1.- Estamos habituados a que muchos equipos aprovechen los partidos de Copa del Rey para rotar sus plantillas, algunas más largas, otras más cortas, pero todas necesitadas de ciertos descansos a lo largo de muchos meses de competición. Sin embargo, alguien podía coger la alineación del Real Madrid de hoy y bien podría pensar que se trataba de un partido de liga más. Lo que advertía que se trataba de la Copa era la titularidad de Iker Casillas, portero para competiciones de eliminación directa. El resto, casi el once de gala.
2.- Casi, porque Jesé era titular pero, como ya dijimos el lunes, el canario no desentona dentro del conjunto de Ancelotti y juega como si llevara un buen saco de partidos a sus espaldas en la máxima competición, cuando en realidad aterrizó en el Castilla hace poco más de dos años. Comparte características con Cristiano Ronaldo que les invitan a permutar constantemente sus posiciones en el campo, lo que genera movimiento y espacios. Jesé partía, teóricamente, de la posición típica de Isco, por detrás del punta, pero ha aparecido por todos lados, igual que Cristiano, igual que Benzema. Bale está clavado en la derecha y sacarlo de ahí no es fácil.
3.- La vuelta de tuerca sí la dio Javi Gracia. Osasuna iba a seguir siendo el mismo de siempre, pero con cinco reemplazos en comparación a los jugadores que enfrentaron al Real Madrid en El Sadar. Uno por línea: un portero, un lateral, un central, un pivote y un mediapunta. El navarro quiere de sus jugadores cierto criterio al jugar la pelota, renunciar en cierta medida al balón largo, prefiriendo el pase al despeje. La idea es buena, como siempre que se pretenda algo así, pero la realización no lo ha sido tanto.
4.- Las jugadas en ataque organizado de Osasuna comenzaron a aparecer cuando entró al campo José García, el jugador de más criterio organizativo del ataque rojillo a sus casi 17 años, que se dice pronto. Él cambiaba el ritmo, oxigenaba el juego buscando la banda contraria, en definitiva, arriesgaba. Estar organizados y no conceder demasiadas ocasiones era la premisa inicial, sin embargo pareció quedar al margen el tratar de marcar un gol fuera de casa, lo cual resultaba casi vital para tener opciones reales en Pamplona.
5.- Se recurrirá a la manida épica en los entornos rojillos de cara al encuentro de la semana que viene, pero no será realista. Incluso el Madrid se dio cuenta mediada la segunda parte de que con el resultado de 2-0 la eliminatoria estaba virtualmente resuelta. Cuando Jesé marcó su gol, el primero que anota en el Bernabéu en partido oficial (marcó un doblete en el Trofeo Bernabéu), la inercia hizo a los blancos centrarse en la consecución de un tercer tanto, mucho más definitivo. El susto que causó la carrera de Arbeloa y De las Cuevas frenó el ímpetu y durmió el partido.
6.- Si nos paramos a analizar en frío el encuentro, la actuación del Madrid fue realmente buena, si bien el nivel de exigencia de la actual liga nos inclina a exigir un rendimiento mucho mayor a un equipo que ciertamente puede ofrecerlo. Aun cuando ha rematado veinte veces a portería y solo ha concedido un remate entre los tres palos, da la sensación de que el Madrid podría haber hecho mucho más.
7.- No hay nada que me moleste menos que comerme mis propias palabras porque un jugador me lleve la contraria con su juego. A Modrić le costó mucho entrar en la dinámica blanca, jugaba un partido sí, otro no, y cuando lo hacía, no brillaba. Pero su temporada 13-14 está siendo, sin temor a equivocarme, una de las mejores de su carrera. Es trascendente en todas las facetas del juego. Presiona, roba, organiza, crea y asiste. El mariscal en la sombra del Madrid. Es imposible pedirle más a un centrocampista que, además, se entrega físicamente cada partido. Hoy contra Osasuna destacó incluso más por el primer partido normalito de Illarramendi, porque el resto han sido de notable para arriba.
8.- Osasuna ha perdido el partido fastidiosamente. Dos acciones puntuales en las que no suele fallar le han costado la ida de estos octavos de Copa. Si destacásemos una cualidad casi intrínseca a su juego diríamos muchos que es el balón parado, por lo que choca que Benzema rematara tan cómodo el libre directo botado por Modrić. Y después, un gol de esos que duelen en el corazón, un pase atrás mal medido por evitar el recurso más antiguo del fútbol para quitarse problemas de encima: el patadón. Y más de una vez el corazón de los rojillos se ha sobrecogido cuando Raoul Loé ha sufrido para evadir el peligro raseando el cuero, aunque en todas lo ha hecho con mucho criterio.
9.- En realidad, esas han sido las acciones que han acabado en gol, pero no han sido ni mucho menos las únicas que ha tenido el Madrid. Cristiano no estuvo acertado, como tampoco Benzema, y el pobre Bale sufrió a Cristiano como improvisado defensa pamplonica. También Morata probó suerte, pero no le sale casi nada y lo sabe. Es suplente de largo, y lo sabe, y le revienta. No es la primera vez que tiene un rato para jugar y se la juega a la primera que tiene. Algún día le saldrá y podrá sonreír, mientras tanto tendrá que asumir su nuevo rol. La posible lesión de Jesé le abriría una puerta.
y 10.- La presión alta tras pérdida es una característica de los equipos ofensivos y espectaculares, es decir, el estilo que quería Ancelotti. Alguna vez se ha mantenido por fases en los partidos hasta la fecha, pero no ha sido hasta hoy que se ha hecho durante casi todo el choque. Empezando por un eléctrico Benzema y acabando por la intensidad de los laterales e Illarra, el Madrid ha buscado no dejar salir a Osasuna y de paso recuperar y hacer daño. La efectividad no ha acompañado, pero la intención es magnífica. Si lo perfeccionan, de aquí a final de año será un arma muy peligrosa.
* Jesús Garrido es periodista.
– Foto: Víctor Carretero (Real Madrid)
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