"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Europa ganó la Ryder Cup por 11ª vez (tercera consecutiva y sexta de las últimas siete) en el regreso de la competición a Escocia 41 años después. Los americanos vencieron los dos turnos de fourballs –cada jugador tiene su bola–, pero la superioridad europea en los foursomes (una bola por pareja con alternancia en el golpeo) le dio cuatro puntos de ventaja de cara a los individuales, donde también se impusieron los europeos para un resultado global de 16,5-11,5.
Día 1. Fourballs
Como en las cinco últimas Ryder Cup celebradas en Europa, la competición empezó con los fourballs. Cada equipo logró una victoria cómoda (por 5&4: cinco golpes de ventaja con cuatro hoyos por jugar) y en los duelos igualados Estados Unidos no perdió, para conseguir una ventaja de 2,5-1,5. Fue la cuarta Ryder Cup consecutiva en la que Europa no gana la primera sesión matinal.
Sorprendió el excelente rendimiento de la pareja de novatos formada por Jordan Spiethy Patrick Reed, que jugó 14 hoyos ganando seis, perdiendo solo uno y derrotando a Gallacher y Poulter por 5&4, el mejor inicio de una pareja estadounidense de rookies desde 1959 (Rosburg/Souchak también comenzó venciendo por 5&4).
Día 1. Foursomes
El capitán europeo, Paul McGinley, se había reservado dos parejas para los golpes alternos, Donaldson/Westwood y Dubuisson/McDowell. Ambas ganaron, y también Rose/Stenson. Y además, McIlroy y García salvaron un milagroso empate. En total, 3,5-0,5 para Europa, la mayor diferencia vista en foursomes desde 1981, cuando Estados Unidos ganó por 4-0 en la sesión vespertina del sábado.
Europa acabó el primer día con ventaja de 5-3 y además provocó la primera derrota en Ryder Cup de la pareja formada por Mickelsony Bradley, que había ganado sus cuatro partidos previos.
Día 2. Fourballs
Estados Unidos recortó distancias venciendo los fourballs otra vez por 2,5-1,5. Volvieron a ganar Spieth y Reed y también lo hizo Jim Furyk. El peor jugador de la historia en esta modalidad con un número significativo de partidos, ganó por segunda vez (de once) en compañía de Hunter Mahan seis años después de lograrlo con Tiger Woods. Por Europa salió al rescate Poulter (y McIlroy), que arañó medio punto, y la mejor pareja de esta Ryder Cup, Rose y Stenson, que consiguieron su tercera victoria en otros tantos partidos. Europa seguía por delante (6,5-5,5).
En la siguiente sesión Stenson descansó con lo que el dúo Rose/Stenson lo ganó todo. Ninguna pareja vencía todos sus partidos en una Ryder Cup (mínimo tres) desde Sandy Lyle/Bernhard Langer en 1987.
Día 2. Foursomes
Nueva exhibición de Europa. Volvieron a repetir victoria las parejas Donaldson/Westwood y Dubuisson/McDowell, García y McIlroy tuvieron otra oportunidad juntos y la aprovecharon y esta vez los rookies Spieth y Reed no pasaron del empate ante Kaymer y Rose. Así que nueva victoria europea por 3,5-0,5 para empezar los individuales con 10-6 de ventaja.
Europa fue capaz de ganar dos de las sesiones por parejas por 3,5-0,5, algo que no se veía en Ryder Cup desde 1967, cuando Estados Unidos ganó 4-0 los fourballs del sábado e inmediatamente después 3,5-0,5 los foursomes. Lo que sí es record histórico es el 7-1 de Europa en el global de los foursomes: una diferencia de seis puntos en una misma modalidad por parejas no se había visto jamás.
Día 3. Individuales
Estados Unidos soñaba con una remontada parecida a la de Europa hace dos años y, ya con todos los partidos en marcha, el marcador estaba igualado. Pero fue un espejismo; los triunfos europeos eran muy claros y todo se vino abajo con el hundimiento de Jordan Spieth ante McDowell: pasó de tener tres golpes de ventaja a ir por detrás en tan solo cinco hoyos. El galés Jamie Donaldson tuvo el honor de dar el punto definitivo a los europeos, que también ganaron los individuales (6,5-5,5) y se quedaron, una vez más, con la Ryder Cup.
