, define con mucha sutileza, con la parte interior y haciendo un disparo similar al de Kaká, con comba para ajustarla al palo y evitar que la pare el portero. Esta temporada ha demostrado que su potencia no tiene límites cuando enganchó un disparo de más de 50 metros que se estrelló en el travesaño.
Hizo dos goles de cabeza, ambos entrando desde el perfil izquierdo, y la verdad es que no lo hace mal y sabe competir en balones aéreos, aunque no es una virtud resaltable. Además de sus disparos, también tiene mucha calidad para centrar, tanto a balón parado como en movimiento.
Es diestro y se nota mucho, sobre todo en la conducción y el disparo, pero no tiene reparos en usar la izquierda para dar pases y para definir dentro del área (tres goles de zurda).
Depay es un extremo moderno al que le gusta jugar en la banda izquierda para aprovechar su jugada favorita: regate, salida por dentro y disparo o pase filtrado. Es una especie de Robben diestro, que realiza la misma jugada calcada una y otra vez y los rivales simplemente no pueden detenerlo.
En el PSV ha jugado siempre en la banda izquierda, aunque con muchísima libertad de movimientos; el 4-3-3 de Phillip Cocu le ha permitido influir más por dentro, pues la subida del lateral zurdo, Willems, le liberaba posiciones más centrales para participar muchísimo en el juego. En pocas palabras, el equipo estaba hecho a medida de Depay. Guardado escoltaba a los dos interiores, Maher y Wijnaldum, que aparecían por zonas muy adelantadas, pero cuando Depay decidía centrarse, Maher se asentaba en la banda izquierda y dos centrocampistas se quedaban atrás. En la banda derecha estaba Luciano Narsingh, otro jugador vertical, rápido y que fue el mejor acompañante en el ataque para Depay. El delantero ha sido Luuk De Jong, un tanque que se implica mucho en la presión, pero que rara vez se desordena.
Fue el máximo goleador de su equipo esta temporada con 22 goles, aunque no fue tan importante en cuanto a asistencias. Los que le hemos visto jugar sabemos que el título del PSV es gracias a él. Todas las jugadas de ataque se gestaban con toques rápidos que terminaban en las botas de Depay, que hacía y deshacía a su antojo. El holandés va a ser buenísimo si mejora su toma de decisiones, porque aun siendo imperfecto en este sentido, ha logrado ser extremadamente decisivo esta temporada.
Realmente no influye demasiado en el aspecto defensivo del juego. A Depay le gusta tener el balón siempre, y cuando siente la posibilidad de robarlo, ataca. Comete infracciones porque no tiene mucha técnica de robo y se limita a robar este tipo de balones. Los siete hombres –más el portero– que jugaban detrás de él en el PSV le daban las facilidades para que no trabajara, pero con Louis van Gaal, en el 1-4-1-4-1 que más utilizó esta temporada, Ashley Young, el hombre que presumiblemente cederá su lugar en el once al holandés, es un jugador con mucha implicación defensiva y que sabe replegar, por lo que Depay tiene mucho por aprender junto a su compatriota.
* Roberto Testas.
– Foto: AFP
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