En la única Copa del Mundo que disputó, en 1970, fue un fijo para el seleccionador italiano Ferruccio Valcareggi, que confió en él para intentar parar al crack brasileño en la gran final. Faccheti marcó al hombre a Jairzinho, Rosato vigilaba a Tostao, Burgnich hizo lo propio con Rivelino y Bertini se encargó de Pelé en sus movimientos en profundidad fuera del área. El astro del fútbol cuenta en su biografía que el centrocampista italiano le creó muchos problemas y actuó con gran inteligencia para pasar inadvertido ante el colegiado Glöckner. Nacido en Prato (Italia) el 7 de enero de 1944, fue un centrocampista todoterreno y de gran llegada al área contraria. Jugador fuerte y vigoroso, logró la mayoría de sus tantos gracias a su poderoso y preciso disparo con la pierna derecha.
Comenzó su carrera con 18 años en el equipo de su localidad natal, el AC Prato. En su única campaña (1962-1963) disputó tres encuentros y vivió el ascenso de la entidad a la Serie B tras liderar su grupo por delante del Rimini. En verano hizo las maletas y se marchó al Empoli, que militaba en Serie C. Allí cuajó una gran temporada con 7 tantos en 31 partidos y llamó la atención de varias escuadras de categoría superior. Fichó por la Fiorentina que dirigía Giuseppe Chiappella y debutó en la élite del fútbol italiano. El equipo terminó en cuarto lugar aquel año en la Serie A y llegó a la final de la Copa Mitropa. En semifinales batieron al Rapid de Viena por 0-3 con dos tantos de Bertini, pero en la final perdieron por la mínima ante el Vasas.
En la temporada siguiente su concurso fue similar, y aunque en la liga ocuparon el mismo puesto, finalizaron la campaña con dos títulos, la Coppa Italia y la Copa Mitropa. En el torneo copero italiano se deshicieron consecutivamente de Genoa, Palermo, Catania, Milán e Inter y llegaron a al gran final frente al Catanzaro. Jugaron Albertosi, Pirovano, Rogora, Bertini, Ferrante, Brizi, Hamrin, Merlo, Brugnera, De Sisti y Chiarugi y el sueco Hamrin adelantó a la Fiore, pero Marchioro hizo el empate nada más reanudarse la segunda mitad. Las tablas se mantuvieron durante los noventa minutos y en la prórroga apareció Bertini para, con un gol en el 109, dar la victoria y el trofeo al conjunto viola. Mientras, en la competición continental eliminaron al Wiener Sport-Club en semifinales y ganaron por 1-0 al Jednota Trencin en la final, sin Bertini en el once.
En el curso 1966-1967 el mediocentro hizo sus mejores números en el cuadro florentino, disputando todos los encuentros ligueros y anotando 6 goles. Sin embargo, no cosecharon ningún éxito al acabar en quinto lugar en la Serie A y caer en cuartos de la Coppa Italia y semifinales de la Copa Mitropa.
La última temporada de Bertini en la Fiore fue la 1967-1968. El año estuvo muy movido, con varios cambios de entrenador, y aunque Bertini contó para todos ellos, el papel del equipo dejó dudas. En la liga ocuparon el quinto lugar y en la Coppa cayeron en la segunda ronda frente al Bolonia.
Al término de la campaña, Bertini firmó por el Inter de Milán de Alfredo Foni. Con los nerazzurri aún permanecían grandes jugadores de la época dorada del club como Facchetti, Mazzola, Suárez o Jair, pero el nivel había bajado. Cuartos en la Serie A y eliminados pronto en la Coppa, su mejor intervención tuvo lugar en Supercopa de los Campeones Interconintentales, donde obtuvieron el subcampeonato. Bertini se hizo con rapidez con un hueco en las alineaciones y marcó el mayor número de tantos en su carrera en la liga (11).
En la temporada 1969-1970, con el paraguayo Heriberto Herrera en el banco, la situación mejoró y pelearon por la Serie A con el Cagliari, aunque el cuadro sordo se hizo con el título por cuatro puntos de diferencia. El éxito llegó en la campaña posterior con la conquista del torneo de la regularidad. Pese a que Herrera fue despedido en la jornada 9, su sustituto, Invernizzi, llevó al Inter a la consecución de la liga tras superar a su eterno rival, el Milán, por 4 puntos. Bertini formó un gran centro del campo con Bedin y Mazzola y aportó 9 goles en 30 partidos.