El gran derrotado de estos individuales fue Rickie Fowler. El californiano perdió por 5&4 ante McIlroy y tiene una estadística horrible en Ryder Cup: dos participaciones, ocho partidos y cero victorias, siendo el jugador con más partidos sin haber ganado uno.
Los campeones
Dos nombres destacan dentro de los doce componentes del equipo europeo: Rory McIlroy y Lee Westwood. El número uno del mundo, McIlroy, disputó cada punto como corresponde a un jugador de su nivel y cosechó dos victorias, dos empates y una derrota. McIlroy es el primer jugador con dos majors y la Ryder Cup en su palmarés en un mismo año desde Tom Watson en 1977.
El otro protagonista fue Lee Westwood, que contribuyó con dos puntos al triunfo en la Ryder Cup, el séptimo de su carrera. Westwood ya es el europeo con más títulos (supera a Langer, que logró seis, y por detrás viene Sergio García, que en Gleneagles alcanzó la quinta Ryder de su carrera) y está a la altura de los mejores estadounidenses: Littler, Floyd y Snead ganaron siete y el récord lo ostenta Billy Casper, que participó en ocho Ryder Cup y las ganó todas.
Y además…
Fondo masculino
El mundial parecía abierto a todo tipo de corredores y acabó ganando un ciclista todoterreno, Michał Kwiatkowski, confirmando la hipótesis de que el que coronara en cabeza la última ascensión, por pequeña que fuera su ventaja, acabaría vistiendo el arco iris. Kwiatkowski es el primer polaco campeón del mundo de fondo en carretera y el segundo medallista de su país (Zbigniew Spruch fue plata en 2000).
Tras Kwiatkowski entraron Gerrans, ganador de dos carreras en Canadá la semana pasada, y Alejandro Valverde, que aumenta su relación de amor-odio con el campeonato. Amor porque es su sexta medalla, dos más que cualquier otro, y odio porque sigue sin oros. Contando todas las pruebas, el único ciclista con más medallas en el mundial pero sin ningún oro es Michael Rich con ocho.
Fondo femenino
Marianne Vos dio síntomas de debilidad en la crono por equipos cuando quedó descolgada muy pronto y los confirmó en el sprint final de la prueba en ruta, donde acabó décima y fuera del podio por primera vez desde 2005. El título fue para Pauline Ferrand-Prévot, la primera francesa campeona de la modalidad desde Jeannie Longo en 1995.
Contrarreloj individual
Tony Martin buscaba su cuarto título mundial consecutivo, pero se topó con el campeón olímpico de la especialidad y subcampeón mundial el año pasado, Bradley Wiggins, que se convirtió en el segundo británico en ganar este título, tras Chris Boardman en la edición inaugural, 1994. El bronce fue para Tom Dumoulin, un futuro ganador de este título: es el segundo neerlandés medallista en contrarreloj tras Stef Clement (bronce en 2007).
En la prueba femenina hubo sorpresa con la ganadora, Lisa Brennauer, y aún más con la subcampeona, Anna Solovey, que se convirtió en la primera mujer de Ucrania que consigue una medalla mundial en categoría absoluta (fondo o contrarreloj).
Contrarreloj por equipos
La crono por marcas comerciales se disputa desde hace tres años y en su versión femenina solo ha habido un ganador, el Specialized Lululemon. Y dos de sus corredoras han estado en los tres títulos, Evelyn Stevens y Trixi Worrack.
En categoría masculina el Omega Pharma-Quick-Step optaba al triplete pero fue superado por el BMC. Pese al distinto campeón, un hombre ha competido en los tres equipos victoriosos: Peter Velits.
Exhibición de las rusas, que ganaron siete oros en ocho pruebas, aunque dejaron escapar dos (porque uno de sus títulos fue compartido entre dos rusas): conjuntos, que ganó Bulgaria, y diez mazas por equipos, que ganó España.
En la final individual, por segunda vez seguida, y en tres de los aparatos (aro, mazas y pelota), se impuso Yana Kudryavtseva, mientras que Margarita Mamun logró el oro en pelota y cinta. Como es muy habitual ver oros compartidos en este deporte, es obligado decir que los seis oros de Rusia en cinco pruebas individuales no son récord histórico, pero sí la mejor marca desde 1989, cuando la Unión Soviética se hizo con siete títulos en cinco pruebas.
