Ser centrocampista en un equipo de alta exigencia como el Real Madrid es una de las tareas más complicadas en el mundo del fútbol. Muchos lo han intentado con más pena que gloria y unos pocos han logrado sobrellevar la presión y asentarse en el mediocampo blanco.
El siguiente aspirante es nuestro hombre, Mateo Kovačić, centrocampista croata que rindió a un nivel altísimo las últimas dos temporadas en el Inter de Milán, un club convulso y a la deriva que no ha encontrado estabilidad desde la salida de José Mourinho.
El croata cuenta con una estatura y complexión dentro del promedio del futbolista europeo. Para ser centrocampista tiene una agilidad y una velocidad en carrera bastante destacables.
Es un jugador con un gran fondo físico, que compite cada balón los 90 minutos y al que rara vez cambian por fatiga. Su velocidad y resistencia, junto a su juego de brazos e inteligencia, le permiten realizar conducciones largas al más puro estilo box to box.
Por alto no compite como un mediocentro posicional, sino que trata de anticipar por bajo antes que competir en el salto con sus rivales.
Mateo llegó al Inter para la segunda mitad de la temporada 2012-13 con 18 años de edad tras una temporada y media de altísimo nivel en el Dinamo Zagreb, club con el que disputó 63 partidos y marcó 7 goles y repartió 11 asistencias–. Desde el primer día contó con minutos y muy pronto se asentó como mediocentro en el 4-3-1-2 de Stramaccioni, ejerciendo de regista.
Con la llegada de Roberto Mancini al banquillo neroazurro se convirtió en la pieza clave del equipo, tanto como mediocentro en el 3-4-3 como de mediapunta en el 4-3-1-2.
Es uno de los escasos jugadores de 21 años que tiene casi 200 partidos en ligas europeas. En pocas palabras, Kovačić tiene la suficiente madurez –pese a su juventud– para rendir desde esta temporada en el centro del campo del Real Madrid.
Si aún no se convencen de que Kovačić es válido para el Real Madrid, seguro que con este ámbito estarán del otro lado.
Lo más destacable del croata como centrocampista es su capacidad de llegada al área rival, sus conducciones, la visión de juego que tiene y el fino golpeo lejano que esconde su pierna derecha.
Su jugada favorita es la conducción hacia el área rival. La repite varias veces por partido, y normalmente sortea un par de rivales y luego desahoga con buen criterio. Cuando encuentra espacios, es un arma mortal que filtra pases de calidad técnica muy alta o, en su defecto, dispara con potencia desde lejos, otra jugada que realiza con asiduidad y muy buen resultado.
Inició su carrera como mediapunta en la liga croata. Dependiendo del entrenador, en Milán tuvo diferentes posiciones, desde la de pivote hasta la de extremo izquierdo, pero se mueve sobre todo por zonas centrales.
Cuando ejerce de enganche relucen su gran disparo y calidad en el pase. Repartió 11 asistencias y anotó 8 goles en 97 partidos con el Inter. Quizá sus cifras no parecen demasiado sorprendentes, pero se encuentran dentro del rango de Toni Kroos (2-15) y Luka Modric (3-14) en las últimas dos temporadas.
Tras confirmarse la confección de la plantilla del Real Madrid, se puede intuir que cuentan con Kovačić como centrocampista. La salida de Illarramendi y Lucas Silva reafirma la teoría de que el croata es el tercer mediocentro. Parece que con Isco, Bale e incluso James, la posición de mediapunta se encuentra cubierta y salvo hecatombe o momentos puntuales, Kovačić no jugará ahí.
* Roberto Testas.
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