En la 1971-1972 pronto se descolgaron de la lucha por la liga, pero en la Copa de Europa fueron dejando en la estacada a AEK de Atenas, Borussia Mönchengladbach, Standard de Lieja y Celtic para colarse en la finalísima ante el Ajax. El equipo neerlandés, con un Cruyff superlativo, les venció con claridad (2-0). Bertini no fue de la partida, pero en el minuto 20 tuvo que salir por un lesionado Giubertoni.
El pratesi permaneció cinco cursos más en la institución, aunque su protagonismo fue decayendo paulatinamente. Pasaron por el banquillo de nuevo Helenio Herrera, Enea Masiero, Luis Suárez o Giuseppe Chiapella y ninguno dio con la tecla para conseguir más triunfos. En la liga no mejoraron la cuarta posición ninguna temporada y en la Coppa cayeron dos veces en semifinales y perdieron una final ante el Milán en 1977. Precisamente unas semanas después de este choque Bertini firmó por el Rimini, equipo con el que disputó 22 encuentros en la Serie B en el curso 1977-1978 y decidió retirarse de los terrenos de juego.
Con la selección italiana fue internacional en 25 partidos y marcó dos goles. Debutó en un amistoso ante México en 1966 en el que vencieron por 5-0 y sus siguientes choques fueron en la Eurocopa de 1968. Primero en la clasificación, en un encuentro frente a Rumanía que se resolvió con una victoria por la mínima para Italia, y después en la ida de cuartos de final contra Bulgaria en Sofía, cuyo resultado fue de 3-2 a favor de los locales.
En 1969 participó en dos duelos de la clasificación para el Mundial de México 1970 ante la RDA y Gales, y llegó como titular al torneo mundialista, donde jugó todos los partidos. Italia quedó encuadrada en el Grupo 2 con Suecia, Israel y Uruguay y lo acabó liderando con 4 puntos. Venció 1-0 a los escandinavos y empató sin goles frente a israelíes y charrúas. En cuartos les tocó la anfitriona México, que sufrió un duro correctivo y cayó por 1-4 en Toluca. Las semifinales contra Alemania pasarían a la historia de los mundiales como uno de los mejores choques de siempre. Al final del tiempo reglamentario, el empate a uno campeaba en el marcador (Boninsegna ‘8 – Schnellinger ’90) y hubo de disputarse una prórroga para decidir el finalista. El tiempo extra fue memorable: tensión, emoción, goles, lucha… Los italianos y los alemanes dejaron unos treinta minutos gloriosos. Gerd Müller puso el 2-1 al inicio y Burgnich empató en el minuto 98. Antes de llegar al descanso, Riva batió a Maier con un disparo cruzado y de nuevo Müller, a falta de diez minutos para la conclusión, devolvió las tablas. La alegría no le duró mucho a los alemanes, puesto que escasos segundos después Rivera marcó el definitivo 4-3 con el que Italia pasaba a la final de una Copa del Mundo después de treintaidós años. Allí el adversario fue una Brasil con una constelación de estrellas como Pelé, Tostao, Jairzinho, Gerson, Rivelino o Everaldo. El técnico Valcareggi alineó a Enrico Albertosi, Tarcisio Burgnich, Pierluigi Cera, Roberto Rosato, Giacinto Facchetti, Giancarlo De Sisti, Mario Bertini, Sandro Mazzola, Angelo Domenghini, Roberto Boninsegna y Luigi Riva, y en la primera mitad aguantaron a los brasileños. Pelé inauguró el tanteo con un cabezazo excelso y a continuación Boninsegna se aprovechó de un error de la zaga sudamericana para firmar el 1-1 antes del intermedio. En la segunda mitad, Brasil arrolló a Italia y con tres tantos de Gerson, Jairzinho y Carlos Alberto levantó la Copa Jules Rimet. Bertini dio todo lo que tenía hasta que en el minuto 75 fue sustituido por Antonio Juliano.
La última gran competición a la que asistió el centrocampista de Prato fue la Eurocopa de 1972. En la clasificación siguió siendo una pieza clave para el seleccionador transalpino y participó en los seis choques. La selección compartió liguilla con la República de Irlanda, Suecia y Austria y obtuvo el billete al sumar 10 puntos. Logró el triunfo en Viena y Dublín por 1-2, en casa ante la República de Irlanda y Suecia por 3-0 y cosechó dos empates frente a Suecia en el Rasunda Stadium (0-0) y contra Austria en el Olímpico de Roma (2-2). En cuartos de final, Bertini se perdió la ida, pero jugó la vuelta ante Bélgica en Bruselas. El conjunto italiano perdió por 2-1 y tras el 0-0 de Milán quedó eliminado. Este fue el último encuentro de Bertini con el equipo nacional, al no volver a contar para Valcareggi ni para los posteriores técnicos Bernardini y Bearzot.
* Alberto Cosín.
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