También hay que resaltar el bronce en el ejercicio de aro de Yeon-Jae Son, la primera medalla de Corea del Sur en toda la historia del mundial.
Hungría (tres), Sudáfrica (dos) y España (uno) se repartieron los títulos en categoría absoluta. En K1 y K2 ganó Sudáfrica siempre con Hank McGregor, un doblete que solo habían hecho los españoles Manuel Busto (dos veces) e Iván Alonso.
También hizo doblete, venciendo en K1 y K2, Renáta Csay. La húngara consiguió su quinto título consecutivo en K1 femenino, récord de la prueba y, con 23 medallas, se confirma como la persona más laureada en la historia del evento. En oros, Csay, que tiene 14, aún está por detrás de su compatriota Edvin Csabai (16).
Francia, que competía en casa, se subió al podio en las cuatro categorías, absoluto masculino y femenino y sub-21 masculino y femenino. El título masculino es el tercero de su historia, igualando el récord de los Países Bajos y Australia. Francia venció en semifinales a España, que acabó siendo bronce, la primera medalla de su historia.
En la final femenina estaba en juego la hegemonía del campeonato. Tanto Alemania como Gran Bretaña tenían cuatro títulos y las alemanas desempataron venciendo por 5-1.
Las maratones de otoño comenzaron con la de Berlín, que volvió a tener un exitoso asalto al récord mundial masculino, el sexto que se bate en las doce últimas carreras en la ciudad berlinesa, y a cargo de cinco atletas diferentes. Esta vez el plusmarquista fue Dennis Kimetto. El keniano corrió el kilómetro a menos de 2’55’’ y acabó en 2h02’57’’, 26 segundos menos que el anterior récord y 5 segundos menos que la mejor marca de la historia de la prueba, 2h03’02’’ de Mutai en Boston 2011, tiempo que no fue homologado como récord mundial.
Kimetto, campeón en Chicago el año pasado, es el segundo hombre que ha vencido las maratones de Chicago y Berlín, tras su compatriota Felix Limo, que venció en Berlín 2004 y Chicago 2005.
La victoria en la carrera femenina fue para Tirfi Tsegaye. La etíope, campeona en Tokio a principios de año, es la primera mujer en ganar la maratón tokiota y otra más del circuito mundial en un mismo año.
Nueva Zelanda venció en Argentina por 34-13, amplió su racha invicta –que ya es de 22 partidos (a una del récord mundial que posee ella misma)– y ganó por tercera vez seguida el Rugby Championship. Desde que Argentina entró en el torneo en 2012, Nueva Zelanda siempre se ha hecho con el título y aún no ha perdido un partido (16 ganados, 1 empatado y 1 por jugar la semana que viene en Johannesburgo).
En el otro encuentro, Sudáfrica, que perdía por cinco al descanso ante Australia, fue capaz de remontar hasta vencer por 28-10. Los australianos no anotaron un solo punto en la segunda mitad, algo que no les ocurría ante los Springboks desde 1965 en una victoria de Australia por 12-8 en Brisbane (Sudáfrica tampoco anotó en los segundos 40 minutos).
La ciudad china de Wuhan albergó por primera vez un torneo de esta categoría que quedó muy abierto tras la retirada en primera ronda de Serena Williams (13ª vez que la actual número uno del mundo abandona un partido). Petra Kvitová lo aprovechó para ser la segunda mujer que gana sus cuatro primeras finales de torneos Premier Mandatory/Five tras Monica Seles, que perdió la quinta.
En dobles, nuevo título para Martina Hingis, esta vez acompañada de Flavia Pennetta. La suiza suma 32 títulos Premier M+5 (17 en individuales y 15 en dobles) y Pennetta es la novena compañera diferente con la que gana algún torneo de este nivel.
Carrera pasada por agua en el MotorLand Aragón de Alcañiz, especialmente en Moto GP. En las otras categorías el italiano Fenati se convirtió en el primer no español en ganar en este circuito en la cilindrada pequeña y Maverick Viñales obtuvo su segunda victoria de la temporada, aunque los líderes son Álex Márquez (Moto 3) y Tito Rabat (Moto 2).
En Moto GP, las Honda cometieron un error garrafal retardando su entrada a boxes cuando era imposible pilotar con neumáticos de seco y tanto Pedrosa como Márquez se fueron al suelo, aunque ambos puntuaron. La victoria se la llevó un precavido Jorge Lorenzo que lleva nueve años seguidos consiguiendo alguna victoria mundialista (siete en Moto GP), aunque nunca había tardado más de tres carreras en conseguirla (en 2014 ha necesitado catorce).
