1.- Al Real Madrid parecen haberle tocado la venilla. Los titulares de los medios, las críticas habituales, las derrotas continuas han despertado al mal bicho que lleva dentro. Este mismo equipo, sin ninguna variante adquirida este verano en el once titular, arrasó el curso pasado con una superioridad aplastante en la liga y casi por narices tenían que regresar en algún momento las ganas de destruir a los rivales que caracterizaron al club de los 100 puntos y apagarse esa apatía que se había implantado en el despliegue tanto técnico como físico del equipo.
2.- En ese conjunto de imperiales características funcionan todos los mecanismos. Para empezar, la defensa se convierte en un conglomerado que se traslada de un lado a otro al unísono, sin dejar circular por sus huecos a los delanteros contrarios. La alta motivación general permite que dos jugadores poco acostumbrados a los noventa minutos, estos son Varane y Albiol, se compenetren con suficiencia y apenas sufran con los movimientos de Jonas y Soldado. A su vez, las bandas están ocupadas por hombres con cualidades defensivas que no sufren e incluso pueden aportar en ataque.
3.- La sobriedad y sujeción la permite el perfecto entendimiento entre Xabi Alonso y Sami Khedira. La omnipresencia del tolosarra eliminó la creatividad de Éver Banega que tanto preocupó al Madrid en Copa, además de que el ex de Boca estuvo especialmente torpe y mucho menos efectivo, y sus apoyos, Tino y Gago, no aparecieron, especialmente este último. Con Xabi ejerciendo de kaiser, Khedira campaba a sus anchas, ganando cada vez más protagonismo e incidiendo más y más en el juego. Le ha costado mucho trabajo, pero el alemán ha encajado por fin en el esquema como un tornillo en su espiche. Se asocia, encuentra los espacios y es peligroso cerca del área. Un lujo.
4.- Aunque para la mejoría tan evidente que ha demostrado hoy el Real Madrid en Mestalla también tiene gran parte de culpa la voluntariedad que ha puesto para ello el enemigo. Cuantos más tocadores metió Valverde en el campo, más se evidenciaron las limitaciones de su medular para crear juego y salir con el balón controlado. Los tres argentinos se molestaban entre ellos, sin coordinación para llenar los espacios e imprecisos cuando tenían la posesión. Para colmo, partían el equipo en dos en cuanto perdían el balón y ahí Di María y Cristiano eran felices.
5.- Quizás lo más grave fue la decisión de Valverde de cubrir la baja de João Pereira con un central, lo que generó un caos en las coberturas laterales. El Valencia se enfrentaba a Di María y Cristiano con dos laterales reconvertidos como Costa y Guardado, pecado capital. Cada pérdida che la aprovechaban Xabi y Özil para lanzar con apenas un toque un contragolpe peligroso que acababa en gol de forma casi rutinaria.
6.- Esa solución de Valverde tampoco generó beneficios en ataque, más bien al contrario. Aunque el primer tiro peligroso del Valencia fuera un disparo desviado de Guardado desde la frontal, el mexicano, que debía subir toda la banda, estuvo muy tapado por un Di María laborioso y por Arbeloa, muy correcto en el corte a pesar de la temprana tarjeta. En el otro costado, Ricardo Costa era incapaz, por condiciones técnicas, de ayudar a Piatti, muy solo, desamparado ante el mejor Coentrão de la temporada.
7.- Con una infinidad de terreno por delante y sin casi adversarios, los golpes del Madrid llegaban con continuidad. Avisaron los blancos con Higuaín de que este partido de liga, al menos este, no lo iban a tirar a la basura, se lo iban a tomar muy en serio. A la primera no entró, pero el Pipa no es de los que avisan dos veces. El minuto 20 abrió la veda y comenzó el espectáculo. Le hacía falta, por cierto, un gol así a Higuaín. No está en su mejor temporada y, para colmo, el otro día marcó, pero con la mano. Sus goles serán muy necesarios si el Madrid quiere aspirar otra vez a La Décima.
8.- Cuando tras el descanso todo el público y los telespectadores no esperaban ver a Ricardo Costa sobre el campo apareció el portugués por el túnel de vestuarios, y también Barragán. El sacrificado fue Fernando Gago. Inocuo, inactivo, impreciso y varios adjetivos más que empiecen por ‘i’ se le pueden aplicar para definir su estado de forma actual. Le falta ritmo y encaje y Valverde sabe que necesita minutos, pero hoy no era el día. Con él en el campo su equipo bajó sus prestaciones en el Bernabéu y lo mismo sucedió hoy.
9.- Con Víctor Ruiz en la medular el equipo ganó. Disminuyeron sensiblemente las pérdidas de balón, Tino y Banega encontraron más fácilmente a Soldado y Jonas, mientras que el equipo se partía con menos frecuencia tras recuperación blanca. Eso sí, en ello influyó mucho el innegable bajón en el ritmo del Real Madrid, que apenas se dedicó a dejar correr el cronómetro del colegiado hasta que se cumpliera el minuto noventa. Aun así pudo aumentar su ventaja un par de veces.
y 10.- Si hay alguna posibilidad real, que la hay, de que el Valencia consiga darle la vuelta al 2-0 del partido de ida de la Copa del Rey, hoy el Real Madrid se ha encargado de reducirla a su mínima expresión. El Valencia probablemente salga a morder para marcar pronto y darle vida a la eliminatoria, pero en cuanto el Madrid cree una ocasión de gol recordarán los peores 45 minutos de la historia che que se han vivido hoy.
* Jesús Garrido es periodista.
– Foto: (Heino Kalis) Reuters
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