La temporada finalizó en la localidad californiana de Chula Vista con victorias para Willoughby y Mariana Pajón y títulos para Liam Phillips y Caroline Buchanan.
En categoría masculina, el australiano Willoughby igualó el récord de triunfos en Copa del Mundo del letón Maris Štrombergs. El título de Liam Phillips es el primero de un británico desde Dale Holmes en 1997.
En categoría femenina, la colombiana Mariana Pajón es la primera mujer en quedarse sin título ganando las dos últimas pruebas de la temporada, porque la general final fue para otra ciclista que también consiguió dos victorias, la australiana Caroline Buchanan.
El español Abel Mustieles (en 20 pulgadas) y la eslovaca Tatiana Janíčková (trial femenino) consiguieron su tercer título consecutivo. Pero la sorpresa saltó en la categoría de 26 pulgadas, con el triunfo en el general de Jack Carthy, el primer británico que gana un título de la Copa del Mundo de Trial.
Alemania no tuvo problemas en revalidar el título femenino, pero el equipo masculino se vio involucrado en una de las mayores sorpresas en la historia de este campeonato. Portugal, que jamás había alcanzado la final, llegó y derrotó a Alemania por 3-1. Esta victoria portuguesa acaba con la racha de Alemania, que llevaba 40 victorias consecutivas (desde su derrota en cuartos de final de 2005 ante Rumanía) y seis títulos seguidos, la mejor marca de la historia junto a la de Suecia, seis veces campeón entre 1954 y 1964.
El campeón de la Copa CERS, el CE Noia, se impuso en la Supercopa europea al Barça por penaltis, levantando el título en el Palau Blaugrana.
El Noia ya había ganado esta competición en 1989 y consiguió algo histórico: ser el campeón en feudo barcelonista, algo que habían intentando otros diez equipos y ninguno había sido capaz de lograrlo.
Los dos mejores equipos de la liga regular alcanzaron una final que se preveía muy igualada. Hawthorn y Sydney se habían derrotado el uno al otro durante la temporada y acabaron empatados a puntos.
Pero a la hora de la verdad, Hawthorn fue muy superior, neutralizó a Lance Franklin, la gran estrella de Sydney, y venció por un contundente 137-74 para obtener su 12º título, el segundo consecutivo, algo que solo había logrado una vez en su historia, en 1989.
La derrota de Sydney fue histórica porque nunca antes el líder de la liga regular había perdido la final por 63 puntos de diferencia. Este récord negativo lo tenía Collingwood desde 1926, cuando sucumbió ante Melbourne por 57 puntos (119-62).
Este deporte tradicional gaélico necesitó partido de desempate en la final por tercer año consecutivo. En el primer encuentro disputado hace tres semanas, Kilkenny y Tipperary empataron a 31, siendo la primera vez en la historia que ambos finalistas llegaban a los 30 puntos. En el replay, Kilkenny se impuso 23-20 logrando su 35º título, más que nadie. Es el primer partido de desempate de la historia de las finales donde el campeón consigue menos puntos que en el partido precedente.
Quinto gran torneo de la temporada, con el mismo ganador de casi siempre, pero con la irrupción de un novato que amenaza con llegar a la elite en muy poco tiempo.
Hakuho se impuso en catorce de sus quince combates para lograr su 31º título, el sexto en el Aki Basho. Sus 31 títulos le igualan a Chiyonofuji en el segundo lugar del ranking histórico, a tan solo uno de Taiho, al que podría igualar en el Kyushu Basho de noviembre. En lo que sí ha alcanzado a Taiho (y a Takanohana II) es en número de títulos en el Aki Basho, seis para cada uno de los tres.
Este torneo será recordado porque en él debutó en la máxima categoría el mongol Ichinojo. Se hablaba muy bien de él, pero lo que hizo superó toda la lógica: ganó trece combates, derrotó a un Yokozuna (solo otros dos novatos lo habían hecho, uno en 1941 y otro en 1973) y terminó subcampeón, igualando el mejor resultado de un debutante en los últimos 40 años (o 246 torneos), el segundo puesto de Hokutoriki en el Natsu Basho de 2002.
* David Fernández es estadístico.
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